Studenica_Dragan BosnićLa Oficina Nacional de Turismo de Serbia (NTOS) presenta en FITUR el eje de su oferta turística para 2013, su rica herencia cultural. Serbia, situada en la encrucijada entre Oriente y Occidente, tiene un vasto patrimonio histórico en el que se entrelazan las múltiples aportaciones e influencias culturales que ha recibido a lo largo de los siglos. El recorrido que se propone por la historia de Serbia incluye yacimientos prehistóricos, ruinas del Imperio Romano, imponentes fortalezas medievales, monasterios ortodoxos cuidadosamente ornamentados, galerías de arte y festivales de música clásica. Lo más relevante de esta oferta para 2013 se recoge en un nuevo folleto de NTOS para el mercado español, que se edita bajo el título “Los Tesoros Culturales de Serbia”.

Los primeros pobladores llegaron a Serbia hace más de 40.000 años y se establecieron en torno a la cuenca del Danubio. De esta forma, esta zona se convirtió en el hogar de las primeras civilizaciones de Europa. Para estas poblaciones, dedicadas a la pesca y la agricultura, el río era el centro de su vida: una vía rápida de comunicación y transporte; fuente de alimento y una vía de conexión entre comunidades. El primer arte monumental de Europa, las deidades pisciformes de Lepenski Vir, fue creado aquí, y aquí también se descubrió una metrópolis de la Edad de Piedra, Vinca, la cultura más resplandeciente de la Prehistoria europea.

dunavEn el actual territorio de Serbia nacieron 17 emperadores romanos, un detalle que pone de relevancia el peso político de la región en el antiguo Imperio. Por esta razón, hoy se pueden visitar en el país numerosas ruinas y restos de palacios, ciudades y fortalezas militares romanas en muy buen estado de conservación. Cabe señalar de entre todos los asentamientos, las ruinas de Felix Romuliana, que son Patrimonio de la Humanidad UNESCO o las de la villa de Mediana, residencia del emperador Constantino, nacido en Nis. Este año, además, se cumple el 1700 aniversario de la firma del Edicto de Milán, promovido por el propio Constantino, gracias al cual se legalizó el cristianismo en el Imperio. La ciudad de Nis se ha volcado en la celebración del aniversario y ha organizado una serie de eventos y actividades que pretenden destacar el legado de Constantino.

Además de las fortificaciones romanas, en Serbia se conservan los restos de 40 ciudades fortificadas y fortalezas medievales. Fueron construidas en puntos estratégicos a lo largo de ríos, caminos y límites fronterizos como puestos militares y para proteger casas señoriales o monasterios. A lo largo de la historia, estas fortalezas han sufrido invasiones y cambios de señor y cultura, cada una de las cuales supuso remodelaciones y nuevas influencias arquitectónicas. Kalemegdan, en Belgrado, que data de tiempos de los celtas; Golubac, en una impresionante localización junto al Danubio, en el Parque Nacional de Djerdap, o Petrovaradin, que se alza sobre Novi Sad y es la segunda fortaleza más grande de Europa, son algunos de los más vistosos ejemplos de fortificaciones que se pueden visitar en Serbia.

Felix RomulianaTambién durante la Edad Media proliferó la edificación de monasterios, que se convirtieron en lugares de oración y peregrinaje además de importantes centros para anclar y transmitir la cultura serbia. Rodeados a menudo de frondosos bosques, como en el Parque Nacional de Fruska Gora, estos monasterios conforman un hermoso catálogo del arte ortodoxo y bizantino, con sofisticados frescos, vistosas fachadas multicolores y sorprendentes soluciones arquitectónicas. Hoy en día existen más de 200 monasterios en el país, muchos de ellos, como Stari Ras, Sopocani o Studenica catalogados como Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.

El arte es una parte fundamental de la vida en Serbia, como demuestra el hecho de que no existe una sola ciudad que no cuente con una galería bien acondicionada dedicada a exposiciones, memoriales, concursos o cualquier otra actividad relacionada con la pintura. Importantes artistas serbios reconocidos internacionalmente, como Milena Pavlovic, Sava Sumanovic o Milan Konjovic cuentan con colecciones y museos dedicados a sus obras en sus ciudades de origen.

Asimismo, la música clásica juega un papel importante en el mundo de la cultura serbio. Desde hace más de cincuenta años, los festivales de música clásica han contado con la participación de numerosos artistas nacionales e internacionales. En el BEMUS y el NOMUS festivales musicales de Belgrado y Novi Sad, respectivamente) se reúnen algunas de las orquestas más populares del mundo, como la Filarmónica de Berlín o la de Nueva York, para ofrecer conciertos en los que se interpretan piezas tradicionales y contemporáneas. También cuenta con mucho arraigo el festival dedicado al genial compositor serbio Stevan Stojanovic Mokranjac.

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