Un escaparate para coleccionistas y compradores
María Jesús Burgueño
El Museo Nacional de Artes Decorativas (Montalbán, nº12, Madrid) es el mejor punto de referencia para conocer el valor de los objetos cotidianos de los últimos siglos. Más de la mitad de los objetos que han pasado a formar parte recientemente del fondo del museo proceden de compras hechas por el Estado en subastas o através de adquisiciones directas, mientras que el resto se han incorporado por donaciones o daciones para el pago de impuestos. Los visitantes de este museo son, fundamentalmente, coleccionistas, anticuarios, estudiantes o personas que quieren documentarse sobre piezas que poseen o que pretenden adquirir en tiendas o subastas.
Siguiendo los criterios del primer museo de Artes Decorativas, el South Kensington Museum, hoy Victoria and Albert Museum de Londres creado en 1862, se da a la institución una orientación educativa. El Museo de Artes Decorativas pretende ser un lugar de aprendizaje de artistas, artesanos, fabricantes y conservadores de las artes industriales. Con el tiempo, el museo ha ido evolucionando como centro de investigación y exhibición de las artes decorativas.
El Museo Nacional se crea por Real Decreto de 1912 con el nombre de Museo Nacional de Artes Industriales. Previamente, en época de Amadeo I se había fundado un Museo Industrial. En 1932 se instala en la sede actual, en la calle Montalbán, nº 12 (Madrid), en un antiguo palacete erigido para la duquesa de Santoña en el último tercio del siglo XIX. Es en 1940 cuando recibe el nombre actual.
El museo posee colecciones vanguardistas que en dos años han quintuplicado su valor económico en el mercado
Quince mil objetos de los cuarenta mil que componen la totalidad de la colección del Museo se exponen repartidos en sesenta salas. La mayor parte de las piezas son españolas, aunque también cuenta con un importante fondo de procedencia extranjera. Es especialmente relevante la colección de arte oriental, cuyo núcleo procede del conjunto atesorado por Carlos III para el Gabinete de Historia Natural abarcando, fundamentalmente, las dos últimas dinastías, la Ming (1.368-1.644) y la Qing (1.644-1.912), entre las que se cuenta con un importante grupo de porcelanas de las familias “verde”, “rosa” y de “exportación”. Las artes decorativas occidentales son las más abundantes e incluyen artes del fuego (cerámica, loza, porcelana y vidrio). El museo cuenta con unas cuatro mil piezas de todos los alfares españoles, destacando la pieza más antigua que es una tinaja toledana del siglo XV. También hay porcelanas de casi todas las grandes manufacturas europeas. En cuanto a la colección de vidrio, ésta abarca desde los más antiguos grecopúnicos del siglo IV, romanos y visigodos, hasta los más vanguardistas del XX.
Piezas únicas y muy valiosas
El mobiliario español está muy bien representado a partir del siglo XIV y cuenta con la mejor colección de piezas comprendidas entre el gótico y el barroco existentes en una colección pública. Prácticamente, todas las tipologías de mobiliario creadas hasta el siglo XIX figuran en las salas del museo. El fondo de tejidos se compone de piezas planas no confeccionadas, de ajuares domésticos e indumentaria civil y religiosa y comprende un repertorio de técnicas muy variadas que incluyen damascos, brocados, brocateles, terciopelos, batiks, ikats, bordados, encajes, etc. Un conjunto de piezas coptas del siglo II es el más antiguo, mientras que las más modernas llegan prácticamente hasta nuestros días. También destacan las alfombras españolas magníficamente conservadas; orfebrería y metalistería, marfiles, cordobanes y guadamecíes, nacimientos, obra sobre papel y una muestra de pintura y escultura.
“En este museo tenemos, según explica Alberto Bartolomé Arraiza, director del mismo y vocal de la Junta de calificación, valoración y exportación de bienes del Patrimonio Histórico Español, la mejor colección que hay en el mundo de diseño de vanguardia, que es la Torsten Bröham de diseño de “Bauhaus” y “Avantgarden” con 286 piezas y las de vidrio Torsten Bröham del primer tercio del s. XX con otras 297 piezas”. Esta colección se adquirió gracias a una dación al Estado por parte de Afinsa y BBV, cuyo valor de adquisición fue de 700.000.000 ptas., a la que hay que añadir la documentación bibliográfica de la colección Bröham, conjunto histórico sobre arquitectura y diseño, especializado en Bauhaus y otras escuelas alemanas que también llegó al museo del mismo modo, en concepto de pago de deuda tributaria en 1999 y cuyo valor ascendió a 88.000.000 de pesetas.
“Desde que se compraron estas colecciones hace apenas dos años se ha quintuplicado su valor económico, ya que son piezas únicas, prototipos, y el ritmo de las pujas en las subastas de los objetos de diseño de este calibre ha subido considerablemente el valor de las mismas”. A esta dación, Afinsa ha añadido este año otra aportación también en concepto de pago de impuestos consisitente en otra pieza de vanguardia de extraordinario valor como es una bombonera de diseño Chistopher Dresser, fechada hacia 1878, por la que pagaron 10 millones de pesetas. “En subastas internacionales –según Bartolomé Arraiza- se han vendido piezas parecidas de Dresser cuyo valor ronda los 90-100 millones de pesetas”. La primera parte de esta colección de diseño de vanguardia (1880-1940) se expuso en Madrid, posteriormente se llevó a Vigo y ahora irá a Pontevedra. La segunda parte de esta colección dedicada al vidrio se encuentra en los almacenes del museo y se va a exponer en el mes de noviembre y luego viajará a EE.UU. donde se expondrá durante dos años en seis prestigiosos museos.
Compradores en subastas son los más interesados en documentarse en el Museo de Artes Decorativas acerca de piezas similares por las que piensan pujar
“En el momento en el que una pieza entra en el museo desaparece su valor económico, se convierte en sí misma en una pieza excepcional. El concepto de excepcional no va unido al precio; lo mismo nos alegra una pieza que ha costado millones, como un plato de Talavera que puede haberse adquirido por cuarenta mil pesetas pero que complementa una serie. Se mira la pieza con una visión artística e histórica”, explica Bartolomé Arraiza.
Algunas piezas importantes se quedan sin compradoro o es un afortunado particular quién las adquiere como sucedió con un arcón de madera que perteneció a Juana la Loca que un particular compró en la sala Alcalá por 1.100.000 euros, una pieza de singular valor histórico. Se trata de un record histórico en nuestro país, ya que es el precio más alto jamás pagado en subasta por un mueble. El arcón había partido con un precio de salida de 450.000 euros. La pieza cuenta con una profusa marquetería en su cubierta, presidida por las iniciales de la hija de los Reyes Católicos y de su esposo Felipe de Austria, popularmente conocido como “Felipe el Hermoso”. Los motivos de su decoración, su tamaño y otras características del mueble permiten a los expertos identificarlo como el arcón del ajuar de bodas de Juana la Loca.
Por otra parte en la misma subasta se quedaron dos Goyas sin comprador. La pareja de goyas partió con precio de salida de 4.200.000 euros. Sin embargo no se produjeron pujas por estas obras, por lo cual seguirán en poder de sus actuales propietarios. Estos bocetos habían sido declarados por Patrimonio como Bienes de Interés Cultural, (BIC) lo que los convertía en inexportables. Este hecho, en opinión de los responsables de Alcalá Subastas, restó posibilidades a una posible venta al excluir a los coleccionistas extranjeros. Se había especulado con que, dada la gran vinculación que estas obras tenían con la Comunidad de Madrid, algún organismo dependiente de la misma podría haber estado interesado en su adquisición. Alcalá Subastas no descartaba en su momento con que se iniciase un periodo de negociaciones en el que podría producirse la venta de estas piezas en transacción privada. Bajo los título “El Milagro de San Antonio de Padua” y “La Gloria” (Adoración de la Trinidad), los dos óleos sirvieron de bocetos para los frescos que el maestro aragonés pintaría en la ermita de San Antonio de la Florida de Madrid, el primero para la cúpula y el segundo para el ábside. Ambas obras se encuentran ampliamente documentadas y han estado en colecciones privadas hasta el momento. Numerosos expertos han puesto de manifiesto la exquisita factura de estos lienzos, que para algunos superan en calidad a los frescos para los que sirvieron de boceto.
Donaciones de particulares
El gran empuje en la creación de este museo lo da una colección de arte oriental cuyo núcleo procede del conjunto atesorado por Carlos III. Tal como explica el director del Museo de Artes Decorativas, éste cuenta con muchas donaciones y legados testamentarios muy importantes, algunos que ya se han ejecutado y recibido como el de los dueños de las cafeterías “California” que murieron sin hijos y que quisieron donar más de 200 obras de arte. En numerosas ocasiones, como es el caso citado, no se conocen estas donaciones hasta que llega el notario con la certificación. “Ahora –dice Bartolomé Arraiza- sabemos de antemano que dos importantes familias españolas han legado de forma altruista toda su casa al museo. Y no menos importante son las pequeñas donaciones de objetos que de una forma constante nos llegan de muchos particulares”. El museo de Artes Decorativas posee la biblioteca más importante especializada en la materia que podemos consultar en España. Entre sus fondos destaca con más de cuatro mil libros la colección Bröham especializada en Bauhaus.
Entre otras piezas recreadas en su ambiente destaca una cocina valenciana que data del siglo XVIII con todos sus elementos enmarcada entre 1.500 azulejos levantinos representando escenas de la vida doméstica de la época, que está considerada como un documento artístico, iconográfico, sociológico y fuente de estudio; en suma, uno de los conjuntos más importantes y espectaculares de la muestra. La colección de cerámica es una de las más importantes del museo, en muchos casos con piezas únicas como cinco obras del ceramista Blat, todas ellas firmadas. De entre las colecciones cabe destacar las de cerámica de Teruel, Talavera y Alcora. Las de vidrio castellano y catalán de los siglos XVII y XVIII. La colección de vidrio de La Granja, la colección de alfombras de Alcaraz, Albacete y Cuenca y el conjunto de techumbres mudéjares.
Otra de las joyas es una mesa de plata del siglo XVI con escenas mitológicas. La plata se empleó en el chapeado parcial o total de muebles de lujo, sobre todo a finales del siglo XVI o principios del siglo XVII. De toda esta producción no han quedado más que rarísimos testimonios, el más importante de los cuales es, posiblemente, un bufete salido con toda probabilidad de los talleres de Augsburgo hacia 1570. También podemos destacar una alfombra de Alcaraz del siglo XV, relativamente pequeña (2,20 por 1,70 cm), nada espectacular a simple vista ya que en el museo hay otras más vistosas por su dibujo, pero esta destaca por su antigüedad y rareza ya que sólo se conoce otro ejemplar de la misma serie, el Estado pagó por ella 150 millones de pesetas. Asimismo, el Museo tiene una de las mejores colecciones de España en cuero.
Varias colecciones de muebles, cerámicas, vidrios y textiles son únicas en España y están consideradas como las mejores del mundo
El mobiliario medieval presente en estas salas es único en España. Son muy importantes los muebles del siglo XV, armarios, bancos, etc. que se pueden ver en el museo como piezas únicas, -explica Bartolomé Arraiza- no porque se hallan destruido otras similares, sino, simplemente, porque no había, se utilizaban arcas. De estos arcones se sacaban sillas plegables para montar el comedor, tableros, utensilios, vajillas, ropa, etc., ya que la figura del comedor estable no aparece hasta mediados del siglo XVIII o principios del XIX.
En los últimos cinco años los objetos decorativos de este museo se han cambiado en varias ocasiones, explica Alberto Bartolomé Arraiza, para que los visitantes pudieran admirar nuevas piezas. El conjunto de los objetos expuestos, los techos, la estructura etc., hacen que la planta primera adopte una imagen señorial. La segunda, destinada al barroco (siglo XVII), está en proceso de reestructuración, y según su director se va a dividir en dos partes: una de ambientes (oratorio, dormitorio, estrado, salón y una cámara del tesoro) y otra destinada a colecciones (cerámica, vidrio, etc.). La tercera y la cuarta planta dedicadas a los siglos XVIII y XIX están montadas de una forma más ligera y fácil de visitar. Además, el museo tiene varias muestras itinerantes que recorren las principales capitales de España y también sale al extranjero, concretamente algunas de sus piezas más valiosas se podrán contemplar próximamente en Estados Unidos.
Un museo sin falsificaciones
En este museo no hemos detectado nunca ninguna falsificación, lo que sí tenemos y lo hacemos notar son piezas restauradas, comenta Alberto Bartolomé Arraiza. Por ejemplo, hay expuesta una alacena mudéjar fantástica, es una de las piezas más importantes que existen en este país, donde sólo las puertas son auténticas del siglo XV y se hizo una estructura de pino para que se notara que no era de ese siglo y en ella encajar las puertas. En el siglo XIX había un gran interés por revivir los estilos clásicos y se hacían cosas a la manera de otras épocas anteriores, sin el ánimo de falsificar, simplemente por gusto y moda. Pero si nos ceñimos a las falsificaciones podemos decir con rotundidad que es imposible falsificar un vidrio. En cuanto a los muebles es fácil de hacer y fácil de detectar. A veces utilizan un trozo de mueble antiguo con el fin de fabricar otro u otros cortando la madera en varias secciones, cosa que para los entendidos es muy fácil de detectar. Por ejemplo, la madera antigua suele tener polilla, el frente de la madera tiene puntitos pero si se ven las galerías de la polilla es que la tabla ha sido cortada ya que las galerías nunca pueden quedar por fuera de la madera, otra pista es la forma de labrar la madera, antes se hacía a azuela ahora se hace con la sierra mecánica y el tacto es muy distinto; Los que hacen muebles no les compensa económicamente hacerlo de otra forma. En cuanto a la cerámica, porcelana, etc., los que llevamos muchos años tratando esta materia sólamente con tocarla ya vemos si es o no auténtica, pero si la copia está muy bien hecha sólo hay un sistema que nos garantiza su autenticidad, la termoluminiscencia que proporciona la fecha de antigüedad. Esto se hace en el caso de que queramos adquirir alguna pieza para el museo. Sólo si hay duda es la propia Junta de Calificación la que pide el certificado de autenticidad a cargo del que ofrece la pieza. Hace tiempo con una cerámica que queríamos para el museo, que nos parecía magnífica, pedimos el certificado y resultó ser del XIX no del XVI como parecía en un principio. En los museos hoy en día es muy difícil que pueda entrar una pieza falsificada o una reproducción sin que lo sepamos, gracias a los medios que disponemos para comprobar su autenticidad.
Compras del Estado para el Museo
Prácticamente la mitad se adquirió en Subastas:
– Una colección de doce apóstoles en porcelana de Doccia (Florencia). G. Bruschi. 1757/1760 (33.000.000 ptas.)
– Piano de cola. Siglo XIX J.Broadwood and S. (2.200.000 ptas.)
– Conjunto de Instrumentos de cuerda (11). Violines y Contrabajo (15.000.000 ptas.)
– Arqueta relicario de plata. Papa Sixto II. 1601 (152.192.293 ptas.)
– Arcón castellano, Circa 1500, (15.000.000 ptas.)
– Reloj de sobremesa Bracket inglés. Stphen Rimbault. Circa 1760 (10.778.000 ptas.)
– Placa de piedras duras “Escena Bucólica” R.F. Buen Retiro. S.XVIII (8.000.000 ptas.)
– Pintura “Magdalena Penitente” Mateo Cerezo 1637-1666 y una pintura “Retrato de niña y niño en un paisaje” José M. Romero 1844 (uno de estos cuadros está en el museo de Burgos) (11.000.000 ptas.)
– Mueble escritorio-librería S.XVIII (4.000.000 ptas.)
– Mobiliario Art Nouveau S.XIX (4.490.000 ptas.)
– Cruz medieval de cobre S.XII (1.740.000 ptas.)
– Arqueta sobremesa con patas de vela de madera y hierro forjado. Segunda mitad S.XVIII (29.000.000 ptas.)
– Oleo sobre lienzo “David y Goliat”, de Pedro de Orrente (8.500.000 ptas.)
– Busto de Carlos IV en porcelana de Buen Retiro (3.000.000 ptas.)
– Alfombra de Alcaraz S.XV (150.000.000 ptas.)
– Copa china de cuerno de rinoceronte. Epoca Ming. S.XVI, montura de factura española en plata C.1600 (12.175.383 ptas.)
– Cincuenta y nueve cartones para tapices y cuatro telares procedentes de la Fundación de la Real Fábrica de Tapices. (57.949.000 ptas.)
– “Retrato de la Reina Isabel de Braganza”(122 por 86,5 cm) por Zacarías González Velázquez y un Sillón de aparato, de madera tallada, época Carlos IV (6.000.000 ptas. por las dos piezas una de ellas está en el Museo Romántico).
– Chaisse longue Luis XV siglo XVIII. Un reloj de pared de madera sobredorada, París. Causand S.XVI (8.900.000 ptas.)
– Reloj de Torrecilla S.XVII (7.500.000 ptas.)
– Joyero de Plácido Zuloaga. 1860 Eibar. Hierro Damasquinado (400.000 ptas.)
– Oleo “Virgen, S. José y el Niño en un interior” anónimo S.XVII (20.000.000 ptas.)
– Dos banquetas neoclásicas. Lámpara en cristal tallado y opalina (15.252.000 ptas.)
– Tres piezas de porcelana de Meissen: Grupo escultórico “Figuras de la Guerra de Troya” (1); Soportes/cenadores (2) C.1788-1775 (1.600.000 ptas.)
– Sopera con fuente blasonada de porcelana de Cia. de Indias, (15.000.000 ptas.)
– Colección de abanicos (12) SS.XVIII/XIX y cerámicas (4) S.XVI/XX (6.492.000 ptas.)
– Frasco de vidrio esmaltado al estilo de Venecia Ff.S.XV (22.593.702 ptas.)
– Libro miniatura “Credo de Carlos V”, en latín y español (53.237.270 ptas.)
– Conjunto de tapicería bordada a mano sobre raso de seda realizada por Jean Demóstenes Dugoure, para la decoración interior del Palacio de los Duques de Alba en la Moncloa S.XVIII (116.540.928 ptas.)
– Vajilla porcelana Cia. De Indias, blasón del Conde de Ricla (45 piezas) 1765 (29.060.000 ptas.)
– “Benditero de opalina” Fca. La Granja S.XVIII (348.024 ptas.)
– Pintura “Carolo Tertio” Aguafuerte F. Solimena y Carmona (Grabador) (53.360 ptas.)
– Jarrón de Talavera. Ruiz de Luna; Juego de 6 sillas. Carlos IV. 1780; Tapiz “Triunfo de la Victoria” S.XVI; Hostiario circular en plata S. XIX; Abanico, marfil S.XVIII (5.591.144 ptas.)
– Sopera en porcelana de Cia. Indias perteneciente a Felipe V 1700-20, con blasones de la Casa Real (5.812.000 ptas.)
– Siete lotes de objetos diversos procedentes del Palacio de Bendinat (Palma de Mallorca): Tocador S. XVIII, vajilla Alcora S.XVIII. Vajilla porcelana París S.XIX. cristalería tallada (52.526.400 ptas.)
– Atril de lectura y escritura, Graupner, Madrid, 1770 (80 por 41,5 por 78 cm). (4.640.000 ptas.).
-Tarro tabaquera de porcelana Diseñador Olery, Moustiers S.XVIII (3.000.000 ptas.)
– Conjunto de nueve piezas de porcelana del Buen Retiro (9.000.000 ptas.)
– Arquilla de marfil S.XII (12 por 7,5 por 5,5 cm) (15.000.000 ptas.)
– Copa Neoclásica de Agata (55 por 28 cm) S.XVIII (7.950.000 ptas.)
– Cómoda de madera, bronce y mármol (92,5 por 63,2 por 132,5 cm) C.1770 (40.000.000 ptas.)
– “Capa ceremonial de la Orden de Carlos III” S.XVIII seda azul bordada en plata (1.044.000 ptas.)
– Nueve lotes de encajes S.XIX (cuatro manteles, puntillas, etc.) (2.412.800 ptas.)
– Tres lotes de cerámica de Talavera S.XVIII (una jarra de pico, una pareja de botes de farmacia y una orza) (1.500.000 ptas.)
– Porcelana blanca y oro, base azul. “Centro Francés”, en forma de cesta S:XIX De Roche (29 por 19 por 32 cm) (444.600 ptas.)
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• Varias colecciones de muebles, cerámicas, vidrios y textiles son únicas en España y están consideradas como las mejores del mundo.
• Compradores en subastas son los más interesados en documentarse en el Museo de Artes Decorativas acerca de piezas similares por las que piensan pujar
Hola, me dirijo a ustedes si m pueden decir q tengo q hacer para poder dar a mis clientes certificado de piezas únicas.
Pues me dedico a hacer piezas únicas en Estuco mármol.
Gracias.
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