La obra de los artistas vascos es reconocida por su fuerte personalidad. Son cuadros y piezas de acusado costumbrismo y luego, a partir de mediados del siglo XX, vanguardia de la abstracción. Regoyos, Guiard, Iturrino, Durrio, Uranga, Zuloaga, Oteiza o Chillida, son autores de renombre internacional, aunque su obra no se prodiga en el mercado. Coleccionistas ligados al mundo de la banca, las finanzas y la industria, tanto del País Vasco como residentes en Madrid, compran estas obras a las que auguran una importante revalorización por la escasez de oferta.
María Jesús Burgueño
A mediados del siglo XIX aparecen tres figuras importantes que marcarán una trayectoria imprescindible en la pintura vasca, Regoyos, Guiard e Iturrino, íntimamente relacionados con los centros principales de la modernidad artística europea radicados en París y Bruselas. En los últimos veinte años del siglo XIX Losada, Durrio, Uranga y Zuloaga se trasladan a Francia y toman contacto con las vanguardias parisinas. Los temas son muy variados, abundan los paisajes de montañas y praderas, las escenas marineras, industriales, las rías y los cuadros costumbristas. Suele ser una pintura donde el personaje es importante, cuentan historias cotidianas y fiestas populares. A mediados del siglo XX nace la que se ha considerado primera generación de artistas vascos con Oteiza y Chillida. La segunda aparecerá en Arantzazu, en torno a la basílica de los franciscanos. Después se sucederán una serie de grupos artísticos que nacerán y morirán a lo largo de la segunda mitad del siglo XX con un carácter polémico, entre lo político y lo artístico, dejando paso a un destacado grupo de artistas de nueva generación que triunfa en el ámbito nacional e internacional.
El arte vasco llega de la mano de Guiard que abre las puertas de la pintura moderna, es el primero que viaja a París, explica Javier Viar Director del Museo de Bellas Artes de Bilbao, la influencia de Degas es decisiva al aplicar sus nuevos conocimientos a los temas tradicionales vascos. Su paleta llena de colores claros es seguida por numerosos artistas. De estos años de finales del siglo XIX hasta mediados del XX también es importante destacar a Iturrino, fovista, que pinta con su gran amigo Matisse y tiene una relación estrecha con los pintores parisinos. Nicolás Lekuona, cuya obra se vio cortada por su prematura muerte, es un destacado creador de la vanguardia española de los años 30. En cuanto a la escultura, Durrio, amigo de Gaugin, trabaja el simbolismo, no tiene una obra muy extensa pero es muy interesante.
El arte vasco contemporáneo aparece con identidad propia a partir de 1948. Se desarrolla en dos caminos, uno de abstracción lírica y otro de abstracción geométrica. Es el arte de la posguerra, cuando Oteiza vuelve de Latinoamérica y Chillida firma sus primeras esculturas, comenta Viar, una serie de pintores y escultores trabajan en paralelo a estos dos artistas considerados como primera generación. En el año 1950 los franciscanos de Arantzazu, Guipúzcoa, convocan el concurso para la nueva basílica; en torno a ella se forma un grupo de artistas que van a ser fundamentales para el nuevo arte vasco. Oteiza realiza una labor de apostolado, no solamente porque hace los apóstoles del friso, sino porque llena con sus ideas buena parte de lo que va a ser la basílica. Chillida hace las puertas en el año 1954. Nuevos y maduros artistas se reúnen para trabajar, ver y hablar, Ibarrola, Balerdi pinta con una abstracción lírica heredada de París, Mendiburu, Larrea, Amable Arisa, que aunque nace en León, explica Javier Viar, se implica activamente en la pintura vasca, Sistiaga y Zumeta, entre otros. Se estaba formando un núcleo de pensamiento de arte de vanguardia, una nueva generación. En 1957 Oteiza gana la Bienal de Sao Paulo y Chillida la de Venecia, estos acontecimientos estimulan el interés por el arte vasco, un arte que, por otra parte, lo trabajaban los artistas de una manera autodidacta en un momento difícil con poco apoyo a la cultura de vanguardia que tiene que luchar contra una estética conservadora. En 1958 Oteiza manifiesta su cansancio por la escultura, al tiempo que Chillida ya ha creado su mejor obra.
En el año 1966 se crearon los llamados Grupos de la Escuela Vasca, Gaur en Guipúzcoa, Hemen en Vizcaya y Orain en Álava que lograron reunir a una gran cantidad de pintores pero desaparecieron a los pocos meses. “Estos grupos más que un carácter estético yo creo que tuvieron -comenta Javier Viar- un carácter político, fueron como el frente cultural. La lucha entre ellos por considerarse poco o muy modernos, más o menos reivindicativos, etc. contribuyó a su prematura desaparición”. Desde finales del siglo XX y principios del XXI hay una nueva generación muy a tener en cuenta con autores como Aquerreta, Badiola, Bados, Izaru, Lazkano, Moraza, Sáinz Morquillas, Daniel Tamayo y Urzay entre otros. Estos artistas se encuentran con un panorama favorecedor ya que cuentan con un clima de apoyo a la cultura desde el punto de vista social e institucional. La Escuela de Bellas Artes de la Universidad del País Vasco, afirma Viar, es un semillero de muchos artistas muy buenos.
París, punto de partida
Se puede decir que hubo una escuela vasca cuyo punto de encuentro y de partida fue el París de finales del siglo XIX, explica Ernesto Gutiérrez, de la Galería Lorenart, aunque no tan definida como ha podido estar la Escuela de Madrid. Hay que destacar la presencia de Regoyos que sin haber nacido en el País Vasco su vida y su obra fue totalmente vasca, fue el primer impresionista vasco e influyó decisivamente en la pintura española. El artista vasco es un pintor poco prolífico, no pinta grandes cantidades, se dice que Echevarría, un hombre que dedicó toda su vida a la pintura, posiblemente no pasaría de los 300 óleos. Hay muy poca pintura vasca circulando por las salas y galerías. Crece el interés por esta pintura pero aún los coleccionistas no se han dado cuenta de que no es numerosa, comenta Ernesto Gutiérrez, llegará un momento en el que circulará cada vez menos y su precio subirá. Esto es lo que sucede con la obra de Guiard ya que es muy rara su presencia en el mercado y su precio se ha disparado. Pero aún hay en el mercado obra importante. Los precios son aún muy bajos si se compara con lo que ha subido la pintura del resto de España, añade Gutiérrez. Conscientemente nadie está en contra de un bonito cuadro de estos autores, comenta Ernesto Gutiérrez, pero inconscientemente la problemática vasca influye en el mercado. A pesar de estos matices hay que destacar que las mejores colecciones se encuentran en Madrid dentro de familias vascas y nuevos coleccionistas.
La cotización varía mucho dependiendo de la calidad de la obra o su rareza, por ejemplo unas Gitanas de Juan de Echevarría (73×92,5cm) firmado cuesta 180.300€. Un cuadro costumbrista de Arteta como el titulado Txistularis (100x107cm) 150.250€. Un cuadro de Iturrino de Muchachas jugando desnudas (149×99,5 cm) cotiza por 120.200€. Un bodegón de Zubiaurre donde aparecen personajes como Pan bendito (100x100cm) 54.090€. Valentín de Zubiaurre cotiza un poco mejor que su hermano Ramón, esto es debido a que Valentín hizo mejores obras maestras pero un cuadro cubista de Ramón se paga mucho mejor que la mejor pintura de Valentín. La obra de los hermanos Arrúe también es muy buscada, en Francia la más apreciada es la de Ramiro y Alberto, en España la mejor valorada es la de José. Los compradores buscan firma, belleza y luego negocian el precio. A partir de mediados del siglo XX la mirada del arte se centra en dos grandes figuras como Oteiza y Chillida que permanecen ligados al País Vasco. El mercado ha separado con gran diferencia a Regoyos del resto de los pintores como obra buscada por los coleccionistas y en cuanto a precio el que marca la diferencia es Zuloaga. (*precios 2002-2003).
Unos dibujos de calidad
Existe en Madrid una gran colonia de vascos que compran toda la obra vasca que sale al mercado. Son unos grandes coleccionistas, explica Julián Arteaga director de La Galería, y grandes expertos. La pintura vasca es de una gran calidad, en general es muy buena, hay grandes pintores y dibujantes. Hay que señalar que no es una pintura fácil como otras, los rasgos son más duros, tiene retratos de líneas muy marcadas y los temas son muy repetitivos, añade Arteaga, son paisajes cerrados, pintan lo que ven y el relieve vasco es así. Hay un interés creciente y eso se nota en las subastas, no hay crisis para estos artistas vascos, todo lo que sale al mercado se vende y se vende bien. Hace unos años no cotizaba como lo hace ahora, concretamente los dibujos se pagan cada día mejor. Recuerda Julián Arteaga, el dibujo Retrato de Manolito Pendás, de 1876, realizado por Darío de Regoyos con lápiz y carboncillo sobre papel de 60x48cm. salió de La Galería el jueves día 1 de febrero de 1996 y se adjudicó en su precio de salida de 721€ (120.000ptas.) y recientemente se ha podido ver en la Fundación Cultural Mapfre en la exposición dedicada al pintor. En diciembre una acuarela de este mismo autor Pueblo vasco salió en 2.000 y se adjudicó en 10.000€. Cada día hay más interés por el dibujo y las acuarelas, comenta Arteaga, a La Galería llegan expertos y nuevos coleccionistas en busca de estas piezas y se sorprenden cuando por pocos euros consiguen una obra de un gran artista. Otros remates interesantes fueron un dibujo a lápiz firmado con sello de 13,5x19cm. de Ignacio Zuloaga Apunte de caballo salió en 600€ y subió a 1.000. También de Iturrino un Boceto de figuras, realizado a lápiz sobre un soporte de 18,5x27cm. subió de 375 a 600€. (*precios 2002-2003)
Pintura y escultura
El arte vasco comienza a definirse con la aparición de tres grandes maestros Regoyos, Zuloaga y Guiard, según Txomin Borao de la Sala Espacio Arte Bilbao XXI, a los que se les puede añadir nombres como Guinea, Olano o García Ergüin, entre otros. En contra de lo que muchos piensan, añade, la pintura vasca es colorista y de grandes matices, tuvieron una gran escuela de los impresionistas parisinos. La pintura vasca compite en las salas de subastas con la escuela de Madrid y la de París. En la subasta de diciembre 2002, recuerda Txomin Borao, el precio más alto fue para el cuadro de la vasca Menchu Gal cuya pintura se encuadra en la escuela de Madrid, Vendimia en la Rioja salió en 8.500€ y se remató en 19.000. Hay también un gran número de coleccionistas de los pintores García Barrena y García Ergüin, de éste último sacamos varios óleos a subasta y se vendieron todos, el óleo Salida de picadores de 89x117cm. se adjudicó en 6.500€ fue el más valorado. El interés por el arte vasco es creciente, comenta Borao, se compra pintura de autores vascos en general. (*precios 2002-2003)
Se vende entre un 90 y un 100% de la obra que sale a subasta. Los hermanos Zubiaurre mantienen unos precios muy parecidos entre ellos, está quizá un poco mejor considerado por el mercado Valentín, pero personalmente, añade, creo que son magníficas las pinturas de Ramón, sus obras tienen un cromatismo espléndido, era un pintor muy sentimental y esto lo refleja en el lienzo, es una pintura muy sutil y elegante. El óleo de Ramón Zubiaurre Retrato de mujer joven de 60x46cm, se adjudicó en diciembre en su precio de salida de 9.000€. La mitad del siglo XX tiene una fila de artistas muy importantes como Juan de Aranoa y Aurelio Arteta del que su mejor obra la realiza en los últimos años de su exilio en Méjico, sus dibujos son magníficos y demuestra un gran dominio del trazo, como el retrato de un Niño (40x30cm) que salió a pujas en 2.000€ y subió a 3.000. Los hermanos Arrúe del Valle, Alberto, José, Ramiro y Ricardo, añade Borao, están muy bien considerados en las salas de subastas. Ramiro es un pintor cuya obra más destacada la realiza en el sur de Francia donde está muy valorado. En el País Vasco el más considerado es Alberto seguido de José. El escultor Jorge Oteiza, de noventa y cuatro años (hospitalizado por una grave neumonía en el momento de escribir este reportaje), es uno de los máximos representantes de la escultura española del siglo XX. Sus obras son muy cotizadas, en la subasta de diciembre en la Sala Espacio Arte Bilbao XXI se vendió un bronce de 20x12x10cm. titulado Nuestra Señora de Arantzazu, fechado y firmado en 1969, que salió en 6.000€ y llegó a 9.000. Y el acero Caja metafísica, de 22x28x22cm. que desde 35.000 subió a 50.000€. (*precios 2002-2003)
Los puertos y las rías son unos temas muy populares entre los pintores vascos, explica Borao, concretamente, Adolfo Guiard tiene pinturas de la Ría impresionantes. De este artista sale muy poca obra al mercado y suele tener un precio bastante elevado. Otro gran paisajista es Darío de Regoyos. Losada también trabaja estos temas, son muy buenos sus pasteles. Juan de Echevarría es un magnífico pintor de floreros y gitanas. Francisco Iturrino son muy interesantes sus conjuntos de figuras. Zuloaga es el gran retratista vasco. Las escenas costumbristas las borda Aurelio Arterta, son muy buenos sus temas industriales. En cuanto a escultura Chillida y Oteiza son los grandes maestros.
Apuntes sobre la pintura vasca:
– A finales del XIX aparecen en escena autores con identidad vasca como Guiard, Iturrino, Lekuona, Regoyos y Zuloaga. Es el principio de la modernidad.
– Después de un largo paréntesis por la Guerra Civil, hacia 1948 se define la primera generación de artistas vascos con Oteiza y Chillida.
– En Aranzazu, en 1950, se produce la segunda generación en torno a la Basílica de los Franciscanos.
– En 1957 se conceden los primeros premios importantes internacionales a la obra artística vasca, ganando las Bienales de Venecia y Sao Paulo
– Se plantea la ruptura de la estética conservadora de paisajes y escenas costumbristas con la aparición del expresionismo abstracto.
– Nacen alrededor de 1966 los llamados Grupos de la Escuela Vasca (Gaur, Hemen y Orain). Duran apenas un año y se desvanecen entre polémicas políticas y artísticas.
– En la actualidad hay un gran número de artistas vascos que luchan por los primeros puestos en el arte español e internacional.
– Escenas costumbristas y los paisajes de montañas, praderas, el mar, así como las primeras industrias, fuente de inspiración.
– El coleccionismo de cuadros de pintores vascos tiene una fuerte implantación entre la burguesía financiera de Madrid.
– Las obras de pintores vascos no abundan en el mercado de subastas pero se aprecia una importante revalorización de los artistas consagrados.
Nota: los precios, en su mayoría, corresponden a subastas realizadas en 2002-2003
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