El mercado del arte está atravesando en esta temporada el mejor momento de los últimos veinte años.

Las cotizaciones y la demanda están muy por encima de las cotas máximas alcanzadas en 1990, cuando se produjo el último boom en el panorama artístico. En 2005, según datos de la prestigiosa empresa analista francesa Artprice, los beneficios totales obtenidos en la subasta de obras de arte superaron los 3.200 millones de euros mientras que el año anterior dicha cifra no llegó a alcanzar los 3.000 millones de euros. Sin embargo, el número total de lotes vendidos rondó tanto en un año como en otro los 320 mil, lo cual indica claramente un alza en las cotizaciones de las piezas subastadas. Numerosas obras de arte han alcanzado cifras de adjudicación por encima de las previsiones, como los 477 lotes que superaron, en el año 2005, la barrera psicológica del millón de dólares (814 mil euros), frente a los 393 que se vendieron por encima de esa cota en el año anterior. Todos los géneros, todas las épocas y todas las técnicas han vivido una fuerte alza en el último ejercicio económico.

Más de la mitad de esos lotes millonarios se vendieron en las casas de subastas de la Gran Manzana. En el mercado Nueva York, después de haber crecido los cotizaciones un 18,5% en 2004, el alza en el año que acaba de terminar estalló hasta el 34,5%, teniendo en cuenta el total de transacciones producidas en las casas de subastas de arte neoyorquinas, tal como indican los datos recopilados por Artprice. Según la base de datos francesa, en el mercado de Manhattan las cotizaciones son hoy en día un 27% más elevadas que en el momento del boom de 1990. Esto implica que muchos inversores están sacando al mercado ahora obras que adquirieron en dicho periodo y obtienen por ellas grandes beneficios. El mercado londinense ha seguido esa misma tendencia, con un promedio de cotizaciones un 20% más alto que en julio de 1990, sin embargo en París los precios están todavía un 50% por debajo de dicho periodo.

Arte contemporáneo en cabeza
«Hay mucha liquidez en el mundo y mucho dinero», opina el especialista en mercado del arte internacional Edmund Peel, «la competición entre los postores es muy dura». En el boom de principios de los noventa el periodo artístico más demandado y que más altas cotizaciones alcanzaba era el Impresionismo, «hace tan sólo diez años el arte contemporáneo era sólo una sección de las subastas», señala el director de la empresa consultora de arte Edmund Peel Fine Art Consulting. Sin embargo hoy por hoy el arte contemporáneo ha experimentado una progresión excepcional, con un alza en las cotizaciones de un 28,2% durante 2005. «Hay gran escasez de piezas importantes en la oferta del mercado», cada vez es menos frecuente acceder a través de las subastas al arte antiguo, a la pintura impresionista, e incluso a la pintura moderna clásica, según el experto británico, «es difícil encontrar piezas importantes». En cambio, en el segmento del arte contemporáneo la oferta es mayor y especialmente los coleccionistas estadounidenses, que disfrutan de una gran liquidez, son quienes están prestando un interés creciente en obras de artistas de la segunda mitad del siglo XX y de nuestros días. «Mi sensación -señala el especialista británico afincado en España- es que el ánimo comprador se ha centrado principalmente sobre el mercado contemporáneo donde se percibe todavía la posibilidad conseguir alguna obra importante de las que se están produciendo hoy en día».

Un baremo representativo de este fenómeno son los casi 50 artistas por debajo de los 45 años de edad que superaron, durante el año pasado, los 100 mil dólares (81 mil euros) en subastas públicas, frente a los únicamente siete que superaron este límite en 2004. Mientras que hace años era muy difícil encontrar piezas de artistas vivos en subastas, y mucho más si se trataba de creadores emergentes cuyo ámbito natural de mercado son las galerías de arte, hoy es un hecho frecuente encontrar estos nombres de jóvenes consagrados en los catálogos de las principales casas de subasta.

En este sentido, es muy llamativo el dato de que, después del lienzo más cotizado del año «Venecia, el Gran Canal, mirando hacia el nordeste desde el Palazzo Balbi» de Antonio Canal, ‘Canaletto’; que fue vendido en Sotheby’s de Londres por más de 24 millones de euros, las dos siguientes obras de arte que alcanzaron una mayor cotización en subasta en 2005 fueron piezas de artistas del siglo XX. Así, la pieza «L’oiseau dans l’espace» (El pájaro en el espacio), creada entre 1922 y 1923 por el rumano Constantin Brancusi rompió el récord para una escultura contemporánea con un valor de adjudicación de 24,5 millones de dólares (19 millones de euros) en la sala Christie’s de Nueva York. Y la tercera en el ranking, la monumental escultura de David Smith realizada en los años 60 «Cubi XXVIII» fue vendida en Sotheby’s de Nueva York por 21,25 millones de dólares (16,5 millones de euros).

«El transvase del interés desde el Impresionismo hacia el arte moderno y contemporáneo continuará y las cotas máximas del mercado seguirán siendo fuertes», opina el galerista neoyorquino John Good. «Todavía es posible comprar obras maestras de la segunda mitad del siglo XX y eso es cada vez más difícil cuando se habla del arte anterior a la Segunda Guerra Mundial», declaró Good para Artnet, uno de los portales de Internet especializados en arte más reconocidos a nivel internacional.

Técnicas y periodos más cotizados
Dentro del arte moderno y contemporáneo, uno de los segmentos que ha visto un crecimiento más espectacular en los últimos años ha sido la fotografía. Los poco más de cien años de historia del medio fotográfico están alcanzando un gran reconocimiento entre los coleccionistas. En lo que respecta a instantáneas del periodo comprendido entre finales del siglo XIX y principios del XX, la fotografía comenzó a experimentar un alza a partir de 1999. Según datos de Artprice, la explosión de precios entre 1997 y 2002 fue especialmente espectacular, valorándose la subida total de esos años en un 639%. Actualmente las cifras están empezando a estabilizarse, pero las cotizaciones siguen siendo en 2005 tres veces más altas que en 1997.

Sin embargo, este boom se está trasladando, de la misma manera que vimos anteriormente con la pintura y la escultura, al segmento moderno y contemporáneo de la fotografía. El índice elaborado por la base de datos francesa Artprice para este sector ha subido un 88% desde octubre de 2001 y, en el último año, las ganancias totales obtenidas por la fotografía moderna y contemporánea fueron de 33,4 millones de euros, un 358% más altas que en el mismo periodo hace una década. La mayor parte de estas transacciones de fotografía se realizan en el mercado de Nueva York, donde la casa Phillips, de Pury & Company está alcanzando una reputación cada vez mayor en este sector. Sin embargo, una de las fotos más cotizadas del año, la emblemática instantánea «El beso» de Robert Doisneau se vendió en abril del año pasado en la sala de subastas Artcurial de París por 185.000 euros, cuando su precio estimado de salida estaba entre los 15 y los 20 mil euros. Entre los fotógrafos contemporáneos más cotizados que están empezándose a abrir camino en el mercado secundario -tras estar sobradamente consagrados en el mercado primario de las galerías- son los maestros de la Escuela Alemana como Thomas Ruff, Thomas Struth o Andreas Gursky, junto con algunos más jóvenes como Vik Muniz, Nan Goldin, Cindy Sherman, Robert Mapplethorpe o Vanessa Beecroft.

Por otro lado, si hablamos de corrientes históricas en la creación plástica, según una comparativa realizada por Artprice el movimiento artístico que ha experimentado una mayor subida durante 2005 ha sido el Dada, cuyas cotizaciones se elevaron un 137% desde principios de 2005. En este ascenso ha influido la exposición retrospectiva realizada por el Centro Georges Pompidou de París, junto con la escasa oferta de piezas provenientes de esta etapa artística, que apenas duró una década, lo que las convierte a las obras de Maz Ernst, Marcel Duchamp o Hans Arp en piezas muy deseadas.
Tras el dadaísmo, la base de datos francesa sitúa a dos movimientos italianos en las siguientes posiciones, el Futurismo y el Arte Povera, con una subida de precios del 93% en 2005. La ley tributaria italiana que penaliza la exportación de obras de arte con más de 50 años de antigüedad, hace que la mayor parte de las transacciones de estas piezas se realicen en dentro de las fronteras de Italia lo que contribuye al crecimiento del mercado romano. Según datos de la firma analista inglesa Art Sales Index, el valor medio de las obras de arte que salieron a subasta en Italia ha experimentado un fuerte crecimiento desde enero 2003. Creaciones de maestros futuristas como Giacomo Balla han alcanzado cotizaciones millonarias en el ejercicio que acaba de concluir, al tiempo que los representantes del movimiento povera están alcanzando sus récords personales, como los 350 mil euros que se han pagado este año por una pieza de Luciano Fabro o los 320 mil que ha alcanzado como cotización Giovanni Anselmo.

Mercado español

Resulta difícil conseguir datos sobre el mercado español, ya que el sector secundario, las casas de subasta, no está tan desarrollado como en otros núcleos del mercado, especialmente en lo referente al arte contemporáneo. Las galerías y las ferias -y ARCO de manera muy destacada- son los epicentros del mercado del arte español, pero el hermetismo de este sector primario hace muy difícil tener datos fiables sobre las transacciones de arte contemporáneo en nuestro país.

Sin embargo la sensación de crecimiento a nivel mundial también se traslada al mercado local. Así, un informe publicado recientemente por el Banco de España afirma que el arte es ya el tercer objeto de inversión preferido por los españoles después de la construcción y los productos financieros. Según la encuesta en la que se basó dicho informe, el 18% de los hogares ha adquirido obras de arte o antigüedades en los últimos años.

El informe correspondiente a la pasada temporada (2003-2004) de los analistas británicos Art Sales Index cifraba el aumento de los beneficios de las subastas de arte en España en un 32,8% con unas ganancias totales de más de 23 millones de euros. Se trata de un porcentaje de crecimiento ligeramente menor que el del ciclo anterior, en el que el comercio de arte en nuestro país creció un 37,6% pero, paradójicamente, obtuvo unos beneficios menores ya que los ingresos totales fueron de unos 17.850.000 €. El ascenso de nuestro mercado ha sido constante desde 1982 -año en que se celebró la primera Feria Internacional de ARte COntemporáneo- un crecimiento sólo interrumpido en los años de la crisis mundial de principios de los noventa. Pero, ni siquiera en aquellos años negros a nivel internacional, el mercado dejó de subir proporcionalmente, al tener todavía por delante un amplio campo de crecimiento. Al margen de las crisis y altibajos que ha atravesado el sector, el número de lotes vendidos a través de subastas en España y sus cotizaciones no han dejado de subir, según los datos de Art Sales Index.

El coleccionismo institucional es cada vez mayor en nuestro país, lo cual se hace especialmente patente con la apertura de nuevos centros de arte y museos en toda la geografía española. Junto a este hecho, se consolida con fuerza la figura de los jóvenes coleccionistas, que adquieren pequeñas piezas, obras sobre papel o fotografías con las que van forjando sus colecciones. «Yo veo que aquí hay ilusión, que aquí hay galerías cuyas exposiciones tienen mucho éxito», afirma el especialista en mercado Edmund Peel, «veo que hay muchos artistas contemporáneos españoles que tienen un éxito enorme». Los motivos son diversos y van desde del crecimiento de la economía española hasta la histórica afición de neustro país por la creación artística, «porque al público le gusta, porque hay sensibilidad. España es un país muy sensual y tiende a la satisfacción de los sentidos». Así, en todo el territorio español, el arte llega hoy a un público más amplio y se venden cada vez más obras de arte dentro de un rango medio de cotizaciones. Además, en relación a las cifras que se observan en el mercado internacional «el arte contemporáneo español, si pensamos desde un baremo calidad-precio, está bajo», en opinión de Peel, por lo que las pinturas, fotografías y creaciones de artistas españoles vivos pueden ser una buena inversión de cara al futuro.

Mercados emergentes
Por otro lado, el boom económico que se está constatando en China también ha tenido un fuerte impacto en el mercado del arte. Tanto las vanguardias chinas como los grandes maestros han experimentado una subida de casi el 80% en sus cotizaciones durante el año pasado. Al mismo tiempo las nuevas fortunas que se están acumulando en China, está haciendo aparecer en el mercado internacional una nueva generación de coleccionistas chinos que están interesados tanto en el arte local como en el extranjero. «Los precios para el arte contemporáneo chino seguirán subiendo -señala el coleccionista y editor Larry Warsh-, alimentados por la creciente economía china y la escasez de obras disponibles de calidad, además de a causa de la entrada en el mercado de muchos nuevos coleccionistas, tanto occidentales como orientales», según declaraciones recogidas por Artnet Magazine a principios de este año. «Las principales casas de subasta han identificado a Asia como un mercado creciente que puede servir también como trinchera ante un posible pinchazo de la burbuja en el arte contemporáneo occidental», advierte el coleccionista.

La creación plástica de América Latina también está teniendo un peso cada vez mayor en el mercado. Buena muestra de ello son los excelentes resultados conseguidos por la subasta de arte latinoamericano celebrada en Sotheby’s Nueva York el pasado mes de noviembre. El volumen total de ventas superó los 12 millones de dólares (más de 10 millones de euros) y la obra más cotizada, un cuadro de Fernando Botero titulado «Los músicos» fue adquirida por 1.528.000 dólares (1.299.800 euros), el segundo valor más alto pagado por una pintura del artista colombiano. Otra de las piezas más cotizadas fue «El agua» del chileno Roberto Matta, una obra de 1939 que se vendió por 1.340.000 dólares (1.140.000 euros). También alcanzaron pujas elevadas las creaciones del muralista mexicano Rufino Tamayo, del vanguardista uruguayo Joaquín Torres-García o del artista cubano Wilfrido Lam. El arte latinoamericano es cada vez más demandado por los coleccionistas, lo que se confirmó asimismo en la subasta organizada en noviembre por la otra gran casa neoyorquina, Christie’s. Este hecho se plasma también en el creciente número de galerías de arte y ferias que están proliferando por toda América Latina, así como la presencia cada vez mayor de estas salas -tanto emergentes como consolidadas- en las principales ferias de arte internacionales, como ARCO o Art Basel Miami.

Un crecimiento duradero
Nueva York y Londres son los epicentros del mercado «son las dos ciudades del mundo más concurridas, las dos ciudades más abiertas, más ricas», opina Edmund Peel. Pero el fortalecimiento de mercados que antes se consideraban periféricos, como es el caso de Latinoamérica, Asia o algunos países europeos que todavía tienen un amplio campo de crecimiento por delante, constituyen la esperanza del mercado y contribuyen a que aumente progresivamente la demanda.

Esta demanda, que según los analistas va a seguir en alza, permite predecir que la actual subida de las cotizaciones no va a ser una mera burbuja especulativa que estalle en los próximos meses, como sucedió a principios de los noventa. «El momento del mercado del arte hoy es muy distinto de lo que ha sido en otras épocas de la historia reciente, cuando la coyuntura económica parecían influir mucho en el mercado del arte», opina Edmund Peel. Las circunstancias son distintas y la inversión en arte se valora como un valor estable con ventajas añadidas al interés puramente económico. La creación de patrimonio cultural sigue creciendo y, dentro de ella, el arte contemporáneo tiene cada vez mayor peso específico.