En Coslada desde el 29 de marzo al 30 de abril de 2007

Las huellas de la cultura andalusí en la península Ibérica son tan profundas y evidentes como sus tesoros artísticos, la abundancia de palabras árabes en las lenguas peninsulares o las manifestaciones musicales, poéticas, agrícolas y tecnológicas de nuestra cultura. Pero existe también un legado más inmaterial, más sutil, que se plasma en el mundo de los sentidos. Es una herencia etérea e invisible, de sonidos, olores, imágenes, sabores y espacios. Esta herencia es la que intenta materializar la exposición Los aromas de al-Andalus, organizada por la Obra Social «la Caixa» y «El legado andalusí», con el comisariado de la Fundación de Cultura Islámica. La muestra Los aromas de al-Andalus se podrá ver gratuitamente, del 29 de marzo al 30 de abril de 2007, en una carpa instalada en la Plaza Mayor de Coslada.

Los aromas de al-Andalus nos sumerge en el abigarrado mundo de los olores de al-Andalus. En un recorrido imaginario a través de la recreación de los enclaves más importantes de una ciudad andalusí: el zoco, la mezquita, la casa y el jardín, el visitante se sentirá invadido por olores, perfumes, sensaciones fuertes, esencias de antaño, que reconocerá, sin embargo, como próximas, al pertenecer también a su vida cotidiana, a nuestra civilización.

Ocasión de disfrute, espacio para gozar con los sentidos de una amplia selección de olores y perfumes básicos, como el ámbar, que conformaban la cultura andalusí, Los aromas de al-Andalus constituye igualmente un placer intelectual, al mostrar paralelamente a ese mundo de sensaciones, las claves de la dimensión económica y social de un comercio que aunó los puertos andalusíes con el Extremo Oriente.

Zoco, mezquita, casa andalusí y jardín

El visitante es invitado a penetrar en un zoco, como hacían a primera hora de la mañana las gentes de al-Andalus, para acudir al gran mercado de las especias, que se nos ofrece en una borrachera de color. Son los rojos, los malvas, los ocres que atraían a la mujer andalusí en busca del condimento para la comida familiar, al perfumista en busca de las esencias para sus perfumes, o a la alcahueta que rastreaba productos raros para sus bebedizos de amor o de atracción. En el zoco se apilaban especias y condimentos cultivados en el mismo al-Andalus como el hinojo, el anís y el azafrán, junto a otros importados de Oriente como la canela y el cardamomo.

A cualquier hora del día pero primordialmente al filo del mediodía, la mezquita se convertía en el principal punto de reunión social, jurídica y religiosa. También en este marco el mundo de los aromas tiene un protagonismo indudable: para dignificar el recinto durante las plegarias y fiestas importantes, como el ramadán, se quemaban productos aromáticos (la mirra, entre ellos) y maderas perfumadas como el sándalo o el agáloco indio, procedentes de países lejanos e importados a al-Andalus.

Al atardecer, la casa andalusí se convertía en un lugar de convivencia familiar y para la recepción de amigos. Tanto para protegerse de las miradas extrañas como para combatir el excesivo calor del verano, la casa andalusí mira hacia dentro, no hacia fuera. Por lo general, la cocina ocupaba un espacio muy exiguo que daba directamente al patio, sin ninguna otra ventilación, y la cocinera no utilizaba más que hornillos de barro, en los que quemaba carbón vegetal, aunque excepcionalmente podía utilizarse un horno de leña.

Los andalusíes recogieron la herencia mediterránea oriental de sabores fuertes aportados por las especias ya conocidas por Grecia y Roma. Pero, al mismo tiempo, incorporaron otras, aclimatadas en su propia agricultura, como el ajenjo, la albahaca, la mostaza, el comino, o la matalahúga (matalahúva, en las traducciones medievales), entre otras.

La ruta de las especias

La exposición muestra, con diversos mapas, itinerarios, grabados e ilustraciones la ruta del comercio de las especias hasta llegar a al-Andalus. A través de las rutas marítimas orientales, los comerciantes de las especias y variedades aromáticas partían de la India y de la isla de Java, atravesando rutas terrestres por Egipto, Iraq, Siria y Palestina. El camino proseguía por rutas marítimas occidentales, bordeando las costas mediterráneas hasta desembarcar, finalmente, en los puertos andalusíes.

En las ciudades de al-Andalus, después de pasar por mil vicisitudes, los fardos de productos aromáticos abarrotaban los funduqs (alhóndigas, es decir, posadas y a la vez depósitos de mercancías), como el actual Corral del Carbón en Granada o las alhóndigas de los genoveses de Málaga. Tras el pago de tributos, las especias se distribuían por las tiendas de los zocos, donde se pagaban muy caras, a causa del azaroso transporte.

Los aromas esenciales

Los aromas de al-Andalus no son sólo los ambientales, contextualizados en su atmósfera correspondiente. Una parte importante de la exposición la constituye una amplia selección de los olores y perfumes básicos que conformaban la cultura andalusí. Destilados de productos naturales y contenidos en unos aparatos olfativos especiales, son las verdaderas esencias de esa cultura. Esencias que sólo necesitarán de la imaginación individual de cada visitante para completar todo un mundo de evocaciones.

«El legado andalusí» es una iniciativa cultural, turística y de desarrollo económico de la Junta de Andalucía que se propone recordar, recuperar, difundir y preservar el patrimonio histórico, monumental y cultural de al-Andalus y, al mismo tiempo, promover con sus exposiciones, publicaciones y rutas culturales, los valores de convivencia, tolerancia y sentido estético que caracterizaron la civilización andalusí.

La Fundación de Cultura Islámica, con sede en Madrid, es una fundación privada que viene desarrollando desde hace años, en el ámbito internacional, una labor de difusión de la cultura hispano musulmana o andalusí, y de la cultura araboislámica.

DATOS DE INTERÉS
Los aromas de al-Andalus
Del 29 de marzo al 30 de abril de 2007

Dónde: Plaza Mayor de Coslada

Horario:
De martes a viernes, de 12.30 a 14 h y de 18 a 21h.
Sábados, domingos y festivos, de 11 a 14h y de 17 a 21h
Lunes no festivos, cerrado.

Visitas escolares: previa cita al teléfono 91 627 83 01/ 91 627 82 99
Información
91 451 00 82
www.laCaixa.es
ENTRADA GRATUITA