María Cristina de Austria o el arte de gobernar
Por Andrés Merino
La Esfera de los Libros nos propone ahora un libro que nace con vocación de convertirse pronto en un clásico, a cargo del que es sin duda el mejor especialista español en dinastías regias europeas de los siglos XIX y XX. Ricardo Mateos Sáinz de Medrano viene sorprendiendo gratamente a los lectores con logrados estudios de las relaciones familiares entre las distintas casas reales, con obras como “La Familia de la Reina Sofía” o “Los Infantes de Andalucía”. Ha escogido ahora centrarse en la revisión de la trayectoria humana de un personaje desconocido en gran medida en muchas de sus facetas.
Al igual que en los trabajos que hemos mencionado, ha trazado un retrato humano en el que las claves, por encima de los inevitables rasgos sicológicos y personales, son las relaciones humanas. Para ello, vuelve a bucear con maestría en un género en el que se muestra verdaderamente apasionado: el epistolar. Sin rubor, Mateos cita y analiza concienzudamente la correspondencia escrita o recibida por sus biografiados. Las cartas son para él no sólo fuentes primarias, sino pilares fundamentales del edificio de su investigación. A través de ellas marca el itinerario histórico de todo un grupo social, como son las familias reales; su éxito reside sin duda en haber volcado, de forma novedosa, el estudio de la soberana hacia sus relaciones de parentesco con los Austria –ese frondoso bosque genealógico de archiduques a cuya cabeza estaba el emperador Francisco José- y los soberanos y príncipes de otros reinos europeos, entre los que destacan la propia Reina Victoria de Inglaterra o los reyes de Portugal, además de sus primos alemanes y franceses. Precisamente es en el intercambio epistolar donde se descubre a una Reina de España que sufre o se alegra, se muestra como madre, hija o prima, pero también como Regente de un país que hacía frente al convulso cambio de siglo. Lógicamente, hay algunos puntos generales del análisis del autor con los que no estamos muy de acuerdo. Quizá la caracterización de los Austria como dinastía conservadora, frente al supuesto liberalismo que se atribuye a los Orleáns, sea un tanto maniqueísta. O podríamos no compartir la afirmación de la mejor relación de la soberana con Sagasta, a diferencia del trato exquisito pero no cordial con Cánovas… Pero éxitos como la afirmación documentada de la previsión de la reina por dejar a su heredero un patrimonio saneado, descubriendo un perfil realista y eminentemente práctico en la biografiada, o los perfiles atractivos de sus malogradas hijas, la Princesa de Asturias María de las Mercedes o la Infanta María Teresa, arrojan un balance netamente positivo.
Mención especial merece el recuerdo de la preocupación de un exiliado Alfonso XIII por conocer en abril de 1939 si la Guerra Civil había respetado el panteón regio de San Lorenzo de El Escorial, en el que descansaban los restos de su madre. La reina había muerto en febrero de 1929; la proclamación de la segunda República poco después y las circunstancias de las décadas siguientes no contribuyeron precisamente a hacer justicia histórica a una soberana que, por ejemplo, no cuenta con ninguna estatua monumental en la capital, a diferencia de otras muchas consortes que no llegaron a ejercer la regencia.
Ricardo Mateos nos propone un trabajo serio y riguroso que es ya imprescindible para comprender a la reina, de la que se afirmó siempre –y ahora tampoco se ha desmentido- que lo suyo fue el arte de gobernar.
FICHA TÉCNICA
“La Reina María Cristina”
Ricardo Mateos Sáinz de Medrano
Madrid, La Esfera de los Libros, 424 pág
