HANS VANDEKERCKHOVE (Ingelmunster, Bélgica, 1957)
A partir de los ochenta, y ya instalado en Gante, recibe varios premios y en 1986 realiza su primera exposición en solitario en la Deweer Art Gallery, que se convertirá en su galería principal. Su vida a partir de ese momento se caracteriza por la reclusión junto a su familia en su casa de las afueras de Gante. De esta forma desarrolla su amor por la literatura, el cine y el arte medieval y renacentista, también debido a sus estancias en Toscana y Umbría.
A partir de los noventa, se siente fuertemente atraído por los paisajes británicos y escoceses, y desarrolla lo que será su tema más importante, “los jardines cerrados”. Desde entonces, su posición como uno de los artitas belgas más destacados le lleva a ser seleccionado para la exposición Contemporary Art of Belgium en Frankfurt (2000) y realizar varias exposiciones en solitario en los museos más prestigiosos de su país como el PMMK de Ostende o el SMAK de Gante.
Pintor autodidacta, ya en sus inicios se siente atraído por la pintura figurativa, en parte consecuencia de su interés por David Hockney Desde su trabajo más temprano Hans Vandekerckhove ha ocupado una posición única en la pintura belga, gracias al equilibrio que consigue plasmar entre la presencia física y la expresión espiritual de su obra.
La representación de la figura humana y la búsqueda del estado de felicidad son constantes en la obra de Vandekerckhove. A pesar del poder expresivo y el a menudo áspero uso del color, sus pinturas nunca son exuberantes sino altamente contemplativas y con un carácter atenuado que lleva a un significado más profundo.
Su formación como historiador del arte le ha permitido incluir alusiones a los maestros medievales y renacentistas como Cimabue y Van Eyck, pero también a artistas de la primera mitad del siglo pasado como Matisse y Gauguin.
Un elemento constante en su obra son las figuras masculina y femenina ubicadas en lugares claustrofóbicos. Son personajes atemporales, arquetípicos. En ese espacio sin profundidad encontramos elementos que se refieren a ventanas, puertas y cortinas, con el que plantea un juego de promesa y ocultación. El espejo va a ser también un factor importante, como símbolo de reflexión, dualidad e introspección. Junto a esto, siempre van a aparecer referencias a la historia del arte, la ciencia y la religión, todo ello a través de diversos símbolos que acentúan la sacralidad y la conceptualización de sus piezas.