El proyecto del Casón fue realizado por el arquitecto Alonso Carbonel, maestro mayor del Palacio del Buen Retiro, que entregó las trazas para su construcción en 1637 aunque el edificio no se terminaría hasta varios años después. Del interior destacan las pinturas del Salón de Baile, realizadas por Luca Giordano hacia 1697. En la actualidad, el edificio está completamente enmascarado por las reformas que tuvieron lugar durante el último tercio del siglo XIX, incluyendo sus dos fachadas monumentales, proyectadas en esta época por los arquitectos Mariano Carderera y Ricardo Velázquez Bosco.
Desde su construcción con la finalidad de albergar el Salón de Baile del Palacio, el Casón del Buen Retiro ha sido objeto de múltiples reformas y utilizado para fines diversos fundamentalmente en los dos últimos siglos:
– Entre 1834 y 1877 el edificio sirvió, entre otros usos, como Cámara del Estamento de Próceres (precedente del actual Senado) <1>, Real Gabinete Topográfico y Gimnasio del Príncipe Alfonso. Durante este período, en 1868, tuvo lugar la incautación de los bienes de la Corona y el Ayuntamiento de Madrid se hizo cargo del Buen Retiro.
– Desde 1877 hasta 1960 el Casón fue sede del Museo de Reproducciones Artísticas <2>, creado por iniciativa del entonces presidente del gobierno Antonio Canovas del Castillo.
– En 1960, al trasladarse el Museo de Reproducciones al edificio del Museo de América, el Casón se destina a salas de exposiciones temporales <3> de la dirección general de Bellas Artes hasta 1971, fecha en la que se adscribe al Museo Nacional del Prado para la exhibición de sus fondos del siglo XIX procedentes del Museo de Arte Moderno.
– De 1971 a 1981, el Prado expone en el Casón su colección de pintura y escultura del siglo XIX. En 1981 el Guernica llega a España y se integra en las colecciones del Museo haciendo necesario el desmantelamiento de la planta principal del Casón para la exposición del legado Picasso en el Salón de Luca Giordano (antiguo Salón de Baile) <4>. La colección del XIX se reubica entonces en el resto del edificio, en algunos casos con dificultad debido a la estrechez de las salas y el gran formato de las pinturas.
– En 1992 el Guernica se traslada al recién creado Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, lo que conlleva una redistribución de la colección del XIX en las salas del Casón y con el RD de Colecciones de 1994 el Prado vuelve a tener que replantearse la exhibición de estos fondos y los reubica en las distintas salas <5> como se mantuvieron ya hasta 1997, fecha de la clausura del edificio para su actual rehabilitación y ampliación.
La Alegoría del Toisón de Giordano. Una obra maestra desconocida
La bóveda del Casón fue pintada por Luca Giordano (1634-1705), artista napolitano conocido en España como Lucas Jordán. En 1692 fue llamado por Carlos II para decorar la escalera y las bóvedas de la Basílica de El Escorial (1692 – 1694), continuando después en el despacho y dormitorio (destruido) del monarca en el Palacio de Aranjuez; el Casón del Buen Retiro (c. 1697); la sacristía de la catedral de Toledo (1698); la Real Capilla del Alcázar (destruido) y San Antonio de los Portugueses (1699). La llegada de Felipe V en 1701 y el inicio de la Guerra de Sucesión provocó la vuelta de Giordano a Nápoles en 1702. Allí murió en 1705 dejando una obre ingente y una considerable fortuna.
El tema representado en esta bóveda es la Alegoría del Toisón de Oro, homenaje a la monarquía española precisamente en el reinado del último rey de la dinastía de los Habsburgo españoles o Casa de Austria. Se conmemora en ella la fundación de la Orden del Toisón de Oro, creada por los duques de Borgoña, que trajo a España el rey Carlos I que también era señor de aquel ducado. En torno a una esfera celeste con los signos del Zodíaco de la que pende la condecoración que lleva aparejada esta orden real (una cadena de oro con un corderillo, también de oro) se agrupan multitud de figuras alegóricas, que aluden al poder político de la monarquía.
El gran valor de esta bóveda de Giordano, una de las obras maestras del Museo del Prado, parece haber sido la razón de que el edificio del Casón se haya conservado mientras que los otros restos del complejo del Buen Retiro desaparecían con la construcción del barrio de los Jerónimos. La reciente restauración llevada a cabo para su preservación mientras se realizaban las obras de remodelación del edificio ha permitido consolidar la pintura original que se conserva casi en un 80%.
El actual proyecto de reforma de este espacio , el Salón de Luca Giordano, ha estado guiado por el objetivo de poner en valor la bóveda incorporando la balconada interior que originariamente circundaba esta sala y proponiendo un cuidado sistema de iluminación de la misma.
La reforma y ampliación del Casón
El proyecto de reforma y ampliación del Casón del Buen Retiro ha sido desarrollado por la Gerencia de Infraestructuras del Ministerio de Cultura a través de la adjudicación de proyecto y obra a la UTE NECSO-FCC en 1998 y bajo la dirección del arquitecto Jaime Tarruel (por la UTE) y Manuel Martín Rabadán (por la Gerencia de Infraestructuras).
El proyecto ha consistido en la excavación de dos nuevas plantas y la consolidación estructural del conjunto del edificio, cuyas condiciones se demostraron extremadamente inestables al comienzo de la intervención. Para el desarrollo de este delicado y laborioso trabajo se ha contado con la asistencia técnica del CEDEX. La práctica totalidad de la estructura del edificio fue forrada con nuevos muros de hormigón garantizando su estabilidad y permitiendo la excavación de las dos nuevas plantas mediante la utilización de un sistema de micropilotes.
La incorporación de estas dos nuevas plantas representa una ampliación de 3.157. m2, lo que ha supuesto prácticamente duplicar la superficie existente. El Casón dispone actualmente de una superficie total de 8.233,65 m2
A lo largo del proceso de ejecución de la reforma se ha realizado la consolidación y restauración de la bóveda de Luca Giordano por el equipo de restauración AGORA, con la supervisión de técnicos del Museo del Prado y del Instituto de Patrimonio Histórico.
El Casón en el Campus Prado
El 20 de octubre de 2004 el Real Patronato del Museo del Prado aprobó en sesión plenaria el Plan de Actuación 2005-2008 cuyo texto proponía concentrar la colección permanente del Museo en el complejo Villanueva-Jerónimos, integrando por primera vez las colecciones del siglo XIX del Prado con sus colecciones históricas. Asimismo y como parte fundamental del denominado Campus Prado, el Plan aprobado anunció la creación de un Centro de Estudios del Museo con sede en el Casón del Buen Retiro.
En aplicación de lo contemplado en dicho Plan de Actuación, los usos del Casón del Buen Retiro a partir de su inauguración el próximo año 2008 serán los siguientes:
Planta –1 Instalaciones y servicios internos
Planta 0 Depósitos de Biblioteca, Archivo y Centro de Documentación
Planta Principal Sala de lectura de la Biblioteca
Planta 1 Salón de Plenos, Departamentos de Conservación y Escuela del Prado
Planta 2 Departamentos de Conservación
La intervención en el Casón del Buen Retiro se ha concluido en octubre de 2007, quedando pendiente su acondicionamiento y equipamiento para los usos descritos.
Centro de Estudios
El Museo del Prado apuesta por convertirse en un centro de referencia internacional en la investigación sobre los contenidos propios del Museo. El Plan de actuación aprobado en noviembre de 2004 proponía la creación del Centro de Estudios y su ubicación en el Casón del Buen Retiro dentro del Campus del Museo del Prado.
La reforma llevada a cabo en el Casón del Buen Retiro permitirá la agrupación en este edificio de los departamentos de Conservación, Archivo y Documentación y de la Biblioteca. Además, el Museo tendrá al fin la oportunidad de desarrollar, en este mismo espacio, la Escuela del Prado, al más alto nivel y con proyección internacional. Este proyecto supone la culminación de las aspiraciones pedagógicas del Museo, presentes desde su fundación.
En una primera fase, el Centro de estudios en el Casón del Buen Retiro alojará a un grupo de 56 profesionales del cuerpo técnico del Museo y dispondrá de capacidad para acoger a 24 investigadores externos y a 22 alumnos de la Escuela del Prado.
Biblioteca
La columna vertebral del Centro de Estudios residirá en la Biblioteca, junto con los servicios de archivo y documentación del Museo.
El Museo Nacional del Prado posee una de las mejores y más desconocidas bibliotecas de arte de Madrid. Está especializada en pintura y escultura desde la Edad Media hasta el siglo XIX y tiene también importantes fondos relativos a dibujos, estampas, escultura clásica y artes decorativas. Cuenta con unos 57.000 libros, 1.000 títulos de revistas, 500 audiovisuales y 130 manuscritos. Es especialmente rica en publicaciones extranjeras: catálogos de exposiciones, catálogos de museos, monografías de artistas, etc, muchos de ellos raros de encontrar en otras bibliotecas españolas. También existe una importante colección de catálogos de ventas y subastas.
Casi la totalidad de los materiales de la biblioteca se encuentran catalogados y, desde la semana pasada, el catálogo está disponible desde la nueva página web del Museo (www.museodelprado.es).
En los últimos cinco años el Museo ha realizado una importante inversión en la adquisición de nuevos fondos para su Biblioteca: 3.042.192,32 euros. Las adquisiciones más notables corresponden a dos importantes bibliotecas privadas, la de don José María Cervelló (Cádiz, 1947), compuesta por unos 10.000 volúmenes, entre los que destaca una extraordinaria colección de tratados antiguos de arte y arquitectura, y la de la familia Daza-Madrazo, formada por unos 1.000 libros procedentes en buena parte de la magnífica biblioteca de José de Madrazo (1781-1859), pintor de Fernando VII y Director del Museo del Prado desde 1838 hasta 1851. Además, muy recientemente el Museo ha recibido en donación la biblioteca del coleccionista don Antonio Correa, compuesta por unos 1.500 volúmenes, con un interesante fondo de revistas ilustradas y libros sobre modernismo. Como resultado de estas adquisiciones la biblioteca dispone de unos 4.500 libros antiguos (anteriores a 1900) relativos a artes plásticas, entre los que cabe destacar algunas piezas importantes, como dos raros incunables italianos, una obra única de Pacheco, suegro y maestro de Velázquez, o tres ejemplares de los Principios para estudiar el nobilissimo, y real arte de la pintura de García Hidalgo, la principal cartilla de dibujo del siglo de oro español. Coincidiendo con la apertura de la nueva sede de la biblioteca en el Casón el Museo ha programado una exposición especial que dará a conocer una parte de este fondo.
La biblioteca ocupará varias plantas del Casón del Buen Retiro. Una vez superado el vestíbulo de entrada desde la calle Alfonso XII el lector se encontrará con la Sala de Lectura y una biblioteca de referencia de libre acceso, que ocuparán el antiguo Salón de Baile bajo la bóveda de Luca Giordano, así como salas auxiliares de atención al público (información, reprografía, terminales para la consulta del catálogo, etc) y espacios de trabajo interno. En las plantas 0 y -1 se dispondrán los depósitos, con capacidad suficiente para un crecimiento en torno al 5% anual en los próximos 20 años, además de permitir el ingreso de nuevas bibliotecas. Estos depósitos cuentan con óptimas condiciones ambientales y de seguridad.
Dentro del espíritu de apertura a la sociedad que caracteriza esta nueva etapa del Museo del Prado, la biblioteca estará a disposición de todo aquel que tenga necesidad de utilizar sus fondos, con las únicas restricciones que impongan la adecuada conservación de los mismos. No obstante, y dadas sus características, estará orientada sobre todo a la atención a investigadores, empezando por el personal técnico del Museo y los profesores y estudiantes del futuro Centro de Estudios. La biblioteca ofrecerá servicios de consulta en sala, información bibliográfica, acceso a recursos electrónicos y reprografía. Al ser una biblioteca especializada no contará con préstamo externo, aunque sí ofrecerá préstamo interbibliotecario.
Escuela del Prado
Unida a la actividad investigadora, en esta misma sede se desarrollarán también los programas de la Escuela del Prado. Con una clara vocación didáctica y una ambición de proyección internacional, tendrá como finalidad la formación de futuros profesionales del ámbito museístico.
El proyecto de la Escuela del Prado está inspirado en diversos modelos de colaboración entre instituciones académicas y museísticas (entre ellos la École du Louvre de París, el Center for Advanced Study in the Visual Arts de Washington, D.C. y el Getty Center de Los Ángeles) pero se diferencia de ellos en cuanto a que su actividad se vinculará estrechamente con el Museo, sus colecciones y su historia.
La fuerza del Museo reside en sus fondos artísticos e históricos y en su equipo de profesionales, y estos serán los pilares de la nueva Escuela del Prado, en la que se agruparán diversas iniciativas enfocadas bajo una doble vertiente: la formación, en sentido estricto, y la investigación. La primera de ellas, enfocada a un alumnado especializado, permitirá la ampliación de estudios en Museología, es decir, en los campos de Restauración, Conservación y Gestión de Colecciones, así como la especialización de estudiantes graduados y el perfeccionamiento de los profesionales. El punto de partida de la Escuela será la instauración de un programa de becas para los primeros alumnos que recibirán formación en la misma.
En su segunda vertiente, la de la investigación, se prevé que la Escuela cuente con la participación en la vida del Museo de investigadores españoles e internacionales a través de programas de colaboración con otras instituciones y de “Fellowships” de investigación, disponiendo de las instalaciones del centro para el desarrollo de sus investigaciones.
La actividad de los departamentos de Conservación del Museo y los programas de la Escuela del Prado ocuparán dos plantas del edificio (plantas 1 y 2)