Por Andrés Merino.
La primera novela de un escritor marca su imagen literaria para siempre. Se puede evolucionar en estilo, recursos, argumentos… pero los trazos fundamentales de una ópera prima quedan grabados a fuego en su trayectoria. Es un axioma que se va a cumplir plenamente en Mamen Sánchez, que acaba de publicar en Ediciones El Andén su primera obra, “Gafas de sol para días de lluvia”, un relato en el que cada línea revela que su proceso creativo ha sido íntimo, silencioso, pausado.
Con un argumento sencillo pero original, la autora ha entrado por la puerta grande en lo que puede ser un filón de los próximos años en la narrativa española: contar con quienes emigran a nuestro país como protagonistas de historias humanas, personales, irrepetibles. Escoger a una inmigrante peruana que trabaja en la limpieza en el hotel Ritz, para contrastar y entrelazar su trayectoria con la de una joven y rica heredera, tenía sus riesgos. El principal, que la trama quedase en el campo de denominadas novelas del corazón, de estructura y desenlace demasiado caracterizados. Felizmente no ha sido así. Lina y Carol se baten en duelo, un duelo existencial en el que ambas luchan por salir a flote de un mundo y un pasado injusto, que ha dejado en cada una huellas distintas de parecido dolor.
Mamen Sánchez no puede negar su formación periodística, presente tanto en descripciones como en diálogos. En las primeras llama la atención el uso, en ocasiones quizá excesivo, de metáforas del mundo del mar; pero resulta por contraste especialmente interesante una cierta asepsia en la presentación de acontecimientos. Aunque muchos de ellos sean de relevancia vital para los protagonistas, la narración facilita un alejamiento que no empobrece la visión del lector, sino que parece vacunarle juicios apresurados. Asociar lo metafórico con lo concreto puede parecer una valoración contradictoria, pero es precisamente la introducción de un lienzo de un seguidor de Sorolla, representando a una niña al borde de la playa, el recurso que subraya el que es quizá uno de los mayores aciertos del libro: resumir en una pintura un pasado visto con nostalgia y un presente lleno de interrogantes.
Algo parecido sucede con los diálogos. Desde los más escuetos a los largos monólogos, las palabras que fluyen son las necesarias, sin excesivos alardes, con un lenguaje llano y concreto. Como decimos, periodístico. Es como si se buscase proporcionar una información objetiva al lector. De ello es buen ejemplo uno de los personajes más logrados, el del médico Diego Quirós, cuya presencia se dibuja, a pesar de su importancia, con apenas unos brochazos de bondad y profesionalidad, con las palabras justas y lo silencios bien administrados.
“Gafas de sol para días de lluvia” es un relato prometedor, por lo que es y por lo que significa. Su autora demuestra que hay una literatura diferente, no pendiente del éxito comercial –aunque perfectamente compatible con él-, sino a la búsqueda de nuevos temas y personajes, nuevas formas de describir situaciones vitales. En definitiva, el libro es una sugerente zambullida en un mar antiguo y nuevo, inmenso y finito, opaco o transparente. El mar de lo humano.
“Gafas de sol para días de lluvia”
Mamen Sánchez Pérez
Barcelona, Ediciones El Andén, 254 pág.
ISBN: 84-935758-8-7.