-¿En qué condiciones estaba el Prado hace cuatro años?
El director del Museo, Miguel Zugaza, me llamó con la idea de que creara un Departamento en el que estuviera englobado, además de todas estás áreas de trabajo de restauración, también la investigación técnica. Entonces se decide que se va a crear un laboratorio de química y que se va a incluir también dentro de este departamento, el Gabinete Técnico, con el estudio de las radiografías y reflectografia. Una vez organizado el cometido del nuevo Área se pensó en crear las diferentes plazas de personal con la preparación específica para cubrir todas las especialidades que requería el Museo.
Con este nuevo diseño, el Área de Restauración engloba un jefe de Área, una secretaria, un fotógrafo, un ayudante, además de tres subjefes o jefes de servicio que son: El jefe de Restauración que lleva marcos, pintura, artes decorativas, escultura y papel. Por otro lado, el Laboratorio de Química con un responsable que engloba también biología. Y por último el Gabinete Técnico también con su Jefa de Servicio que incluye la radiografía y reflectografía y digitalización de imágenes
-¿Qué queda por terminar de aquél proyecto tras estos cuatro años?
[Los conservadores y restauradores del museo dirigidos por Pilar Sedano ocupan una gran parte de la ampliación. Durante años han estado trabajando en condiciones precarias por falta de espacio].
-¿Con la ampliación se han resueltos los problemas de espacio?
R- Sí, claro. Cuando llegué me encontré con que para Restauración habían previsto la cuarta planta y una parte de la planta tercera de la ampliación. Lo que hemos conseguido es la planta cuarta completa, la planta tercera completa, la entreplanta completa, y otra zona en los almacenes de 60 metros cuadrados por 7 metros de altura para rayos X. Sí hemos conseguido bastante, creo.
[En la planta más alta, aprovechando una extraordinaria iluminación natural, se ubica el espacio destinado a Taller de Restauración de Pintura y Soportes (lienzo y madera). Este es un gran espacio diáfano de más de 500 metros cuadrados, con una sala especial para el barnizado de los cuadros y otra para fotografía, además de un altillo de 135 metros cuadrados destinada a una pequeña biblioteca. En el piso de abajo está el taller de escultura, el laboratorio de química y el Gabinete Técnico. En la entreplanta está el de restauración de papel y digitalización de imágenes. Y en el sótano, el departamento de Rayos X].
-¿Cómo han afectado estos cambios a su equipo? Me refiero sobre todo a la ampliación.
-¿Equipos de vanguardia?
R- Tenemos uno de los mejores laboratorios no sólo de España, me atrevo a decir que nos podemos comparar con los mejores museos del mundo. Cuenta con técnicas de análisis de materiales de gran precisión, como el microscopio electrónico de barrido con un sistema de microanálisis acoplado para el estudio de pigmentos y con equipos de cromatografía para el estudio de materiales orgánicos. La Unidad para el Tratamiento Digital de Imagen lleva desarrollando una actividad de vanguardia desde hace ya unos años.
-¿Qué proceso de trabajo de revisión de obra se está llevando?
R- Principalmente se da apoyo a la restauración al tiempo que se van marcando varias líneas de investigación tanto para las colecciones, ayuda a los conservadores, estudio de los materiales que están en contacto con las obras, embalajes, etc. Se trabaja también la conservación preventiva. En cuanto a las obras de arte que tiene el museo se decide con los jefes de conservación. Ellos nos pasan una lista con las obras que consideran más importantes para que veamos qué tratamiento se deben aplicar. Una vez decididas las obras se busca toda la documentación, restauraciones antiguas, se adjudica a un restaurador la realización de un informe del estado de conservación y se valora la necesidad de estudios técnicos y químicos. Cuando se tienen todos los datos es el momento en el que interviene Gabriele Finaldi, director adjunto de Conservación del Museo, con el que decidimos qué tratamiento se va a seguir.
-¿Hay colaboración entre los museos?
R- Hemos firmado este año un convenio de colaboración entre los tres laboratorios del Museo Thyssen, el Museo Reina Sofía y el Prado. También vamos a marcar líneas de investigación con otros museos y entidades internacionales.
-¿Cómo se encuentran las obras del Prado?
R- En general están bien conservadas. Todas tienen una historia. Pertenecen la mayoría a la Colección Real. El primer taller de restauración que se creó en España se hizo para el Prado. Otra cosa importante es que existe mucha documentación que nos permite seguir la historia de cada obra.
-Comparándola con la obra moderna, ya que ha estado durante muchos años como responsable de Restauración y Conservación en el Museo Reina Sofía, ¿Qué opinión tiene?
-Existen tres informes sobre el estado del Guernica suscritos por Jorge García Gómez-Tejedor, Jefe del Departamento de Conservación y Restauración, del Museo Reina Sofía, otro firmado por Ubaldo Sedano, Restaurador-Jefe del Museo Thyssen-Bornemisza y un tercer informe suscrito por Pilar Sedano sobre el movimiento en sala del Guernica del 23 de mayo al 4 de junio de 2006. ¿Podría explicar en qué consistió el traslado de la pintura?
R- El Guernica tiene un estado de conservación muy precario. En los años 50 sufre una intervención bastante importante donde se le incluye cera desde la parte de atrás. El mal estado de conservación se logró paralizar pero no solucionar. Hay muchas zonas de la pintura que están hoy en día sujetas a una intervención. No conviene estar moviendo el cuadro precisamente por su delicado estado de conservación. Tanto el soporte como la capa pictórica.
Se iba a remodelar la sala donde estaba el Guernica, hacía 10 años que no se tocaba nada, había que revisar el sistema de aire acondicionado, etc. Para evitar que el cuadro estuviera en medio de toda esta obra, se decidió desmontar el cuadro y llevarlo a la sala continua, a 20 metros, para allí cerrarlo y mantenerlo en las condiciones de temperatura en el que había estado estabilizado. El movimiento se realizó estirado tal y como lo vemos colgado. Desde que llegó de Nueva York nunca se ha vuelto a plegar.
-¿Qué cuadros no se deberían sacar de los museos?
R- Pues por ejemplo sería muy difícil y desaconsejable que se moviera el Guernica. Tampoco se deberían de mover las obras emblemáticas, como Las Meninas, esa es mi opinión. No por el motivo que el Guernica ya que se encuentran en perfecto estado de conservación. Aunque no es nuestra responsabilidad, nosotros damos nuestra opinión como técnicos.
Fotos: Logopress – 18, Diciembre, 2007
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