De María Goos Protagonizada por Toni Cantó, Marcial Alvarez, Juan Carlos Martín, Juan Fernández y Sonia Ofelia Santos
Dirigida por Josep María Mestres
Estreno 23 Enero 2008 Teatro La Latina
BARAKA retrata además nuestra época, satirizando la moral política, la vacuidad en el arte, la dureza generalizada en el trato social. Cómo se han diluido los ideales que teníamos a los 20 años.
BARAKA presenta este espejo con un mordaz sentido del humor, una ingeniosa trama llena de giros sorprendentes, y unos diálogos que destacan por su agilidad y fluidez, en clave naturalista pero con toques absurdos y unos personajes ligeramente deformados.
BARAKA (Cloaca en castellano en el original) fue estrenada el 14 de octubre de 2002 en el Stadsschouwburg –Teatro Municipal– de Amsterdam por la compañía Het Toneel Speelt, con puesta en escena de Willem van de Sande Bakhuyzen y fue el bombazo de la temporada. Se hizo un total de 81 funciones, para unos 62.000 espectadores, cifras realmente elevadas para el dinámica del teatro holandés. Posteriormente la obra fue adaptada al cine, con guión de Goos y dirección del mismo Van de Sande Bakhuyzen, ganando el Prix Europa –distinción europea a producciones de TV, radio e internet–. En noviembre de 2003 se estrenó la versión cinematográfica de BARAKA, también doblemente premiada en el Festival de Cine Holandés. En septiembre de 2004 se presentó en Londres la versión inglesa en el Old Vic Theatre bajo la dirección de Kevin Spacey y en 2006 en Alemania, en dos teatros diferentes
La opinión del Director, Josep María Mestres
Cuatro amigos se reencuentran después de haber pasado un tiempo sin saber nada de sus respectivas vidas. Los cuatro se hallan viviendo de lleno aquello que se ha convenido en llamar “la crisis de los cuarenta”. Problemas laborales, económicos, emocionales, sexuales, sociales… ¿Quién no tiene problemas a los cuarenta? (Y antes… y después, pero este es otro tema)
Un funcionario gay con un grave problema, un político en pleno auge pero inmerso en una crisis de pareja, un abogado en decadencia debido al abuso de las drogas y un director de escena “rompedor” con problemas sexuales y emocionales. Seres con aspiraciones de querer y ser queridos, de promocionarse profesionalmente… de ser felices. Se llaman Pieter, Jan, Tom y Marteen, pero podrían ser nuestros vecinos de al lado, o nosotros mismos.
Baraka es una brillante reflexión sobre la amistad y la traición, sobre la falta de compromiso en las relaciones personales. Esperanzada a veces, desencantada otras pero siempre penetrante y lúcida. Tremendamente divertida sin eludir la emoción ni la amargura. Baraka tiene la virtud de hacernos cuestionar nuestra escala de valores, de hacernos replantear certezas que a veces se descubren como prejuicios.
Baraka capta, como pocos textos que haya leído últimamente, esta desazón que flota en el aire por la falta de valores éticos, la angustia por no poder aferrarnos a creencias espirituales o políticas “seguras”. La inestabilidad en lo práctico, en las creencias, en las relaciones… en nuestras vidas es algo a lo que nos estamos acostumbrando peligrosamente. La amistad es una de las pocas cosas que pueden ser perdurables, pero parece que también nos cuesta creer en ella…
Siempre me han gustado los textos que entran más por la vía de la emoción que por la de la razón. Sin filtro. Baraka ofrece, además, una “carpintería teatral” magnífica, un material espléndido para el “juego” de los actores, y diversión y reflexión aseguradas para el espectador. Un mundo en el que apetece sumergirse… aunque duela.
María Goos (1956) es una autora de reconocimiento internacional. Ha escrito numerosas obras de teatro (Familia, Una mesa para cuatro…), series de tv (Pleidooi, Oud Geld…) y ha sido premiada en numerosas ocasiones: Condecoración Real Holandesa, Mención Especial De La Lira, De Gouden Ganzeveer, premios por su contribución a la lengua y cultura dramáticas holandesas.
Josep María Mestres ha sido galardonado con el Premio de Dirección 2007 de la Asociación de Directores de Escena de España (ADE) por ‘El ventall de Lady Windermere’.
