Del 10 de enero al 2 de febrero, 2008
En la Galería Marlborough Chelsea.
En El Cielo que se repite, Lacalle nos acerca a través de más de una veintena de obra, entre óleos y acuarelas, a una pintura en la que una multiplicidad de argumentos y referencias hacen emerger un auténtico surtidor de sensaciones dispuestas en un caos necesario.
El pintor refiriéndose a su exposición reflexiona: “Siempre me ha preocupado la idea de los lugares como contenedores maternales, como refugios de protección o, lo que sería lo mismo, nuestro relación con un entorno hostil. Para esto he utilizado diferentes temas como metáforas de esa relación siempre conflictiva. La celda como metáfora humorística de la torre de marfil o recipiente melancólico; el viaje como catarsis del miedo al otro, al extraño. Ahora, he intentado hacer un recorrido alrededor de la idea de aislamiento, lo que llama Peter Sloterdijk: Islas Antropógenas.
Esto sería tomar el factor humano como variable que determina el entorno que nos aísla, los humanos nos convertimos en isleños y el mar aislante son los propios factores humanos, es como desentrañar el misterio topológico del hombre. Ya había planteado antes que la pregunta existencial no es dónde vamos, sino dónde estamos.
Me da la sensación de que actualmente en nuestra sociedad occidental, el aislamiento total está considerado como una de las principales fuentes de placer. Este espacio aislado, tiene una serie de dimensiones en el que podríamos adivinar todo lo que tiene que ver con el aislamiento sonoro, el térmico, el que tiene que ver con la energía erótica, con las energías maternales, con las comunidades de esfuerzo y en definitiva con la muerte. Estas dimensiones se superponen a otras menos determinantes y conforman una secuencia llena de elementos cotidianos a mano que son un recorrido que definen de una manera humorística el hábitat que tenemos”.
Las obras de Lacalle impactan al espectador con su tan personal suntuosidad de color, del mismo modo éstas quedan impregnadas de su vital ironía y de las constantes referencias a los grandes movimientos artísticos y literarios del siglo XX, sin olvidarse de la crítica social. En palabras del propio pintor: “Estoy intentando llevar la pintura a una situación extrema, saturada, donde la figuración está brutalmente sobredimensionada, el color; las formas se amontonan no son nada pero tienen algo de energía sexual. Radicalmente diferenciadas, formas y colores, sin embargo, se funden en un solo elemento que es el cuadro”.
Su obra forma parte de numerosas colecciones públicas, entre las que cabe destacar: Casa de Velásquez (Madrid), Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (Sevilla), Colección L’Oreal (Madrid), Colección Testimonio (Caixa de Pensiones, Barcelona), Colección del Consejo Superior de Deportes (Madrid), Fundación Coca-Cola España (Madrid), Fundación Santander Central Hispano (Madrid), Museo de Bellas Artes de Asturias (Oviedo), Museo Municipal (Madrid), Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (Madrid), etc.
Con motivo de la muestra, la Galería ha editado un completo catálogo con un texto introductorio del crítico cubano Antonio Eligio Fernández (Tonel).
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