Del 11 de enero al 23 de febrero. Galería Espacio Líquido
Chechu Álava (Piedras Blancas, 1973) presenta «Los placeres y los días», un completo y complejo recorrido por sus últimos trabajos que compendia dibujo, pintura y vídeo. La muestra, que permanecerá abierta hasta el 23 de febrero, es la segunda individual que acoge la sala gijonesa tras aquella lejana «La vida breve» de 2004.
Licenciada en Bellas Artes por la Facultad de Salamanca, en 1995 obtuvo la beca Erasmus para realizar estudios en la Rietveld Academy de Ámsterdam. Actualmente reside en París. Tras su estancia en Londres en 1997 comenzó una serie de diarios de artista, compuestos por dibujos, collage y fotografías. Su apuesta personal se centra en la necesidad eterna de representar lo que nos rodea, la extrañeza ante el mundo exterior y la búsqueda de la identidad a través de la pintura. Este camino se inicia en el subconsciente, dejándose empapar por las visitas a los museos, la reinterpretación de géneros como el retrato o el paisaje, la literatura del siglo XIX o el cine.
En Los placeres y los días, Chechu Álava ahonda en su oficio a través de soportes, la pintura al óleo y el dibujo a tinta china, que maneja a la perfección. “Cada vez más entiendo la pintura –afirma- como una telaraña, una red que nos envuelve desde que existe el ser humano. Me gusta pensar que sigo tejiendo ese hilo que otros me tendieron”. Sus óleos desnudan el hecho que los origina, lo despojan de artificio y lo convierten en esencia; en ocasiones, incluso eliminan las referencias del cómo, dónde o por qué logrando la atemporalidad. Otras veces, el pincel prefiere que de forma exigua esas referencias se perciban, casi se susurren. Por su parte, a través de la serie de dibujos Álbum Álava escribe un diario en blanco y negro refiriendo momentos y personas que dejan muescas en su camino. Lo que ella define como “la necesidad de dejar testimonio de una vida”.
Mención a parte merece su primera colaboración con la artista uruguaya Rita Fischer, fruto de la cual nace el vídeo Plein Air, que surge a partir de la invitación a participar en una exposición colectiva en París, con el tema Liberté, Egalité, Fraternité. “Al cuestionarnos el sentido de estas palabras hoy en día y tras percibirlas como un lugar común que a fuerza de repetirse acaba por exasperar al espectador, decidimos tomar distancia, alejarnos al campo, como los pintores del siglo XIX, a los bosques de Barbizon y Fontainebleau: La pintura como búsqueda de respuestas”, refiere Chechu Álava. El resultado es una pieza compuesta de imágenes sin palabras que trasciende lo narrativo y la mera ilustración de una idea para ser visto y comprendido en sí mismo, a veces desde lo absurdo, lo onírico o lo bello, según la mirada del espectador. Como la propia pintura.
Chechu Álava es licenciada por la Universidad de Salamanca en Bellas Artes, estudió en la Gerrit Rietveld Academie de Ámsterdam, fue becada por el Ministerio de Cultura para la realización de un proyecto en el Colegio de España en París y ha participado en ferias como ARCO, FIAC o CIRCA. Su obra se encuentra en colecciones privadas en Holanda, Austria, México, Portugal, EE.UU. y España