Las criselefantinas destacaron en los años 20 y 30 entre las figuras más demandadas por la alta sociedad, se vendieron en los centros más selectos de París, Londres, Berlín y Nueva York, y aunque fue muy numerosa su producción, nunca fueron baratas. En la actualidad alcanzan precios millonarios en las subastas españolas, superando en ocasiones los 22.000€.
Las figuras criselefantinas definen magistralmente el estilo Art Déco de los años 20 y 30. La mujer elegante y exótica se convierte en el centro de la creación de los mejores escultores del momento. Entre estas piezas de época hay que distinguir las criselefantinas puras realizadas con bronce y marfil de las realizadas con calamina y resinas de difícil identificación por los inexpertos. Las reproducciones actuales no suelen llevar el sello del taller donde se han fabricado aunque sí incluyen el nombre del escultor de época, lo que puede inducir a confusión, por lo que la profesionalidad de los expertos es fundamental a la hora de su catalogación.
En 1925 se celebró en París L´Exposition Internationale d´Arts Décoratifs et Industriels Modernes, donde los mejores y más vanguardistas escultores se dieron cita para mostrar al mundo un nuevo concepto del arte, es el momento formal del nacimiento de lo que conocemos como Art Dèco. A esta exposición acudió Demetre H. Chiparus, escultor rumano que llega a Francia en 1912 para realizar sus estudios y trabajar. Es el gran maestro a la hora de representar el ambiente parisino, sobre todo las obras realizadas en la fundición Etling París. Su mejor producción se concentra entre los años 1914 y 1933. Son famosas sus esculturas inspiradas en las danzas orientales con vestiduras que muestran un acabado muy trabajado de bailarinas con trajes ceñidos y cubiertas de pies a cabeza con ropajes exóticos o faldas plisadas. Entre las figuras más singulares están las realizadas por el alemán Ferdinand Preiss que estudia y trabaja en Berlín y se asocia con Arthur Kessler. Sus esculturas realizadas en bronce pintado y marfil coloreado, firmadas en solitario o con el sello Preiss-Kessler, alcanzan precios muy elevados. “El mercado ha establecido en la actualidad unos precios tan elevados que ahora Manuel Ramos Andrade uno de los coleccionistas y anticuarios más interesados en estas piezas, comenta Chloé Signes, encargada del Departamento de Conservación del Museo Casa Lis de Salamanca, posiblemente no hubiera llegado a reunir las 121 criselefantinas que se muestran en el museo, con lo que se convierte en el centro de referencia más importante de toda Europa para coleccionistas y estudiosos de estas obras de arte.”
“No creo que sea correcto hablar de una escuela, es más bien una creación individual inspirada en la nueva moda Art Déco. Cada artista destaca por sus pequeños detalles que les hace únicos, añade Chloé Signes, casi todos eran escultores pero también había pintores que se lanzaron a la producción de las muy demandadas criselefantinas, entre estos destacaron Wolfgang Boehm en Londres, el ruso Samuel Grün que produjo obra en París y Londres. Maurice Guiraud-Rivière trabajó en París, su lugar de nacimiento y Ernst Gustav Jaege que nació en Berlín y realizó criselefantinas en Alemania destacando las realizadas en 1930.” Los temas fundamentalmente están inspirados en los ballets rusos. Los escultores franceses produjeron miles de criselefantinas para atender la demanda de una sociedad que había entrado de lleno en la moda Art-Dèco. Son unos años donde algunos de los artistas más vanguardistas se lanzan a la creación y estudio de nuevas formas y materiales. También destaca Roland Paris, nacido en Viena en 1894, que fue uno de los fundadores de la Escuela Bauhaus. Este escultor austriaco trabajó en Alemania entre los años 1915 y 1935 centrando su creación en temas inspirados en personajes literarios.
“No creaban una única criselefantina, sino que moldeaban una pieza de la que después reproducían varias, no se sabe concretamente cuantas, pero podía tratarse de una cantidad pequeña entre tres y diez piezas. Después, añade Signes, el molde perdía calidad y ya no servía.. El marfil se tallaba a mano pero siempre siguiendo un modelo inicial. La gran diferencia entre estas piezas estriba en la peana sobre la que reposa la escultura. En numerosas ocasiones este elemento es motivo de grandes variaciones a la hora de su valoración. Estas peanas suelen ser de mármol, ónice brasileño de color verde, a veces combinado con ónices de otros colores, pizarra de color negro o granito, aclara Chloé Signes, la torpeza o la maestría del autor a la hora de crear la peana eleva o baja su cotización”.
El marfil la pieza más delicada
El marfil es una materia delicada y frágil, de eso sabe mucho Andrés Barbero, galardonado por la Cámara de Comercio de Madrid con el premio “Mejor artesano restaurador de marfil de 1992”. Restaura en su taller, situado en pleno centro madrileño (Plaza del Carmen nº1) las piezas que le proporcionan los museos, casas de subastas, coleccionistas, etc. “La parte más sensible a cualquier golpe son las manos y los dedos. La restauración siempre debe ser con marfil, guardando fielmente la idea original del escultor. Las criselefantinas son de bronce, marfil y mármol, pero las reprodujeron también en otros materiales. Con la aparición de los plásticos los escultores menos prestigiosos y conocidos se lanzaron a la fabricación de piezas realizadas con materiales baratos. No es de extrañar la sorpresa de muchas personas que creen tener una magnífica pieza y descubren con estupor, comenta Andrés Barbero, que es una escultura de calamina y resina. Esta masa tiene una apariencia muy similar al marfil, incluso las vetas características del colmillo. Además, están colocadas sobre peanas de mármol que dificulta a los inexpertos guiarse por el peso”.
“Las criselefantinas que se crearon entre los años 20 y 30 son de una gran belleza, pero no todo el marfil que empleaban era de la misma calidad, señala Andrés Barbero, no todos los colmillos son iguales. La textura y las vetas son utilizadas como medio decorativo con resultados estéticos distintos, aun siendo el mismo colmillo no es lo mismo la punta o la parte de la base, el interior o el exterior.”
De época o reproducciones actuales
“Las criselefantinas puras de principio de siglo se pagan cada vez mejor, según Arturo Guinovart de la sala de subastas Lamas Bolaño, después están las mal llamadas criselefantinas, también de época, de plástico o pasta”. El mercado cada vez es más entendido y exige información profesionalizada a la hora de efectuar sus compras, en este terreno las salas de subastas españolas están realizando una magnífica labor. La flexibilidad de creación o la falta de medios económicos por parte de algunos creadores a la vez que la creciente demanda de estas figuras Art-Décó hace que aparezcan en el mercado figuras realizadas con distintos materiales como el grupo escultórico firmado por el escultor austriaco A. Gory que subastó Lamas Bolaño en octubre de 2001, salió en 450,91€ y subió a 601,01€, Gory utilizó para esta composición calamina patinada y celuloide.
Elegancia y exotismo
La mujer adquiere un poder casi de diosa arrogante en las manos de Ferdinand Preiss que la representa con la mirada absorta y lejana, donde lo importante es la figura idealizada. La mujer de Chiparus es moderna, emancipada y elegante. Utiliza la técnica del bronce patinado. “Aunque este escultor representó magistralmente algunas de las bailarinas del Music Hall, señala Chloé Signes, en los años 20 su interés se centra en la danza de la compañía de ballet rusa dirigida por Diaghilev y varios de sus componentes como Ida Rubinstein o Nijinski, entre otros, son inmortalizados por Chiparus”. Para sugerir mejor el impulso del ritmo musical añade a sus figuras platillos. En estas representaciones ajusta los trajes subrayando las líneas del cuerpo, añade accesorios como tocados que alargan la silueta, joyas de inspiración oriental o también proporciona a sus figuras faldas holgadas y plisadas que permiten expresar el movimiento. En abril de 2001 Fernando Durán ofreció a sus clientes “Dourga” una de las figuras preferidas de Chiparus y varias veces reproducida en distintas posiciones, vestida con una original falda plisada, el precio de salida fue de 21.035€ y finalizó las pujas en 22.538€. También “Ayouta” con falda plisada de Chiparus se adjudicó en 5.710€, salió en 3.306€ el pasado mes de enero de 2001 en Durán.
“Existe un comercio internacional muy activo, limitado por las prohibiciones estrictas sobre la exportación de coral, marfil y carey por lo que las criselefantinas no pueden moverse de los países sin los permisos correspondientes otorgados por las Administraciones. En el caso de España hay que demostrar que lleva más de 23 años dentro del país, es decir, antes de 1980, señala Arturo Guinovart, hay que demostrar que es de época, certificarlo, etc.” Las criselefantinas alcanzan en el mercado internacional un precio superior al doble del valor en España. Se realizan subastas específicas con remates millonarios. En Londres un coleccionista pagó 11.344€, el pasado mes de mayo en Sotheby´s, por la escultura de bronce “Bailarina fenicia” de 29cm. que Demetre Chiparus realizó en 1925. En el proceso de creación de las criselefantinas los escultores esculpían figuras utilizando únicamente el bronce como materia prima. Las cotizaciones internacionales suben a cifras impensables en el mercado español.
El origen y materiales
La palabra criselefantina procede del griego chysos-oro y elephas-marfil, designa una técnica utilizada frecuentemente en la Grecia antigua. El rey Fidias combinó el oro y el marfil para algunas de las esculturas del Partenón en el siglo V AC. En el siglo XIX el uso del marfil se limitaba a objetos pequeños por falta de materia prima pero la anexión del Congo por el Reino de Bélgica y la explotación masiva de los recursos de la nueva colonia cambió radicalmente la situación. E. Van Estvelde, secretario de Estado belga en el Congo, incentiva el consumo de marfil entre los artistas vendiéndoselo a precio muy bajo o incluso regalándoselo.
-La realización del cuerpo (rostro, brazos, manos, piernas y pies) de estas esculturas está tallado en marfil, que resulta un material barato y fácil de adquirir en los años 20.
-Aunque la palabra griega chrysos indica oro la ejecución de los trajes se realizaba en bronce por la diferencia de precio y el resultado tan lucido que proporcionaba a las figuras. Es frecuente la utilización de moldes para realizar varias figuras. Se añaden piedras preciosas, carey, laca, oro, plata, etc. para adornar los trajes, tocados, etc.
-Las peanas suelen ser de mármol de color, ónice brasileño verde, a veces combinado con ónices de otros colores, pizarra de color negro o granito. De la maestría y elegancia de la peana puede variar el precio de la figura.
-Las medidas suelen ser de 40 a 55cm. Un gran número de 15cm. y alguna hasta 70cm.
Seis recomendaciones
1-Dejarse llevar por el gusto.
2-Que sea de época. Auténtica y original
3-Que aporte documentación sobre su procedencia, autor, inclusión en catálogo, etc.
4-A partir de 4.200€ podremos comprar figuras (20/30cm.) de buenos autores de época poco conocidos.
5-Por 18.000€ encontramos criselefantinas de 40/45cm. de firma reconocida.
6-A partir de 36.000€ seguro que la adquisición es importante (firma, ejecución, representación, documentación, etc.).
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