«Cantos Robados«
Concierto-Perfomance de Fátima Miranda
Teatro Fernando de Rojas
Círculo de Bellas Artes
, a las 20:00 horas
30 y 31 de enero.


En escena, una voz de cristal o de trueno, de Orientes y Desorientes, de sirena, ballena, diosa o chamán…, y el gesto de una sola cantante que interactúa con un monumental traje de fisonomías cambiantes. Todo ello bañado por una mirada irónica.

Escena contemporánea 2008, Festival Alternativo de las Artes Escénicas, cuenta, en su VIII edición, con la actuación de Fátima Miranda. La artista presenta en Madrid su última creación para voz sola Cantos Robados. Los días 30 y 31 de enero, en el Teatro Fernando de Rojas – Círculo de Bellas Artes, a las 20:00 horas, podrá contemplarse este espectáculo que conjuga una bellísima puesta en escena con una voz que nos regala insólitas acrobacias sobre un registro superior a cuatro octavas y que desde los años noventa viene sonado en importantes escenarios de todo el mundo

El título Cantos Robados nos hace un guiño que encierra toda una declaración de principios al plantearnos esa necesidad de proceso, de vagar y perderse por largos caminos, tropezando entre cantos rodados, tras un constante ir y venir, bucle/eterno retorno realimentado de antiguas raíces, hoy transmutadas y depuradas en un atanor por el que han transitado infinidad de culturas musicales y las más atractivas, complejas y extrañas prácticas vocales del laberíntico etnomundo, logrando así ponerlas en diálogo fecundo, mestizo y renovado, para poder aportar otro sabor, otro canto.

Imitar y copiar es indigno. Robar, apropiarse de las fuentes para poderlas integrar, digerir y olvidar, trascendiéndolas y convirtiéndolas en otra cosa, puede por el contrario dar lugar a un arte original, un arte sin artificio.

En escena, una voz y el gesto de una sola cantante que interactúa con un monumental traje de fisonomías cambiantes. En la primera parte de carácter ritual e interior la cantante parece flotar arrobada en las alturas, esculpiendo el aire con voz de cristal o de trueno, de Orientes y Desorientes, de anciana matriarca o de sirena; en la segunda, a pie de tierra, el ambiente es más alegre y profano. Todo ello bañado por una mirada irónica sobre la presencia de lo sagrado en lo doméstico.

Hija de una sensibilidad etnomínimal, Fátima Miranda da la espalda a la tiranía de los cánones de belleza del canto y de la palabra y se pone el mundo por montera, entrando a saco y sin miedo en el bosque de oralidades que aun lo pueblan: las albórbolas bereberes, los irrintzis vascos, los microtonos de la raga india, las murgas de griots y chamanes, las melopeas dionisíacas, las difonías mongolas, el yodels pigmeo, las voces nasalizadas corsas o chinas, los gritos-interjección del teatro Nô y del Kabuki japonés, los exabruptos del Pansori coreano, el scat del jazz o el cante jondo devienen así para ella un manjar y un lenguaje tan usual como el bel canto o el sprechgesang, cargado de memorias fonéticas, tal vez anteriores al lenguaje, evocadoras de códigos de comunicación ya extinguidos que anidan en el inconsciente colectivo
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Entre Salamanca –ciudad natal de la artista, donde estudió Letras– y Samarkanda –de camino a la India, donde estudió música–, entre Occidente y Oriente, entre la tradición y la vanguardia, se encuentran los campos por los que metafóricamente transitan y brotan estos Cantos Robados, cuanto más rodados más robados!

NOTA Todos los sonidos vocales producidos en el concierto son naturales y el resultado de técnicas desarrolladas por Fátima Miranda. La voz sólo está apoyada por amplificación, sin manipulación electrónica alguna