La inversión más segura. Joyas, una puja fascinante
María Jesús Burgueño
Joyas codiciadas como el diamante Koh-i-noor (Montaña de Fuego, de 108,9 quilates) perteneciente a la corona inglesa, historias y leyendas sobre piedras preciosas en fastuosos enterramientos o la célebre copa esmeralda de El Santo Grial nos transportan a un mundo de lujo y misterio. Pero hoy las joyas pueden ser mucho más accesibles y ahí están las subastas cada vez más populares para demostrarlo en donde se pueden adquirir piezas para uso, regalo o inversión a la medida de todos los bolsillos.
Un oficio casi olvidado es el que ejerce Luis Requena, lapidario desde que era un adolescente, “hay mucha gente que me llama para que grabe unas letras en una lápida, no tienen ni idea de este oficio”, dice. El lapidario es el artesano que corta, talla y pule piedras preciosas o semipreciosas y dentro de este gremio se encuentra el de piedras blancas, el diamantista, que se encarga de los diamantes, y el lapidario de piedra de color que trabaja piedras preciosas o semipreciosas a partir de la dureza 9 de la escala de Mohs (El alemán Friedrich Mohs en el siglo XIX estableció diez grados de dureza de los minerales, asignando el 1 al talco y el 10 al diamante).
Junto a la dureza, los lapidarios deben tener en cuenta la exfoliación (facilidad con la que se rompen los minerales según ciertos planos), sin el conocimiento de estos dos requisitos una piedra preciosa puede quedar reducida a polvo. “En general lo que debemos tener en cuenta a la hora de comprar una piedra preciosa es el color, calidad y, en último lugar, estaría el tamaño -aclara Luis Requena- ya que por muy grande que sea si no tiene color o calidad no vale para nada”.
Las piedras sintéticas que se vienen haciendo hace más de un siglo son las mejores falsificaciones de nuestras joyas
Este experto gemólogo trabaja para los más prestigiosos joyeros, su nombre es conocido fuera y dentro de nuestras fronteras, por sus manos pasan rubíes, zafiros, esmeraldas, etc. Él nos explica que en Francia fabrican sintéticamente piedras, no son plástico, no son falsas, son piedras, dice Requena, tienen la misma dureza que las naturales, pero están hechas por la mano del hombre mediante fundición por lo que es el hombre el que decide el tamaño. El precio de una piedra de este tipo puede rondar las 2.000 ó 3.000 ptas. Tienen, prácticamente, las mismas propiedades, la diferencia está en la cristalización que es circular, no como la de las piedras finas que es horizontal o vertical, pero con rayas limpias, rectas. Esta cristalización es debida a que estas piedras se realizan mediante un movimiento giratorio sobre un plato del que va cayendo gota a gota esta fundición, formando una especie de cono. En algunas piezas esto es muy visible, basta con acercar una lupa con luz y observar la piedra, pero hay que pensar que si fuera sencillo no habría fraudes.
En los últimos años Luis Requena está trabajando como grabador diseñando y copiando figuras sobre ágatas y realiza escudos nobiliarios por encargo. La diferencia entre un grabado y un camafeo -explica- es que el primero está excavado en la piedra, dando como resultado un bajorrelieve y el camafeo son figuras en relieve que se obtienen por la eliminación del material circundante. Este arte quedará en la familia, uno de sus cuatro hijos es el que heredará las claves del bajo y alto relieve.
Las subastas son una buena oportunidad para adquirir diseños antiguos, cada vez más valorados, a los mejores precios.
El mercado de las piedras preciosas es caprichoso, según las épocas y los gustos así se tallan unas u otras piedras, y el precio sigue la misma tendencia, excepto el diamante que tiene un precio regulado por un monopolio. Una mala talla estropea el brillo de la piedra. Muchos confunden brillantes al describir diamantes; el brillante es una forma de talla redonda con 58 facetas. En la actualidad Escada, una empresa ligada al grupo De Beers (controla el monopolio y la industria del diamante en el mercado internacional) ha sido la encargada de crear una nueva talla llamada escada con 97 facetas. Las gemas poco transparentes se tallan en superficies curvas (huevo, elipsoide, cabujón). Las tallas más usuales para las gemas transparentes son las rectangulares, baguette, vértices truncados, oval, en gota o perla, cuadrada, marquise, cabujón, etc.
Ansorena seduce a sus clientes con piezas muy importantes en todas las subastas. El pasado mes de marzo se subastó un broche en platino de los años 20, con un zafiro Ceylán talla oval de 6,63 qts. y diamantes en talla brillante y baguette con un peso de 16,5 qts. que salió en 1.600.000 y se remató en 1.800.000 ptas. En la subasta de abril sacaron varias piezas importantes, entre ellos un diamante, talla brillante, de 3,02 qts. con una salida de 1.800.000 ptas. Un collar en oro blanco de 18 qts. con 61 diamantes talla brillante (12 qts.) y 65 diamantes talla baguette (10,5 qts.) que salió en 4.500.000 ptas. Otra de las piezas importantes fue un broche Art Decó en platino con 278 diamantes, talla brillante, (32 qts.) y uno central de 2 qts. que se subastó en 3.700.000 ptas. y un largo etc. de joyas preciosas.
Las joyas se deben comprar primero porque nos guste, porque las vamos usar y, en segundo lugar, plantearnos la compra como inversión, sobre todo cuando es una pieza de muy buena calidad. La mujer es la que más mira las joyas, suelen venir acompañadas por sus maridos, también hay presencia, pero menor, de joyeros y anticuarios. El diseño antiguo prima sobre el moderno pero hay mercado para todas las épocas y diseños. En general, nuestros clientes, comenta Elena Mato G. Ansorena, el día de la subasta acuden siempre bien asesorados, saben lo que compran, además las joyas, que han estado durante 20 días en las vitrinas, las han podido comprobar y probar. Las piezas preferidas de las mujeres son los brillantes, collares de brillantes, de zafiros, rubíes o esmeraldas, las perlas siempre salen bien de precio son bonitas y favorecen mucho y algún reloj. En cuanto a las compras para caballero la joya es el reloj, que en general salen a unos precios bastante buenos.
Las mujeres también son las protagonistas de las subastas de joyas en Durán. Según Mª Jesús Sanz Boixareu, la presencia de los hombres es muy inferior, destacando algunos joyeros y anticuarios. Los maridos acuden cuando desean regalar alguna pieza importante a su mujer. Esta sala subasta aproximadamente unos 300 lotes, que van desde las 3.000 ptas. hasta los 5.000.000 ptas.
Las joyas más pujadas son las de oro o platino con diamantes. En la pasada subasta, Durán sacó unos 290 lotes de joyas de los que 110 eran de una colección privada, entre los que destacaron varias piezas de los años 20 muy personales con diseños exclusivos, junto con otras piezas de los años 50-60. “Hay joyas muy interesantes no por su diseño, según Mª Jesús Sanz Boixareu, sino por las piedras que llevan. En algunas ocasiones les recomendamos a nuestros clientes que pujen por determinadas joyas simplemente por el valor de la piedra o piedras que llevan engastadas con monturas no muy bonitas pero que después pueden aprovechar para hacerse otros diseños más acordes a la moda”.
Ojo con los engaños
“Esto es un doblete, (enseña Requena una pieza preciosa entre sus manos) se trata de dos partes unidas por una capa muy fina coloreada, esto a simple vista no se ve pero los expertos sí lo vemos, se hace para que la gema adquiera un mejor aspecto y con ello se eleva el precio, pero es un engaño. Si se vende, el comprador debe conocer lo que compra, sobre todo si la pieza está engastada, ya que no se puede ver si no se desmonta”. La magia y la medicina siempre han estado unidas a la tierra y en especial a las gemas, estas pueden ser minerales tallados y pulidos (diamantes, rubíes, etc.), o de origen vegetal y animal (ámbar, corales, perlas, etc.), esta es quizás la diferencia fundamental al hablar de piedra preciosa y gemas. La fascinación de muchos hombres y mujeres a lo largo de la historia ha sido encontrar, poseer o lucir una joya de gran valor en el que el color y el brillo deslumbrara a su alrededor. ¡Pero ojo!, no todo lo que reluce es auténtico, según Requena, hay joyas con unas piedras engastadas en oro de muchos quilates que son simplemente cristal del culo de una botella de sidra, o de plástico.
Muchos de los collares, sortijas y adornos que nuestros actores lucen en los teatros y revistas son cristales que proceden de la República Checa, tienen una especie de baño de talco, una lámina para que brille y tenga color, otros cristales simplemente están teñidos. Para saber si es piedra preciosa o cristal tenemos que fiarnos del vendedor, ya que no se puede saber su autenticidad si no se desmonta la pieza. Sólo en algunos casos se puede ver alguna burbuja minúscula en el interior.
Camafeos
Las ágatas son las piedras que normalmente se utilizan para los camafeos que proceden en su mayoría de Alemania. Estos camafeos no están realizados a mano como se venía haciendo durante toda la vida. Desde hace varios años, en Alemania, los hacen con máquinas de ultrasonido, el dibujo es muy bonito pero son todos iguales, han perdido el encanto del trabajo manual, esto también se ha notado en el precio ya que se pueden adquirir piezas desde 10.000 ptas. En el grabado también se trabaja sobre ágatas, “voy a comprarlas a Alemania donde tienen muchas y de muy distintos colores, ágatas bicolores. Estas piedras en Alemania también las hacen o las tiñen. En alguna ocasión me han traido, -explica Requena- sortijas de oro con una piedra para grabar, pensando que era ágata y yo les he dicho que era plástico”. El peso no es el mismo ni el tacto pero al venir la pieza ya montada en un anillo, etc. el engaño se da sin que el cliente pueda saberlo. La imitación en algunas ocasiones es tan perfecta que si no eres un experto la mejor forma de saberlo es pasar una lima de uñas (no de papel), el plástico sale dañado, si es un ágata no pasa nada en todo caso la lima es la que sale perjudicada.
Las joyas que subastamosproceden de los préstamos de Monte de Piedad y la Caja las oferta mediante subasta para poder cancelar esos préstamos. A éstas se añaden otras de particulares que desean su venta. Los precios están ajustados y pensados para que el que vende lo haga a buen precio y el que compra también; se revisan las valoraciones junto con los prestamos de Monte de Piedad para no ocasionar perjuicio a los prestatarios, ya que la Caja lo que hace es retirar los gastos financieros del préstamo, el de la subasta y lo que queda libre es para los propietarios.
Este año hemos empezado -comenta Juan Manuel Urías, de Sala Retiro- con diez subastas de carácter mensual a las que llamamos Bazar de Joyas con unas tres mil piezas cada una y cinco subastas de carácter extraordinario llamadas Bolsa de Arte y Subasta Magna con arte y joyas de alto nivel con unos doscientos lotes por cada tipo y en cada subasta.
Todos los meses salen piezas de excepción en Retiro, el pasado mes de febrero se subastó un diamante de 4,95 quilates que salió en 3.000.000 y se remató en 3.500.000 ptas. En la subasta de Navidad de 2000 se vendió un reloj Patek Philippe, de platino de los años 30 en 1.900.000 ptas., su precio de salida fue de 190.000 ptas. Un broche en platino firmado por Boucheron que salió en 100.000 y se remató en 170.000 ptas. En la próxima subasta de junio Sala Retiro sacará una importante colección de diamantes, -adelanta Urías- con más de diez solitarios de los que tres o cuatros son de gran tamaño, también sacaremos un par de pulseras de la alta época de la joyería en platino con brillantes.
Un miembro de la familia Carrera y Carrera montó un pequeño negocio de joyería en Madrid en 1885 -explica Lucía Sánchez Dehesa de esta firma- hoy es una de las compañías líderes de la alta joyería mundial, sus obras de arte están expuestas en las vitrinas de numerosos museos del mundo. Las joyas son diseñadas y creadas siguiendo las pautas de siempre, en un principio Carrera y Carrera inspiró sus colecciones en el reino animal, en la actualidad los motivos vegetales están ganando terreno como la colección Ginkgo (árbol milenario japonés). También otro tema importante –comenta Lucía Sánchez- son los acabados mate-brillo, cuyo secreto han guardado celosamente de generación en generación. Un apartado especial son las miniaturas, pequeñas esculturas que se elaboran a mano en cada una de las joyas.
Los joyeros más prestigiosos apuestan fuerte por el oro, los diamantes, sin olvidar las clásicas perlas.
El mercado de las joyas es muy amplio pero Carrera y Carrera se ha dado cuenta de que las mujeres con recursos ven la joyería como una expresión artística, valoran el diseño de cada pieza y usan cada vez más las joyas como complemento fundamental de su vestuario. Hay gran demanda de piedras de color, los calados, las transparencias y entrelazados. Por su parte Cartier apuesta por la combinación de perlas y diamantes, o simplemente perlas rosas, amarillas, grises, blancas, negras, etc., pero siempre solas o con diamantes. Otras de las últimas creaciones de Cartier han sido realizadas en oro blanco y diamantes de 0,15 cts. Un collar de oro blanco con diamante, ronda los 5.300.000 ptas., dos pendientes colgantes de estructura semirígida de oro blanco y diamantes, en la joyería, nos cuesta cada uno 810.000 ptas. y una sortija a juego con el collar y los pendientes por 890.000 ptas. Un reloj con 103 diamantes de 1,28 quilates lo podemos adquirir en la joyería por unos 4.100.000 ptas. Otra firma importante dentro del mundo del lujo es Chaumet que se suma a la corriente del color sobre oro blanco; por ejemplo, un colgante con turmalina rosa e iolita azul marino en oro blanco, o un anillo a juego lo podemos comprar por unas 320.000 ptas. Una sortija de iolita azul por unas 250.000 ptas. En cuanto a relojes uno de acero con brillantes lo venden a 700.000 ptas. y sin brillantes por 145.000 ptas.
Cartier marcó la pauta
Para el experto gemólogo Juan Manuel Urías de Sala Retiro, la mejor época de la joyería es de principio del siglo XX. Cartier marcó la pauta desde Francia. Las piezas que vienen de Asia son nefastas, la mano de obra es muy barata, no hay tradición y cualquiera puede trabajar haciendo joyas. A la hora de catalogar, el oro no da problemas, son las gemas las que pueden llegar a confundir, pero -Juan Manuel Urías explica- que los estudios de gemología que tienen las personas que catalogan en Retiro junto a la experiencia, suelen dar como resultado una buena catalogación. Sólo pedimos certificación de las piedras en el caso de que la gema pueda despertar alguna duda y que pensemos que debe tener la categoría como para añadir un gran valor a la pieza.
En el diamante no hay duda, muestra muy bien su autenticidad, es en las piedras de color, rubíes, zafiros, etc., donde puede haber algún caso dudoso pero la experiencia despeja las dudas. En los catálogos se especifica si es una pieza auténtica, si es sintética o cristal, esto es fundamental para mantener un prestigio, la catalogación debe ser muy clara no debe dejar resquicio de duda. “Nuestra palabra –según Urías- es el catálogo”. En Retiro identificamos las gemas por su nombre y las imitaciones como piedras de color o piedras ornamentales.
Dentro del mercado de las joyas las perlas siempre han tenido un sitio especial para combinar con platino, oro y plata. Perlas cultivadas, las más económicas, las australianas que son las más selectas y millonarias, pero en la actualidad una perla que está tomando un sitio preferente es la Tahití, o perla negra, proceden de la Polinesia Francesa. Para lograr una perla fina se tienen que abrir más de 15.000 ostras. Desde 1961 se están cultivando en Bora Bora, pero aún así son muy difíciles de conseguir ya que de cada 100 ostras injertadas solo una es perfecta. El color de estas gemas va del gris al negro antracita. “Las perlas siempre han tenido un lugar preferente entre las joyas más clásicas, según Urías. La entrada de la perla cultivada ha comido terreno a la perla australiana ya que la diferencia de precio es considerable, y esto se nota en las ventas”.
Los caballeros prefieren relojes
Una apuesta importante para la casa de subastas Segre, comenta Rosa Rodríguez, son las joyas, todos los meses sacamos piezas muy buenas, de joyería antigua, no copias como las que se están haciendo en Argentina, cada vez son más difíciles de encontrar, Segre ofrece a sus clientes joyas con toda la garantía de antigüedad. Tenemos un mercado exterior muy interesado en este tipo de piezas, fuera de España es muy difícil adquirir joyas antiguas por lo que se vienen a comprar a nuestro país, explica Rosa Rodríguez, es una pena que piezas importantes salgan de esta manera para no volver. Entre estos clientes hay muchos anticuarios y joyeros que volverán a sacar estas piezas a la venta en su país, a unos precios muy superiores, lo que quiere decir que el español tiene la oportunidad de adquirir piezas buenas a unos precios aún mejores. Para saber si una joya es antigua siempre se ve por detrás, las piezas nuevas son rectas, no tienen filigranas, en una imitación que pretenda pasar por antigua meten piedras con talla brillante, cosa imposible porque esta talla se empezó a realizar en los años 40 ó 50. Trabajos anteriores, por ejemplo el Art Decó de principio de siglo, no pueden llevar tallas brillante.
El platino se utilizaba mucho en los años 20, en la actualidad -según Rosa Rodríguez- se está volviendo a utilizar para diseños modernos. Las mejores oportunidades son los diamantes. Se venden muy bien las piedras semipreciosas, desde el año 2000 ha habido un incremento de ventas. Otro apartado dentro de las joyas es el de relojes modernos, el coleccionista busca relojes de marca como son Patek Philippe, Vacheron Constantin, Franck Muller, etc., por supuesto sin olvidar relojes antiguos. En nuestra primera subasta sacamos un Patek Philippe, un reloj cronómetro, cronógrafo por 4.200.000 ptas., dentro de unos años este reloj no se va a poder comprar por menos de 10.000.000 o 12.000.000 ptas. ya que no se hace éste tipo de relojes desde los años cuarenta. De bolsillo también subastamos otro Patek Philippe de 1888 en 1.150.000 ptas. Salió a un precio fantástico ya que se cotizan relojes como éste en el extranjero por 3.000.000 ptas. El mercado para caballero se ciñe prácticamente a relojes y gemelos.
Consejos para una buena inversión
Como base el platino o el oro amarillo o blanco. El platino es más caro que el oro entre otras cosas porque es más difícil de trabajar, se tiene que utilizar una temperatura muy alta y se parte con mucha facilidad, aunque después el resultado es una joya muy resistente y dura. En cuanto al oro el de 18 quilates (750/1000 milésimas, 75% de oro) que es la ley que tenemos en España e Italia es más apreciado que el oro de segunda ley que tiene una pureza de 14 quilates (585 milésimas) que es la ley de Centro Europa o el de 4 ó 9 quilates que es el de Inglaterra. La piedra más segura como inversión es sin duda el diamante con un valor controlado por una multinacional que juega con la oferta y la demanda para que el precio no baje, esto le da estabilidad. El oro y los diamantes son un valor seguro (las monedas, el metal en sí, las joyas, etc.) En cuanto a las gemas de color está de moda y cotizando muy bien la esmeralda, hace unos doce años era una piedra muy apreciada después dejó de importar y la moda se inclinó hacia el rubí y al zafiro, ahora la esmeralda está cotizando otra vez muy bien. Por lo tanto una buena inversión es una joya con platino, oro, diamantes y esmeraldas. Si uno quiere iniciarse en una afición, o comprar para lucir, el primer consejo es empezar a comprar lo que a uno le guste, y sobre todo asesorarse con la gente que trabaja en las casas de subastas, viendo escaparates en joyerías, comparando precios, etc. Según Juan Manuel Urías, hasta 100.000 ptas. podemos encontrar sortijas, pulseras, brazaletes, etc., con diamantes, rubíes, esmeraldas, zafiros, relojes de oro o de cuarzo, relojes modernos y antiguos. Si aumentamos el presupuesto seguimos encontrando lo mismo pero mejor y las piedras más grandes. Es preferible una sola pieza buena que muchas de peor calidad. Un cristal o una piedra sintética no es una buena inversión. Y por último, la compra de perlas siempre es un valor seguro, no pasa de moda, es un clásico en la joyería
Falsificaciones con brillo
Las mejores inversiones siempre deben ir acompañadas de buen asesoramiento de profesionales como joyeros de prestigio y los de las casas de subastas, podríamos comprar granate grosularia, turmalinas verdes, o algunas calcedonias creyendo que son esmeraldas, o simplemente vidrios y piedras compuestas de dos berilos incoloros unidos por una cola verde (dobletes) pensando que hemos realizado la compra de la Patricia (632 quilates; Museo de Historia Natural de Nueva York) o la Devonshire (1384 quilates). Otra piedra preciosa con la que podemos encontrarnos sorpresas es el rubí, falsificaciones como el doblete compuesto de un zafiro australiano y otra de rubí sintético, o vidrios y cuarzos coloreados, etc. Desde luego si hemos confundido estas piezas con rubíes podemos asegurar que no hemos comprado el Edward (167 quilates; Museo Británico de Historia Natural de Londres). El zafiro también es imitado en la industria sintética, dobletes de vidrio y granate, y cómo no los coloreados de procedencia brasileña de cuarzos incoloros, también se llegan a colorear los propios zafiros para que adquieran un mayor valor en el mercado.
Los diseños antiguos se pueden imitar pero se distinguen con facilidad, se hacían a mano y eso da carácter a la pieza, en la actualidad esto no es así cada vez son más las máquinas que sustituyen a la mano del hombre. La única forma de envejecer un metal es dar sensación de uso, que tenga partes arañadas, que haya perdido cierta parte del lustro del oro o del platino, en cuanto a las piedras no se pueden envejecer sin dañarlas. Las tallas que se hacían en el siglo XVI-XVII están peor hechas, concretamente las de los diamantes son especialmente mejores las de ahora, cada diamante se estudia durante semanas, meses o años, ya que un tallado deficiente supone perdida de peso y valor económico. La talla brillante no se empezó a hacer hasta los años 40-50.
Hola amigos! Buenos días. Además de saludarles es que casualmente entre en su página y me gusto,acerca de las piedras preciosas, gemas. Un saludo
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