Desde el 8 de febrero al 25 de mayo
Una exposición de más de un centenar de obras de 82 artistas, desde un óleo de 1907 de Adolf Hölzer, figura tutelar de la Academia de Stuttgart, hasta piezas recientes del norteamericano Vincent Szarek (1973) o de la artista japonesa Are You Meaning Company (1973), que presenta una historia metódicamente concentrada de las tendencias minimalistas del arte del siglo XX, en el contexto de sus antecedentes en la abstracción y de sus reelaboraciones contemporáneas
La Fundación Juan March inaugura en Madrid la exposición MAXImin. Tendencias de máxima minimización en el arte contemporáneo, que es el resultado del trabajo conjunto entre la Fundación Juan March y el Departamento de Arte Corporativo de la Daimler AG (Stuttgart, Alemania). Está compuesta por más de 110 obras de 82 artistas de procedencia geográfica muy variada –Europa, Estados Unidos, América Latina, Australia y Japón- y de estilos y épocas muy diferentes. La idea es ofrecer una historia metódica de las tendencias minimalistas del arte del siglo XX, en el contexto de sus antecedentes en la abstracción y de sus reelaboraciones contemporáneas.
La historia está narrada desde unos márgenes amplios y flexibles: los que van desde la obra más temprana, un óleo de 1907 de Adolf Hölzel, figura tutelar de la Academia de Stuttgart, hasta obras más recientes, como las piezas del artista norteamericano Vincent Szarek o la artista japonesa Are You Meaning Company, ambos nacidos en 1973.
El objetivo de este proyecto expositivo permite plantear la muestra desde la perspectiva del “método” común a todas las obras expuestas: el de la máxima minimización. Pues la reducción de la figura, del color y de la forma; el de la obra de arte a su objetualidad, o la de los medios y materiales artísticos clásicos a los industriales o a los propios de la producción en masa son aspectos diversos de una misma “reducción metódica” que ha sido y es común a gran parte del arte moderno y contemporáneo.
La exposición, organizada en torno a un núcleo de obras pertenecientes a las tendencias minimalistas de las décadas de los 60 y los 70, ha querido privilegiar, pues, una perspectiva metódica, más que la de la pura selección de obras representativas. La guía la idea de que, más allá de la circunstancia norteamericana del nacimiento del minimal art “clásico” de la década de los 60, quizá “lo minimalista” no consista solo en una corriente sino, más bien, en un procedimiento de máxima reducción formal.
Desde ese argumento, la exposición muestra los planteamientos formalmente “minimizados” de algunas tendencias artísticas de los años 60 y 70 en un contexto esencialmente más amplio. En la medida en que se las contempla desde esa perspectiva, más metódica que temática, el “minimalismo” deja de referirse sólo una corriente americana de los años 60, para emerger como la característica común de la obra de artistas de muy diversas épocas y lugares. Por eso la exposición la componen, de hecho, obras que encarnan los lejanos ancestros del minimalismo en la pintura abstracta centroeuropea de principios del XX –especialmente en el sur de Alemania–, y también aquellas que han incorporado las tradiciones y las tendencias abstractas y minimalistas a lo largo de todo el siglo, y hasta nuestros días, en cuatro continentes.
Cabe destacar en la exposición un núcleo inicial dedicado a los orígenes de la abstracción en el sur de Alemania (Adolf Hölzel y la Academia de Stuttgart) y a la Bauhaus (Josef Albers), en la que fueron profesores algunos de los más famosos alumnos de Hölzel (el propio Albers, Max Ackermann, Willi Baumeister, Johannes Itten u Oskar Schlemmer). Se incluyen también ejemplos del arte concreto (Max Bill) y de precursores y contemporáneos del clásico minimal art americano, pertenecientes tanto a la Washington Color School (Kenneth Noland) como al Hard Edge Painting californiano (Karl Benjamin, Frederick Hammersley) o a la escena neoyorkina (Ilya Bolotowsky, Robert Ryman, Jo Baer o Sol LeWitt); figuran también representantes del Neo Geo (John M Armleder, Heimo Zobernig, Olivier Mosset) y un conjunto de obras pertenecientes al movimiento Zero. Entre otras muchas, en fin, podrán verse obras de Georges Vantongerloo, Jean Arp, Camille Graeser, Friedrich Vordemberge-Gildewart, Richard Paul Lohse, Mathias Goeritz, Oli Sihvonen, Jesús Rafael Soto, François Morellet, Charlotte Posenenske, Elaine Sturtevant, Jeremy Moon, Robert Barry, Shusaku Arakawa, Daniel Buren, Hanne Darboven, Michael Heizer, Sean Scully, Julian Opie, Philippe Parreno o Liam Gillick.
MAXImin es el resultado de la simbiosis productiva entre una corporación alemana con una extensa colección de arte internacional, que se encuentra entre las más importantes de Europa, y una Fundación como la Juan March que concibe, produce y organiza exposiciones, mayoritariamente dedicadas al arte internacional.
Alejada de las políticas de representación de otras colecciones corporativas de arte moderno y contemporáneo, la Colección Daimler aprovechó, desde sus inicios en 1977, el nacimiento de la corporación en la ciudad de Stuttgart para enfocar su coleccionismo a los orígenes de la abstracción, desde la que, con un criterio selectivo y de creciente internacionalización, ha organizado una relevante colección compuesta actualmente por unas 1500 obras de unos 400 artistas pertenecientes a las corrientes y movimientos abstractos y constructivistas, conceptuales y minimalistas.
Acompaña la muestra un catálogo-guía en gran formato, con dos ediciones, española e inglesa, concebido a la manera de los números extra de las grandes revistas especializadas internacionales. Cuenta con un extenso texto principal a cargo de Renate Wiehager, directora de la Colección Daimler, además de textos –hasta ahora inéditos en español– de artistas como John M Armleder, Ilya Bolotowsky, Daniel Buren, Hanne Darboven, Adolf Hölzel, Norbert Kricke, Heinz Mack o Friederich Vordemberge-Gildewart; incluirá también notas sobre más de 80 artistas, comentarios a las más de 100 obras en exposición, glosarios de términos y conceptos y una selección temática de bibliografía. Así como en el proyecto expositivo la perspectiva metódica ha ordenado y dispuesto un centenar de obras de unos ochenta autores, en el catálogo se ha dado mucha importancia, en la tradición de las representaciones gráficas de la historia del arte (las de Alfred H. Barr, Kurt Schmidt, Miguel Covarrubias o George Maciunas), a la “Beautiful evidence” (Richard Tufte): los diagramas dedicados a hacer intuitivos e inmediatamente comprensibles la compleja genealogía y geografía de artistas, movimientos, estilos y formas, de sus interrelaciones, sus antecedentes y sus redes de influencias mutuas.
Datos de interés:
Fundación Juan March
Castelló, 77 – Madrid
Desde el 8 de febrero al 25 de mayo