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Mascaró en Silos

Del 27 de febrero al 4 de mayo de 2008

En la Abadía de Santo Domingo de Silos

La Abadía del Monasterio de Santo Domingo de Silos acoge en sus salas once esculturas y cuatro dibujos de Xavier Mascaró. La exposición está organizada por el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía en colaboración con la Abadía de Santo Domingo de Silos y la Cámara de Comercio e Industria de Burgos y cuenta con el patrocinio de Fundación Telefónica.

La muestra se compone de obras realizadas en 2007 y 2008, algunas específicamente para esta ocasión. Para su realización ha utilizado desde el hierro hasta la piedra, el cristal o el bronce. Las once esculturas se complementan con cuatro dibujos.

La pieza fundamental, según el comisario Francisco Carpio, resume en gran medida buena parte de las señas de identidad escultóricas de Mascaró, es Departure, una impresionante barca de hierro, de la que el artista comenta que ha querido trasladar la sensación de provisionalidad que pudiera tener una instalación al combinar el hierro, de aspecto sólido, con teles envejecidas, “a modo de elementos perecederos o no definitivos que sin embargo han subsistido. Creo que efectivamente la obra resume los principales elementos de ideas de mi escultura”. “La barca –explica en el catálogo Francisco Carpio, comisario de la exposición- como icono, semivarada, a punto de partir, o tal vez de atracar. Deshabitada, (in)móvil, ha sido un elemento recurrente y presente en la obra de Mascaró. En este caso, Departure nos conduce, por las deshidratadas aguas del aire, a través de otro viaje imaginario, el viaje espacial de al escultura”

Varias de las esculturas pertenecen a una reciente línea de trabajado que Mascaró ha agrupado bajo el título de Cultural Objects. Son –dice el artista- “mis objetos culturales, yo los estoy produciendo hoy, con la conciencia de mi semejanza con esos seres-artistas de quienes solo queda el objeto que crearon”. Para Xavier Mascaró el exponer en las Salas de la Abadía del Monasterio de Silos ha supuesto “una experiencia única”, no sólo por la belleza y la historia del lugar sino también por el trayecto, por el paisaje que uno atraviesa para llegar y que forma parte de la exposición. “El espacio en el que se muestran las obras es particularmente intenso: es una nave subterránea en el interior de un claustro, que es a su vez el núcleo del convento. Es un espacio cargado de espiritualidad. Su carácter mágico me recuerda al de las cuevas en las que por primera vez surgieron el arte y la religión…”

Comenzó su carrera artística como pintor y poco a poco y a medida que su pintura se iba volviendo más matérica evolucionó hasta la escultura, “quería crear una presencia física que estuviera frente a mí. Así fue como empecé a convertirme en escultor”. Sus primeras piezas fueron realizadas en bronce, aunque enseguida el artista se inclinó por la utilización del hierro. “Lo fundo mediante una apropiación personal que he llevado a cabo del procedimiento industrial (…) me encanta el comportamiento caprichoso que tiene el hierro en la fundición- afirma el artista- he llegado a comprenderlo bastante, puedo preverlo y controlarlo”. Mascaró ha sabido convertir este material en fuente de nuevas soluciones escultóricas, que le hace inscribirse de pleno derecho en una tradición netamente española.

La calidad, diversidad y singularidad de las esculturas, dibujos, instalaciones y escenografías de Xavier Mascaró (París, 1965), le convierten en uno de los artistas españoles más interesantes de nuestro panorama artístico actual. Desde hace aproximadamente cinco años, el artista siente que ha de enriquecer su lenguaje e incorpora nuevos materiales en su obra que le permiten añadir otros matices: cristal, bronce, piedra, cerámica o la fotografía, que utiliza en el proceso de producción de las obras para comprobar como evolucionan, e incluso el vídeo, que en cierto tipo de instalación le permite añadir detalles.

Aunque en los últimos años ha mermado el interés que Mascaró dedica a la figura del animal, su interés por los animalarios y las zoologías fantásticas es una constante a lo largo de su iconografía. A este respecto el artista opina que el animal no le interesa demasiado en sí mismo, pero sí la iconografía a él asociada en distintas culturas, épocas y lugares. “Es una metáfora de las pasiones, deseos y temores de la mente humana, que es también una mente animal. A pesar de que la obra de Mascaró podría definirse como figurativa, el artista opina que “tiene una vocación marcadamente abstracta. No me interesan los objetos que represento, sino el icono al que se reducen, y los “aromas” que de ellos se desprenden.

La obra de Xavier Mascaró es muy diversa y difícilmente clasificable. La rotundidad visual y conceptual, el frecuente trabajo en series temáticas, el uso a menudo de grandes volúmenes, la ocupación y delimitación del espacio en sus llenos y en sus vacíos, la plasmación plástica de formas y masas en continua tensión, la existencia de una fuerte carga simbólica, la gran diversidad de elementos iconográficos que pueblan sus esculturas (animales, dragones, saurios fantásticos, barcas, yelmos, armaduras, huellas de tauromaquias, cruces, manos, objetos de estirpe religiosa, corazones, cabezas, extrañas máquinas, cuerpos atrapados…), la presencia de una ausencia (la de la figura humana), que en los últimos años ha remitido, convirtiéndose en la presencia de una presencia…, la versatilidad de los materiales empleados, la reflexión entre naturaleza y cultura, e incluso un cierto hálito narrativo y argumental que acaba adquiriendo puros tintes escenográficos, son algunos de los rasgos con los que construye una obra escultórica muy personal y característica.

Francisco Carpio, comisario, define de esta forma los trabajos de Mascaró: “hay en sus obras, en las criaturas, instrumentos y signos que las constituyen, un aroma mítico y ancestral, un sabor –ácido y lijoso, como el del hierro viejo- a vestigio histórico, a tiempo pasado: caballos (de Troya o enjaezados para justas medievales), dragones metamorfoseados en verracos, barcos semivarados, ropajes-armaduras, arquitecturas fantasmales…Y, sin embargo, pese a esas iconografías pretéritas o anacrónicas, estas obras escenifican también las plausibles huellas de futuras arqueologías postindustriales, y de la infancia . Formas, pues, ambivalentes, polos tensionados –y circulares- de un tiempo pasado y colectivo, y a la vez, futuro y personal.”

Catálogo
Con motivo de esta exposición se ha editado un catálogo con un texto del comisario, Francisco Carpio, y una conversación de éste con Xavier Mascaró, así como una biografía del artista acompañada de una relación de todas sus exposiciones y la fotografía de las obras expuestas.

Breve reseña biográfica
Xavier Mascaró nace en París en 1965, es licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Barcelona en 1988, en la especialidad de pintura. En 1989 comienza a realizar sus primeros trabajos en bronce; seis años después el hierro se convierte en el protagonista de los materiales que utiliza. Entre 1996 y 1998 vive en Nueva York, para regresar después a Madrid donde trabaja en la realización de obras monumentales. En la actualidad vive y trabaja entre las dos ciudades.

Mascaró posee una trayectoria escultórica todavía joven en años, pero fecunda y cuajada de numerosas experiencias, obras, y exposiciones, tanto nacionales como de ámbito internacional. Entre las más recientes la organizada en el Centro Cultural Recoleta de Buenos Aires, o en el Gebert Contemporary de Santa Fe, Nuevo México.

Datos de interés:
Del 27 de febrero al 4 de mayo de 2008

Monasterio de Silos (Burgos)
Abadía Benedictina de Santo Domingo de Silos
C/ Santo Domingo, 2
E-09610 Santo Domingo de Silos – Burgos
Teléfonos: 947 39 00 49 – 947 39 00 68

Comisario:Francisco Carpio
Coordinadora: Carmen Román
Organización:Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
Colaboradores: Abadía de Santo Domingo de Silos y Cámara de Comercio e Industria de Burgos
Patrocina: Fundación Telefónica

Imagenes:
– Departure, 2007
2 x 4.20 x 0.85 m. (en tres tramos de 1.80 x 1.80 x 1.40)
Hierro
Colección del artista

– Cultural Object 65, 66 y 64, 2008
1 x 0.50 x 0.50 m.
Cristal-marfil, hierro y madera
Colección del artista

– Small Love, 2007
0,16 x 0,15 x 0,11 cm.
Cristal y hierro
Colección del artista

María Jesús Burgueño

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