Por Andrés Merino
A pocas semanas de la conmemoración de aquella histórica revuelta que dio inicio a la Guerra de la Independencia, La Esfera de los Libros vuelve a proponer una vez más un auténtico atrevimiento y revulsivo literario, la biografía de José I Bonaparte, rey de España entre 1808 y 1813. Un monarca del que, a pesar de ser uno de los más desconocidos de nuestra historia, se tiene una imagen verdaderamente negativa. En las últimas décadas, laboriosos esfuerzos historiográficos han intentado rehabilitar, si no la procedencia geográfica y dinástica del personaje, al menos una parte significativa de su gobierno en Madrid. A esos esfuerzos se unieron en su día incluso propuestas literarias tan sugestivas y celebradas como las novelas “Yo, el Rey” y “Yo, el Intruso”, del Juan Antonio Vallejo-Nágera.
La biografía que ofrece Manuel Moreno Alonso, Profesor Titular de Historia contemporánea de la Universidad de Sevilla, es un intento bastante más complejo. A pesar de declarar desde las primeras páginas su voluntad de huir de una visión mediante planos generales –históricos, políticos, sociales o económicos-, optando por perspectivas netamente humanas, el trazo del protagonista parece ser constantemente el del ambiente exterior. El José I que se dibuja es una especie de atlante siempre agotado por la presión cercana y lejana. Llama la atención el recurso frecuente del historiador de comparar al monarca efímero con su hermano Napoleón, al que por acción u omisión culpa de su fracaso en el trono español. En lo que en ocasiones parece un auténtico ajuste de cuentas, el libro recuerda que antes de que la estela del más célebre corso brillase en Francia, José Bonaparte ya tenía un nombre como político y jurista. Pero quizá la mayor sorpresa de la biografía sea la presentación casi obsesiva del personaje como “un rey republicano”, en curiosa expresión que coincide casi al milímetro con otras vaciedades semánticas de moda en los últimos años, confundiendo – en ocasiones parece que deliberadamente- el concepto etimológico de res pública con el republicanismo más rancio y demagógico. Lo mismo sucede con conceptos como liberal, para el que habría que escoger una definición bien delimitada antes de aplicarla libérrimamente al retratado. Tras la lectura y comprobación de las reflexiones que presentamos, no resulta extraño subrayar párrafos que revelan una auténtica pasión comparable al síndrome de Estocolmo: “Si los políticos que hicieron a Napoleón dictador de Francia en 1799 hubieran buscado un candidato para presidente al estilo americano (sic), no cabría la menor duda de que hubieran preferido a su hermano José”. No menor sorpresa supone la lectura de la frase numéricamente aventurada “Fundó 1.500 escuelas públicas y dejó planes para hacer 1.000 más”, sin citar fuente estadística de tan precisa afirmación. Al menos se recoge algún dato más polémico, como los intentos de un agente del biografiado, que sondeó la posibilidad que una negociación separada de paz entre España e Inglaterra a espaldas de Napoleón y el gobierno francés, una traición muy liberal y republicana, muy de la época. A pesar de nuestras críticas, la obra es ya sólo por los datos que aporta una de las de lectura imprescindible en la cadena de conmemoraciones históricas que comenzamos en mayo.
“José Bonaparte. Un rey republicano en el trono de España”
Manuel Moreno Alonso
Madrid, La Esfera de los Libros, 551 pág.
ISBN: 978-84-9734-703-7
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