Reúne más de 100 fotografías realizadas a lo largo de los últimos diez años
Cristina García Rodero fue Premio de Cultura de la Comunidad de Madrid 2005, en la modalidad de fotografía
Las fotografías de Cristina García Rodero para este proyecto son prácticamente inéditas y recogen su trabajo de los últimos diez años. Constituyen un abanico de imágenes de los ritos, ceremonias, gestos, altares, etc., de los devotos y oficiantes de la religión de María Lionza en
Cristina García Rodero ha hecho de cada una de estas fotografías un puente entre lo que se ve y lo que no se ve, captando el potencial de esos rituales de tránsito que han hecho de Sorte un espacio de sanación. Este hecho fundamental y su poderosa expresividad es lo que ha seducido a la fotógrafa, hasta el punto de dedicar diez años, de visitas periódicas y estudio, para poner de manifiesto el desarraigo y los misterios del alma humana. Asimismo, ha captado las tensiones y coincidencias de una sociedad que lucha por comprenderse, por estructurar o reconocer lo que se ha dado en llamar una identidad nacional: aquel conjunto de elementos constitutivos que la distinguen, la cohesionan y que, en América Latina, ha costado siglos de luchas y refundaciones.
El montaje de la exposición se desarrolla en torno a los elementos utilizados en los rituales de Sorte, Agua, Tierra, Fuego y Aire; y la construcción espacial, así como la iluminación y los sonidos, transportarán al visitante a la selva venezolana, permitiendo entender y compartir la fuerza del culto a María Lionza.
Esta exposición, enmarcada se celebra, asimismo, con motivo de la concesión del Premio de Cultura de
Cristina García Rodero es reconocida por muchos como una fotógrafa que ha desarrollado su obra en torno a la documentación plástica de ritos y tradiciones culturales, especialmente religiosas, reflejando con gran acierto la fuerza expresiva de esas fiestas, cuyos orígenes se pierden en el pasado. En esta ocasión, además, hay que destacar la fuerza con que sus fotografías conmueven directamente a cada espectador.
Normalmente salta a la vista que muchos de los temas y escenarios que propone Cristina pertenecen a lo más tradicional de la cultura y, seguramente por eso, se suele pasar por alto la manera extraordinaria con que sus obras afectan al espectador.