Por las mañanas dibujante textil y por las tardes profesor de dibujo.
La historia de un pintor que dedicó su vida al arte y del que poco hemos sabido hasta que su hijo Santiago Gubianas ha abierto una ventana al mundo a través de una web homenaje al artista que le enseñó a amar el arte.
Según ha contado su hijo Santiago Gubianas a la revistadearte.com su padre a la edad de 18 años ya era un dibujante reconocido y luego pintor. Más tarde decidió permanecer en el anonimato hasta que falleció. “De vez en cuando vendía algún cuadro para sufragar los gastos ocasionados por la pintura. A lo largo de 60 años calculo que vendió unas doscientas obras”. En los primeros tiempos según cuenta su hijo Santiago, su familia vendía sus dibujos, algunos con su consentimiento otros sin él.
“En el año 1951 hizo una serie de dibujos para ilustrar un libro del sr. J.M. Junoy. Desconozco la cantidad, dónde están y si se llegó a publicar el libro”. No sabe si alguna institución o museo tiene alguna obra suya. En una ocasión le comentaron a mi padre que había un cuadro suyo en un museo de Madrid…”.
Jaime Gubianas Jovés nació en Barcelona el 25 de Diciembre de 1923 de padres procedentes de Manresa, era el quinto de siete hermanos. Desde muy pequeño sintió pasión por reflejar en un papel todo lo que veía. La situación económica de sus padres no permitía asumir los gastos que implicaba su afición, por este motivo cualquier trozo de papel (periódico, embalaje, etc.) y algo que pintara, era valido para realizar sus dibujos. Esta experimentación con materiales le llevo a realizar sus obras en soportes tales como papel de lija, espuma de poliestileno expandido (corcho blanco) y otros. Su tema predilecto en aquella época eran los animales. Con el paso del tiempo, el interés por el Arte se acentúo cada vez más y llego hasta los límites de ser una verdadera obsesión. Rechazó puestos de trabajo, relaciones familiares, actividad social, y todo aquello que le impidiera desarrollar su vocación artística. Al poco tiempo consiguió que todos sus empleos estuvieran relacionados con el Arte. Por las mañanas de dibujante textil y por las tardes de profesor de dibujo. Los sábados, domingos por la mañana y las vacaciones para pintar. Cuando llegaba a casa después de la jornada laboral inmediatamente preparaba los compuestos para dar el acabado a los soportes que posteriormente utilizaba para pintar. Solo respetaba los domingos por la tarde para dedicarse a la vida familiar, pero casi siempre encontraba algún motivo para hacer una “notita” o un “apunte”, según cuenta su hijo Santiago Gubianas.
WEB JAIME GUBIANAS JOVÉS (www.gubianas.cat)