En las Jornadas Internacionales sobre el MAN, celebradas durante tres días en Madrid, se ha debatido sobre la necesidad de cambios en la estructura interna de la institución, la reforma de su Patronato y un cambio de nombre. Estos tres apartados serán el punto de arranque de una nueva etapa para el Museo Arqueológico Nacional.
El director general de Bellas Artes y Bienes Culturales, José Jiménez ha presentado las conclusiones de las Jornadas Internacionales sobre el Museo Arqueológico Nacional, en las que se ha debatido el pasado, presente y futuro de dicha institución
Las importantes aportaciones realizadas por los numerosos especialistas en arqueología y museología presentes en la reunión, servirán para abrir una nueva etapa en el Museo de manera inmediata. En este sentido, el director general apostó por iniciar este periodo con el cambio de nombre –que pasará a llamarse Museo Nacional de Arqueología – y con una reforma de su Patronato y de la estructura interna del Museo.
Abierto a estudiosos y visitantes
Lo que se pretende es crear un museo de arqueología para el siglo XXI, y así el nuevo nombre de la institución servirá para enfatizar la misión arqueológica del Museo, en vez de implicar –por un error semántico– que es el Museo lo que es arqueológico. La reforma del Patronato y de la estructura interna del Museo permitirá, a su vez, una mayor agilidad en el desarrollo de las competencias de uno y otro y una mayor cercanía entre la institución y la sociedad. En el Patronato, se integrarán representaciones de las distintas administraciones junto a investigadores, arqueólogos y miembros de la sociedad civil, mientras que la actual ordenación en departamentos será sustituida por un organigrama más flexible y transversal.
El director general también se refirió a la importancia de integrar el futuro Museo Nacional de Arqueología en la Red de Museos de España, como un referente para el resto de museos de arqueología que se integren en dicha Red. Igualmente, el Museo deberá vincularse con la Red de Escuelas Arqueológicas en el Exterior, en la que están trabajando el Ministerio de Cultura y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y que representa un proyecto de gran importancia para nuestro país.
De todo ello se deduce que el Museo debe convertirse en una plataforma para los estudios sobre arqueología, y en un punto de encuentro para todos los agentes involucrados en el desarrollo de la disciplina. Para ello, será fundamental el reconocimiento de la capacidad investigadora de los museos, tal y como se está negociando con el Ministerio de Ciencia e Innovación. A su vez, el Museo Nacional de Arqueología debe ser una institución abierta y dedicada al público, en la tradición democrática de los centros de carácter museístico.
Tres líneas de acción
En cuanto a los planteamientos conceptuales que pueden regir la nueva etapa del Museo, y a partir de todo lo propuesto durante las Jornadas, el director general identificó tres líneas de acción. En primer lugar, una defensa de la contingencia del proceso histórico frente a consideraciones dogmáticas de la historia como un proceso lineal. En segundo lugar, la vinculación de la arqueología con la antropología, al tratarse de una disciplina que debe ayudarnos a la reconstrucción de las culturas desde su especificidad y no según un planteamiento abstracto e historicista. Por último, defendió que el Museo debe regirse, más que por una concepción enciclopédica, por una visión crítica, fragmentaria e interrogativa de la arqueología y de sus múltiples implicaciones.
Para finalizar, el director general se refirió a la voluntad del Ministerio de Cultura de convertir al Museo Nacional de Arqueología en una de las grandes instituciones museísticas del Estado y en un referente nacional e internacional en cuestiones de patrimonio arqueológico.