Del 4 noviembre de 2008 al 12 abril de 2009
Museo del Prado, Madrid
El Museo del Prado presenta por primera vez fuera de Alemania el núcleo principal de una de las mejores colecciones históricas de escultura clásica de Europa, la Skulpturensammlung Staatliche Kunstsammlungen Dresden (Colección de escultura de las Colecciones Estatales de Arte de Dresde) que, con motivo de la actual clausura por reforma de su sede, el Museo Albertinum, se exponen en Madrid gracias a un excepcional acuerdo de colaboración entre ambas instituciones, al patrocinio de la Fundación Amigos del Museo del Prado y a la colaboración de Sociedad Estatal de Acción Cultural Exterior (SEACEX).
Bajo el título “Entre dioses y hombres. Esculturas clásicas del Albertinum de Dresde y del Museo del Prado”, la exposición ofrece al público una ocasión única para contemplar, por primera vez en España y tras varios años ausentes de la exhibición pública, piezas tan importantes como las réplicas romanas del Efebo de Dresde, de la Escuela de Policleto, del Zeus de Dresde y de la Atenea Lemnia, ambas de Fidias o La Ménade de Dresde, junto a una selección de obras de la propia colección de escultura clásica del Prado. Dada la importancia de este proyecto de colaboración conjunta entre Dresde y Madrid, la muestra se presentará después en el Japanisches Palais (Palacio Japonés) de la ciudad alemana.
Con ocasión del cierre temporal del Albertinum, el Museo Nacional del Prado de Madrid presentará esta exposición durante un período extraordinario de apertura de seis meses. La muestra, que ocupa diez salas del edificio Villanueva, constituye un acontecimiento inédito al ofrecer la posibilidad de contemplar reunidas 46 de las mejores piezas de la colección de escultura clásica de Dresde junto a otras 20 importantes esculturas clásicas del Museo del Prado. Ambos conjuntos escultóricos son fruto del coleccionismo barroco y neoclásico y en los dos se integran magníficas versiones romanas de obras griegas clásicas y helenísticas, además de muchos originales griegos con policromía antigua y un núcleo excepcional de retratos.
La dirección las Staatliche Kunstsammlungen de Dresde ha cedido generosamente al Prado este excepcional conjunto de obras, en el que se incluyen piezas de resonancia casi mítica como el Zeus de Dresde y el Efebo de Dresde, réplicas romanas de la Atenea Lemnia de Fidias y del Sátiro escanciando vino de Praxíteles, o la Ménade de Dresde y las dos Diosas de Herculano. La selección incluye también otras piezas del arte griego de extraordinaria importancia como tres relieves sepulcrales áticos, tres terracotas policromadas de Tanagra, una serie de esculturas helenísticas de Alejandría y de otros centros y algunos retratos romanos de gran calidad, además de un gran Missorium, el disco de Teodosio de la Real Academia de la Historia, única obra de la exposición ajena a las colecciones de Dresde y del Prado.
Apartados de la exposición
La muestra se divide en tres grandes apartados que representarán, cada uno, una época distinta del arte grecorromano además de un tema específico.
I. Belleza y dicha de los dioses clásicos
La primera sección presenta -en forma de réplicas romanas- algunas de las más afamadas creaciones del arte clásico griego: del siglo V antes de Cristo obras de Fidias, Mirón y Policleto, del siglo IV otras de Praxíteles y finalmente tres originales griegos de la misma época. Las esculturas testimonian el culto griego a la belleza y la gran capacidad de invención formal de sus artistas. Mientras que en el siglo V se presenta a las divinidades de manera hierática y solemne, en el siglo IV estas están caracterizadas con mucha naturalidad y gracia en sus movimientos y gestos como expresión de la dicha y de la gloria de unos seres divinos que viven completamente separados de los hombres una vida gozosa y eterna. En una posición contraria se encuentran los mortales que admiran por esa razón a los dioses, pero, a su vez, se sienten doloridos por la brevedad y tristeza de su vida. Por ello se ha incluido en esta sección tres relieves sepulcrales, cuyas escenas de duelo -por cierto muy bellas- contrastan con las imágenes de los dioses dichosos. Sólo los atletas vencedores de las grandes competiciones griegas tenían una posición intermedia entre el hombre común y los dioses. Fueron considerados casi divinos como los héroes y se les veneraba con monumentos y estatuas tan bellas como las de los dioses. Muestra de ello son varias de las esculturas más conocidas del Albertinum y del Prado.
II. Sentimiento, sensualidad y alegría festiva en el arte helenístico-romano
En época helenística (siglos III a I a. C.) se llega a realizar composiciones escultóricas más complejas y a aplicar formulas marcadamente realistas en el tratamiento de la superficie escultórica. El resultado es una nueva vivacidad en el movimiento, una expresividad inmediata y fresca y un resplandor sensual, todo ello dirigido a los sentimientos y a los afectos del observador. Muchas de las esculturas representadas en esta sección son originales, incluso algunas conservan la policromía antigua. Un tema predilecto del arte de este período son las fiestas con sus bailes y sacrificios en honor de Dioniso. La mayoría de las obras como, por ejemplo, la famosa ‘Ménade de Dresde’ tienen un formato más bien pequeño e íntimo, apto para decorar mansiones y jardines de particulares en época tardo-helenística y romana o para servir como ex-voto. La representación de la belleza femenina de diosas y mujeres representa otro tema preferente del arte de este período. Los artistas no se cansan de representar a Afrodita desnuda y a las mujeres con lujosas vestimentas. Las esculturas más refinadas proceden de las ricas metrópolis del Este del Mediterráneo, y especialmente de Alejandría. Prosperan en Alejandría y en los demás capitales las artes como el teatro y la poesía y abundan esculturas de las Musas, sin embargo, son muy escasas las representaciones de actores con rasgos individuales, como el personaje que figura en un relieve de Dresde.
III. Imágenes del poder. Retratos romanos al final del Imperio
La exhibición de retratos en espacios públicos y privados es una costumbre romana muy típica, desde los remotos tiempos de la República. No se limita a hombres, como es habitual en casi todas las culturas, sino incluye también retratos femeninos e infantiles. Las obras seleccionadas -estatuas, estatuillas, bustos y relieves de mármol y plata- datan de los siglos II a IV. Están divididas en un grupo con retratos de mujeres que testifican, con sus ostentosos peinados, el prestigio público de la mujer en la sociedad romana, y niños, muestra del cariño hacia sus miembros más jóvenes. El segundo grupo representa retratos de hombres, en su mayoría militares, que ostentan virtudes masculinas como el valor o la superioridad de espíritu.
La exposición concluye con obras de la Antigüedad tardía (siglo IV), una época en que conviven casi sin enfrentarse el viejo mundo grecorromano con sus mitos y ideas y el mundo cristiano con su creencia nueva, legalizado por Constantino el Grande. Junto con los retratos de los emperadores Constantino y Macencio, hieráticos y de mirada penetrante, casi bizantina, se exponen cuatro esculturas de tema pagano de la época del emperador cristiano Teodosio y el monumento tal vez más importante y bello de su reino, el gran Missorium (*) de plata de la Real Academia de Historia de Madrid. El relieve de plata con Teodosio y su corte, rodeados de divinidades paganas, es el ejemplo más insigne de la convivencia de estos dos mundos.
(*)Esta pieza, conocida como “el disco de Teodosio”, es la única obra de la exposición que no procede de la colección de Dresde ni de la del Prado. Se trata de un gran disco de plata, una obra única y muy importante cuya presencia es fundamental para ayudar a contextualizar las cuatro esculturas de la época de Teodosio a las que acompaña en la última sala de la exposición. Este gran Missorium forma parte del Gabinete de Antigüedades de la Real Academia de la Historia y en los últimos 150 años únicamente se ha expuesto al público una vez, en una exposición del Palacio Real de Madrid.
Historia de la colección
La historia de la colección de Dresde tiene muchos paralelos con la del Museo del Prado. Durante el reinado de Federico Augusto II (1670-1733) llegaron varias colecciones muy importantes de Roma a Dresde: en 1726 la colección de bustos antiguos de Giovanni Bellori como regalo del rey Federico Guillermo I de Prusia a Augusto II; dos años más tarde la numerosa colección del príncipe Agostino Chigi y la exquisita colección del cardenal Albani. Finalmente, en 1736, fueron adquiridas de la herencia del príncipe Eugenio las tres Diosas de Herculano. Otro interesante grupo de obras son esculturas originales griegas y helenísticas, adquiridas por el Albertinum durante los siglos XIX y XX. Hasta mediados del siglo XIX, el Albertinum (*) de Dresde albergaba la colección más prestigiosa de esculturas clásicas de Alemania. Por el bombardeo de Dresde y el siguiente traslado a la Unión Soviética (1946-1958), la colección, hasta ahora no publicada dignamente, se quedó algo olvidada.
(*) El Albertinum es un museo de la ciudad alemana de Dresde ubicado en el emplazamiento de la antigua armería de la ciudad. Actualmente cerrado por obras de reforma y ampliación, desde enero de 2006, el Albertinum albergaba antes de su clausura la pinacoteca de los maestros modernos (Galerie Neue Meister) y la colección de esculturas de las Staatliche Kunstsammlungen Dresden. El nombre Albertinum es en honor al rey Alberto I de Sajonia, que mandó construirlo.
Catálogo
La muestra se completa con la edición de un amplio catálogo, en español y alemán cuyo comité científico está compuesto por el comisario Stephan Schröder, Jefe del del Departamento de Escultura del Prado, y Moritz Woelk, Director de la Skulpturensammlung Staatliche Kunstsammlungen Dresden además de otros especialistas internacionales: Dr. Kordelia Knoll (Skulpturensammlung SKD), Prof. Christiane Vorster (Universidad de Bonn), Prof. Beatrice Cacciotti (Universidad II Roma), Dr. Friederike Sinn (Universidad de Würzburg) y Dr. Joachim Raeder (Universidad de Kiel).
Comisarios: Stephan F. Schröder (Madrid), Moritz Woelk y Kordelia Knoll (Dresde)
Imágenes
– Logopress
-“Ménade de Dresde” (detalle), Staatliche Kunstsammlungen Dresden. Andrés V. Gamazo/Museo Nacional del Prado
-Los emperadores “Magencio” (Museo del Prado), a la izquierda, y “Constantino” (Staatliche Kunstsammlungen Dresden), a la derecha. En el centro, el “Disco de Teodosio” (Real Academia de la Historia). Andrés V. Gamazo/Museo Nacional del Prado
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