Los miércoles 5, 12 y 19 de noviembre en la Fundación Juan March

“AD LIBITUM. LA IMPROVISACIÓN COMO PROCEDIMIENTO COMPOSITIVO”

Este ciclo de tres conciertos no gira alrededor de un compositor, una época o una forma musical, sino que propone una reflexión sobre una manera de pensar la música y de hacerla realidad

El miércoles 5 de noviembre, a las 19,30 horas, con un recital de clave de Miriam Gómez-Morán, comienza en la Fundación Juan March (www.march.es) un ciclo de tres conciertos titulado “Ad Libitum. La improvisación como procedimiento compositivo”. En el segundo concierto, el miércoles 12 de noviembre, interviene el pianista Iván Martín, y el miércoles 19 el Atlantis Piano Dúo (Sophia Hase y Eduardo Ponce, piano). Los tres conciertos, como todos los de los miércoles, se transmiten en directo por Radio Clásica, de RNE.

El miércoles 5, Miriam Gómez-Morán interpreta obras de Jan Pieterszoon Sweelinck (1562-1621), Girolamo Frescobaldi (1583-1643), Johann Jakob Froberger (1616-1667), Louis Couperin (1626-1661), Sebastián de Albero (1722-1756), Antonio Soler (1729-1783) y Johann Sebastian Bach (1685-1750).

El miércoles 12, Iván Martín interpreta obras de Domenico Scarlatti (1685-1757), W. A. Mozart (1756-1791), L. van Beethoven (1770-1827), Augustus Frederic Kollmann (1756-1829), Muzio Clementi (1752-1823), Franz Schubert (1797-1828), Frédéric Chopin (1810-1849), Clara Schumann (1817-1896) y Robert Schumann (1810-1856).

El miércoles 19, el Atlantis Piano Dúo interpreta obras de Steve Michael Reich (1936), John Cage (1912-1992), César Aliaj (1966) (estreno absoluto), Juan Hidalgo (1927) y Cristóbal Halffter (1930).

Este ciclo musical gira no alrededor de un compositor, una época o una forma musical, sino que propone una reflexión sobre una manera de pensar la música y de hacerla realidad. Ad libitum, en abreviatura Ad. lib. o Ad. l., es una expresión latina que significa literalmente “a voluntad” o, si se prefiere a la manera de Shakespeare, As you like it, “como se quiera”, “como gustéis”. Alude a un momento generalmente breve de una obra musical en el que el compositor deja al intérprete en plena (o relativa) libertad. Pero el ciclo es, como afirma el subtítulo, eso y mucho más, pues reivindica una manera de hacer música que estuvo vigente en nuestra cultura durante siglos y en la que la conexión entre pensamiento musical y su realidad sonora era más directa y no pasaba necesariamente por su fijación por escrito, por la partitura. Conceptos y “formas musicales” como Improvisación, Impromptu, Preludio, Fantasía, Tocata… o episodios de otras como cadenza, fermata, glosa, variación, diferencias, y otros muchos, aluden a una realidad innegable: sólo hay música cuando ésta suena, y su fijación por escrito a través de signos convencionales, si bien permitió un desarrollo innegable en aspectos técnicos y formales del proceso de su composición, no deja de necesitar que alguien los convierta en sonidos: el mismo compositor o un intérprete. Eso sin olvidar que hay músicas que no han  necesitado nunca la escritura (las de transmisión oral, por ejemplo) o que hay géneros musicales enteros que, partiendo de alguna idea musical escrita, se basan en la improvisación (el jazz, por ejemplo) o dejan al azar del momento musical por el que pasa el intérprete su realización sonora: la música aleatoria de las vanguardias históricas. Se presenta una antología de músicas que, desde el Manierismo de comienzos del XVII al posmodernismo de finales del XX, inciden en estas ideas y nos obligan a abandonar por un momento la concepción, heredada del Romanticismo, del intérprete musical al servicio exclusivo del creador por antonomasia (el compositor) en obras totalmente cerradas. En música al menos, todas son siempre obras bastante abiertas.

Fundación Juan March. Castelló, 77 – 28006 MADRID