Fundación Telefónica

Desde el 20 de noviembre al 18 de enero

Dentro de la programación de la VI Mostra Portuguesa, la Fundación Telefónica presenta la más importante monográfica de la artista portuguesa Helena Almeida (1934). La exposición fotográfica indaga en la investigación formal y conceptual que ha guiado la carrera de Almeida durante los últimos cuarenta años. Comisariada por Isabel de Carlos,  el título alude a la primera obra fotográfica en 1969.

La exposición, que podrá visitarse hasta el 18 de enero de 2009, es la segunda de esta artista en Madrid. En 1998 ya expuso en la Casa de América con motivo de la feria ARCO, ese año dedicada a Portugal. Ha participado también en la Bienal de Venecia en 1982 y 2005, siendo una de las artistas más importantes del panorama contemporáneo portugués.

Presente en la colección de Fotografía de Telefónica, Helena Almeida es hija del escultor Leopoldo de Almeida, madre y mujer de artistas. En su país natal expone regularmente desde la década de los 60 e inicia su recorrido internacional con exposiciones individuales a finales de los años 70. El 2004 supone una fecha fundamental para su reconocimiento puesto que expone en la Bienal de Sydney y en Nueva York.

A la presentación de “Tela rosa para vestir” acudió la artista y la comisaria acompañadas del Director de la Fundación Telefónica, Francisco Serrano. “Tela rosa para vestir” es el punto de partida de su trayectoria como artista, haciendo referencia a la obra del mismo título, y de esta exposición. “La fotografía es el medio elegido para hacer confluir una serie de disciplinas, desde el vídeo o la performace hasta el dibujo, en una práctica artística cimentada en la auto-representación” analizó la comisaria de la muestra.

Las 100 fotografías, los 29 dibujos y un vídeo, titulado “A experiencia do lugar” y que supone el retorno a la imagen en movimiento experimentada en los 80, componen una muestra que habla de la comunicación. Fotografías reflejo de la relación entre interior y exterior y reflexionan sobre la tensión entre el cuerpo y el espacio en que se encuentra.

Sus trabajos nos desvelan en imperativo relacional con el otro o con la entrada de otro cuerpo en la imagen, como sucede en los trabajos más recientes. En estos últimos trabajos entra su marido Arturo Rosa, encargado de apretar el disparador de la Nikon 20. Piezas en el límite de todas las disciplinas y generadores de un lenguaje propio.

Almeida utiliza su cuerpo como único soporte y vehículo de comunicación. No establece diferencias entre cuerpo, obra y artista y así lo expresa: “Mi obra es mi cuerpo, mi cuerpo es mi obra”. El cuerpo es en su obra una mancha de color, una representación pictórica en sí misma que cuestiona la distinción entre lo abstracto y lo figurativo.

Trabajado a lo largo de toda su obra, el cuerpo es una presencia simultáneamente depurada, sin sombra y de fuerte impacto visual, nunca como auto-retrato o como escenificación o dramatización de otros personajes o figuras.

Sobre sus fotografías superpone brochazos monócromos, la línea de sus dibujos se materializa en un hilo de crin y su cuerpo se convierte en volumen. Esta ambigüedad constante es una de los mayores logros de su trabajo.

La posible relación con cualquier postulado feminista es evitado por la artista, sin embargo la comisaria afirma esta relación: “Es indudable la manifestación del cuerpo, el saltar el cuerpo hacia fuera para hacerlo sentir. Todo esto hace la obra claramente feminista aunque nunca lo ha querido expresar como tal”.

Beatriz Garcia Moreno

Datos de interés:

Fundación Telefónica

Gran Vía, 28 . Madrid

Exposición Del 20 de noviembre al 18 de enero