El Tolstói más confuso

Andrés Merino

Lev Nikoláyevich Tolstói no es sólo autor de dos de las novelas más conocidas del siglo XIX, Guerra y paz y Ana Karenina, sino que dedicó buena parte de su existencia a la reflexión filosófica. Su vida en la Rusia inmensa, el silencio de las estepas y su carácter introspectivo influyeron sin duda en que tomase la pluma para escribir algunos ensayos poco conocidos pero de no menos complejidad en construcción y contenido. Es el caso de “¿Qué es el arte?”, un tratado de corte moral y religioso que escribió a trozos durante quince años. Eunsa nos ofrece ahora su edición en español gracias a la traducción de Víctor Gallego Ballesteros, que propone además un estudio introductorio imprescindible para acercarse a una de las piezas más complejas del escritor ruso.

Tolstói inicia su obra con un recorrido sobre las principales teorías sobre la creación artística y se permite una feroz crítica de los autores que le han precedido en el empeño. Había viajado por Europa siendo testigo de la crisis del arte figurativo. Cuando su libro se publicó, en 1898, varias corrientes artísticas habían puesto en duda las bases más tradicionales del arte. Pero en su búsqueda quería dejar a un lado el concepto de belleza, que hasta entonces había marcado toda búsqueda de una definición universal de arte. Es aquí donde su obra pasa de confusa a polémica, pues al atacar el adorno estético o la experimentación armónica condena de forma rotunda lo que denomina arte decadente y modernista. La voladura de la imagen tradicional del arte es también la de la obra de los grandes iconos de la cultura occidental, entre los que cita nada más y nada menos que a Miguel Ángel, Shakespeare o Beethoven.

La trampa continúa al ofrecer con pretendida sencillez una noción de los artístico, que cifra en la capacidad del hombre de transmitir, por medio de señales externas, sentimientos que se han experimentado previamente, de suerte que otros hombres se contagien también de esos sentimientos y también los experimenten. La aparente nitidez con la que se pretende resolver esa aventura conceptual y filosófica nos remite así a algo parecido a lo que podríamos definir como comunicación en sentido amplio, por lo que no podemos hablar directamente de un razonamiento erróneo, pero sí de una verdad que se ha encontrado a medias. Que estos aspectos procedimentales sean discutibles no debe alejarnos de valorar otros pasajes del ensayo muy valiosos, como el diagnóstico de la crisis del arte común que, según Tolstói, Europa compartió hasta los siglos XIII ó XIV, cuando el Renacimiento motivó que la belleza de las piezas –es decir, el “placer” que provocaban en sí- se convirtiera prácticamente en la única medida del arte, en la tabla de clasificación de su calidad, abandonando otras varas de medir como la de los valores morales.

“¿Qué es el arte?”

Lev. N. Tolstói

Barañáin (Navarra), EUNSA, 230 pág.

ISBN: 978-84-313-2500-8