Martes 16 de diciembre a las 18,30 horas
Ciclo Pieza del Mes en la Biblioteca Nacional
«Del bibliotecario real a la creación del Cuerpo de Bibliotecarios: Antecedentes de un uniforme»
Hasta 1836, año en que la Real Biblioteca Pública se transforma en Biblioteca Nacional, los bibliotecarios eran criados de la Real Casa y Patrimonio y, como tales, debían ir uniformados. Su uniforme grande o de gala estaba elaborado en seda y paño, con casaca bordada, chupa y calzón y su coste ascendía a 3.751 reales y 17 maravedíes.
En el siglo XVIII la Librería Real, cuyos antecedentes se remontan a la época de los Austrias, pasa a convertirse en Librería Pública. Concretamente el 1 de marzo de 1712, Felipe V da la orden para que se abra al público, aunque su creación oficial no tuvo lugar hasta enero de 1716 por medio de un Real Decreto. Por este mismo decreto también se dispuso el reglamento de la institución.
Esta iniciativa, que no se sabe si partió del Rey o de su confesor, dio lugar a un nuevo panorama cultural en España.
La antigua librería privada y real había estado ubicada en la Torre Alta del Alcázar. Ante la nueva situación, se destinó como primer emplazamiento un pasadizo que utilizaban los reyes para ir al Convento de la Encarnación. A pesar del crecimiento constante de los fondos y la necesidad de nuevos espacios, ya que la biblioteca iba a acoger el Gabinete de Antigüedades y de Numismática, no se pensó en una nueva sede hasta que el primitivo edificio fue derribado por orden de José Bonaparte. La nueva ubicación fue el convento de los Trinitarios Calzados en la calle de Atocha, permaneciendo allí durante diez años. Otro cambio de sede tendría lugar durante el reinado de Fernando VII hasta su ubicación definitiva en el paseo de Recoletos en 1896.
En 1761, Carlos III mediante un real decreto nombró a todos los empleados de palacio criados de la Real casa. Esta consideración determinó la necesaria obligación de llevar un uniforme que permitiera identificar a cada uno de los empleados y su dignidad dentro de la jerarquización establecida. En 1799 los individuos de la Real Biblioteca solicitan que se les conceda algún distintivo que “manifieste el destino en que se hallan colocados”.
En este sentido los empleados de la librería real pública contarán con un uniforme bordado que se define en 1802. No obstante, por diferentes avatares, la generalización del mismo no fue habitual a juzgar por los informes y órdenes que se remiten aludiendo a la falta de rigor en la indumentaria. En un Real Decreto firmado el 8 de diciembre de 1830 por Fernando VII se establece cómo debe ser el uniforme. Se habla, asimismo, del uniforme de gala y de diario según unos figurines que se mandan pintar.
Como se aclara en uno de los documentos, la necesidad de usar un uniforme tenía un sentido práctico: “Me parece que pueda ser útil el uso de uniforme para la decencia de la misma Real Biblioteca y evitar que los concurrentes falten, como sucede algunas veces, a la atención y urbanidad debida a los Bibliotecarios y Oficiales, y que estos con la diversidad de modas en el vestir usen para ir a la Biblioteca de trages menos correspondientes, lo que no se podrá evitar no teniendo un uniforme propio con que se les obligue a concurrir, y cuyo destino conducirá también para que la guardia que se muda diariamente los conozca, y no los impida la entrada, como sucede algunas veces, quando llegan a la Biblioteca antes de que se abra al Público…”.
El análisis del uniforme, sus características y elementos distintivos como el color y la aplicación de galones y bordados de oro y plata, que, como veremos, determinaban una jerarquización de funciones, permite conocer mejor los orígenes de una profesión que conmemora este año en España su 150 aniversario como cuerpo especial de la Administración Pública.
El uniforme grande expuesto en el Museo, una reproducción interpretada por Lorenzo Caprile en 2007 a partir de los diseños conservados en el Archivo del Palacio Real.
La pieza del mes: Del Bibliotecario Real a la creación del cuerpo de Bibliotecarios: antecedentes de un uniforme.
A cargo de Mercedes Pasalodos Salgado, Biblioteca Nacional, Servicio de Museo.
Día: martes 16 de diciembre a las 18:30 h.
Lugar: Salón de actos del Museo de la Biblioteca.
Aforo limitado.
Entrada gratuita. No es necesaria inscripción previa.
Museo de la Biblioteca
Presentación de las piezas a pie de vitrina:
Días: domingos 7, 14, 21 y 28 de diciembre a las 12:30 h.
Lugar: Entrada del Museo de la Biblioteca Nacional