Museo Lázaro Galdiano
Domingos 21 y 28 de diciembre
A las 11,30 a 13,30 en el Jardín y en el salón frente a la exposición Miguel Ángel Blanco. Árbol caído, en la Fundación Lázaro Galdiano que se puede visitar hasta el próximo 5 de enero de 2009.
Gratuitas, precisan reserva.
Punto de encuentro: puerta de la sala de exposiciones (incluye una breve visita comentada de la exposición). Responsables Pilar Barba y Victoria Gaudens.
Para información y reservas: tno 915616084 y 915614979 extensiones: 110 y 111
El taller de familias «árbol caído» quiere rendir un homenaje artístico al haya que preside el jardín del Museo Lázaro Galdiano y que por enfermedad va a desaparecer. La obra artística de Miguel Ángel Blanco y las propuestas plásticas del taller pretenden sensibilizar a mayores y pequeños con el tema de la naturaleza dentro de la ciudad y en este caso en el museo. Trabajaremos técnicas como el découpage, frottage, collage, monotipos, estarcido, dibujo y pintura del natural en obras individuales y colectivas, como la que pretende recomponer un nuevo y gran árbol para el Museo Lázaro Galdiano. Materiales y soportes están a disposición de los participantes.
Sugerimos llevar bata o alguna prenda adecuada para la actividad.
Sobre la exposición que puedes ver también:
Miguel Ángel Blanco, Árbol caído
Fundación Lázaro Galdiano
22 de octubre de 2008 – 5 de enero de 2009
El haya centenaria de la Fundación Lázaro Galdiano, Fagus Sylvatica Lazarus, era el mayor orgullo de su jardín. La muerte del árbol ha supuesto la pérdida de una valiosa joya comparable a las obras de arte que atesora el museo, pues a su interés meramente botánico se suma un valor sentimental e histórico, ya que fue plantada por el propio Lázaro Galdiano.
Por ello, la Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales del Ministerio de Cultura, de acuerdo con el Patronato de la Fundación, consideró necesario rendirle homenaje y perpetuar de alguna manera su presencia. Dicho homenaje se le encargó a Miguel Ángel Blanco, seguramente el artista español que mejor ha entendido la vida de los árboles y que con mayor constancia ha dialogado con ellos.
El homenaje al haya que será talada, ideado por Miguel Ángel Blanco, recoge la memoria del árbol manifestándose a través del arte: dos sutiles intervenciones en el jardín evocarán su presencia; dos libros-caja nos muestran fragmentos de madera, de cortezas y algunas hojas del haya Lazarus; y por último, una exposición dedicada a los “árboles caídos” compuesta por elementos tomados de la Biblioteca del Bosque, nos lleva por una senda de árboles antiguos o caídos, conocidos y vividos por el artista. La muestra concluirá con la plantación de un haya joven en el lugar de la antigua.
Miguel Ángel Blanco
Miguel Ángel Blanco (Madrid, 1958), está considerado como uno de los artistas españoles contemporáneos más representativos en la utilización de la naturaleza como material del arte. Próximo a la sensibilidad europea del Land art, el artista acerca su obra a la naturaleza tomando de ésta pequeños restos del entorno: hojas, semillas, cortezas, líquenes, piedras…, con los que compone libros-caja, un proyecto que inició en 1986 con el objetivo de crear una gran Biblioteca del Bosque.
La obra de Miguel Ángel Blanco se halla expuesta en distintos museos y colecciones como son el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía o la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, entre otros.
«Difícil es concebir un criterio verdadero y abarcador del arte sin ser fiel a la idea de Unidad. Me refiero con ello a que el artista debe buscar en esa unidad la totalidad, el proporcionarse a sí mismo y a la persona que contempla la obraobra, esa dimensión concentrada que es la que hace verdaderamente grandes a los artistas. Muchos pueden ser los recursos formales para abordar el arte verdadero y las vanguardias nos los han ofrecido hasta el agotamiento o el esperpento; pero uno de ellos es y ha sido asomarse al hondón de la naturaleza, a esa especie de fuente que no cesa de manar y de proporcionarle al artista informaciones sin fin.
Estas ideas previas son, a mi entender, imprescindibles para abordar la obra personalísima de Miguel Ángel Blanco. En ella pesan, de una forma premeditada, la naturaleza y sus mensajes, pero nada supondrían una y otros si el artista no hubiera sabido metamorfosearlos de la manera conveniente. El mensaje esencial al que responde el arte está ahí, en ese macrocosmos de microcosmos que es el bosque, pero la tarea del creador es interpretarlo de la manera conveniente y con unos recursos originales y convincentes, como sucede en este caso.
[…] podemos decir que sin misterio tampoco existe verdadero arte, en la medida que éste nunca debe verse subordinado a copiar con simpleza la realidad. Recibe, pues, este artista la llamada de la naturaleza, la voz de ese misterio, y él nos la desvela, pero tornándola misteriosa.
Los misterios del bosque son muchos, como los de la vida, y Miguel Ángel Blanco se ha propuesto, ya en su dilatada obra, pero particularmente en esta exposición, revelárnoslos. Vemos, por tanto, cómo este artista se ha situado en la centralidad del conocimiento, ha evitado los gestos espasmódicos y los funambulismos tan al uso del «todo vale», para abordar su arte desde lo nuclear, desde esa simiente primera de la que sólo puede germinar y brotar una obra tan convincente como verdadera». Antonio Colinas
Árbol caído
El proyecto que se presenta consta de cuatro partes:
Visión-fantasma: consiste en trasladar de forma sutil al gran ventanal de la tienda de la Fundación, el fragmento del tronco y ramas del haya que actualmente se ve desde su interior.
Sombra luminosa: se trata de un foco orientado hacia el torreón del edificio, emulando la sombra que el árbol proyectaría al atardecer en negativo, para que adquiera la apariencia de una figura de luz.
Organiza: Ministerio de Cultura. Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales. Subdirección General de Promoción de las Bellas Artes
Proyecto: Miguel Ángel Blanco
Coordinación: Elena Cortés Gómez