Miniaturas de la colección del Museo del Traje. CIPE.
Desde el 18 diciembre de 2008 al 1 marzo 2009
En 2005 el Museo del Traje. CIPE inauguró su exposición Mariquita Pérez ¡qué elegante eres! Así dio comienzo la tradición de organizar cada año, coincidiendo con las fechas navideñas, una exposición dedicada a mostrar el mundo del juguete y del niño, con fondos procedentes de las propias colecciones del Museo. Entre el 18 de diciembre de 2008 y el 1 de marzo de 2009 podremos disfrutar de una nueva entrega de esta tradición con Pequeños mundos, una exposición dedicada a las casitas de muñecas y a las miniaturas.
En las navidades de 2005, el Museo del Traje mostró, gracias a una exposición temporal, gran parte de su colección de Mariquita Pérez, la muñeca que causó furor en España entre los años 40 y los 50 (Mariquita Pérez, ¡qué elegante eres!); en 2006, les tocó el turno a los juguetes de hojalata del Museo (A toda velocidad), mientras que en 2007 la exposición navideña se dedicó la colección de recortables custodiada en los almacenes (Juegos de papel).
Este año, el Museo del Traje presenta en estas fechas navideñas «Pequeños mundos», exposición dedicada a las casitas de muñecas y las miniaturas.
La historia de estos juguetes es larga, ya que la miniaturización de los objetos del mundo adulto para destinarlos al juego infantil viene de antiguo; de hecho, las primeras casitas proceden de Alemania, del siglo XVI. Éstas estaban destinadas al coleccionismo de las grandes familias aristocráticas y eran elaboradas con gran exquisitez y buscando el mayor realismo posible. Se da por hecho que también existirían miniaturas dirigidas al juego infantil, en materiales de menor calidad, pero lamentablemente no han llegado hasta nuestros días.
Hacia la primera mitad del siglo XIX – en Inglaterra en primer lugar – estas miniaturas entran a formar parte de los ajuares infantiles de las clases medias y adquieren el nombre de “casas de muñecas”. Entre 1880 y 1914, estas casitas viven su mayor apogeo y aparecen las primeras fábricas dedicadas a las miniaturas. La fabricación en masa hace que se pierda el carácter exquisito, y las piezas que se producen son más sencillas y rentables.
Entre los años 20 y 30 tiene lugar un segundo momento de esplendor, ya que se produce una mayor difusión y generalización de todo tipo de juguetes entre las clases populares urbanas, gracias, entre otros factores, a la introducción de nuevos materiales como la hojalata. Este material barato y de rápida comercialización facilitó la producción tanto de pequeñas estancias, como de utensilios, “cacharritos”… Más adelante, en la década de 1960, el plástico desplazará al resto de los materiales en la fabricación de juguetes.
Pequeños mundos muestra una representativa colección de casitas de muñecas y miniaturas hasta ahora no exhibidas, la mayoría de las cuales fueron fabricadas entre finales del siglo XIX y mediados del XX.
La muestra pretende ir más allá de la contemplación de la belleza y del encanto de estos objetos, para sacar a la luz una serie de significados latentes que nos hablan de la sociedad en que fueron creados. Los objetos expuestos remiten directamente a la época de su creación y comercialización, ya que reproducen a escala objetos reales pertenecientes al mundo de los adultos y nos dan a conocer aspectos esenciales de la sociedad, la economía, el orden social, etc., gracias a su naturaleza de herramienta de aprendizaje para los niños. Su educación ha estado históricamente marcada por los roles de género, lo que resulta muy evidente al observar aquellos juguetes destinados a las niñas (casitas, cocinitas, “cacharritos”…) y los dirigidos a los niños (coches, estaciones, trenes…).
La exposición se divide en diferentes secciones en función de las distintas tipologías de los espacios. Como ejemplo representativo de las casitas se muestran dos, una con una arquitectura que hace referencia a las construcciones del norte peninsular y otra al estilo modernista.
La capilla constituye una muestra de juguete personalizado con todo tipo de objetos añadidos. Las tiendas -colmados, carnicerías, etc.-, la farmacia…, rodeadas de utensilios y miniaturas, responden a la tipología de cajas-habitación y recrean los establecimientos comerciales del momento en que fueron realizados.
Las habitaciones de hojalata litografiada reproducen interiores domésticos y fueron fabricadas para ensamblarse formando conjuntos. Las aulas reproducen una clase de colegio en miniatura, con pupitres, pizarras, mapas, alumnos y profesoras. Las cocinitas y baños, al igual que los “cacharritos”, reflejan las costumbres y los avances tecnológicos de cada época.
Por último, se ha incluido una estación de ferrocarril como ejemplo diferenciado y significativo de espacios realizados a escala que recrean el mundo adulto que les es contemporáneo.
Además, los fondos presentados en Pequeños Mundos no son sólo miniaturas procedentes del coleccionismo, sino objetos reales de juego infantil que los niños modificaron y alteraron para adaptarlos a sus necesidades, incorporando también piezas ajenas al juguete original. Son juguetes fabricados por los adultos y transformados por los niños.
Entrada gratuita a las exposiciones temporales
Ficha Técnica:
Comisariado y textos: Lorena Delgado Bellón y Rodrigo de la Fuente Puebla.
Coordinación: Inmaculada Ledesma y Alicia Gómez.
Diseño gráfico: Pepa Cano García.
Diseño, producción y montaje: Equipo Técnico Museo del Traje. CIPE.
Fotografía: David Serrano Pascual.
Corrección de textos: Ana Guerrero.