Hace unos días la sala Goya sorprendió con uno de los remates más espectaculares por un reloj de chimenea en bronce dorado cuyo precio marcado por la sala estaba estimado entre 2.000 y 3.000 euros que tras varias pujas alcanzó los 27.000 euros.
Los profesionales y coleccionistas privados españoles compitieron con los anticuarios y expertos extranjeros, fundamentalmente las pujas telefónicas procedían de Londres y de distintos departamentos franceses. El precio tan bajo de salida consiguió llamar la atención de un gran número de interesados por la pieza. Esta táctica es muy habitual en el mundo de las subastas ya que juegan con el deseo y la picaresca de aquellos que creen haber descubierto una ganga ellos solos.
Varios factores actuaron a la hora de elevar el precio: El interés creado como ya hemos mencionado por el precio tan bajo de salida, la calidad y buena conservación de la pieza y sobre todo, la firma de uno de los mejores relojeros de la época, Raingo Frères.
El reloj de chimenea francés de bronce cincelado y dorado, época Napoleón III, S.XIX con decoración en ambas caras, tenía una de las claves para subir las pujas: La esfera estaba firmada por “Raingo Frères, Paris”, uno de los broncistas relojeros más importantes de la época. Además conservaba el oro original y la maquinaria tipo París con sonería de horas y medias funcionaba correctamente (70 x 40 x 80 cm). Procedía de una colección particular de San Sebastián.