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¿Una Sissi a la española?

Andrés Merino

Hace poco más de cincuenta años fallecía en Irún Eulalia de Borbón. Con motivo del aniversario, el escritor José María Zavala ha publicado en Plaza & Janés la biografía de la más longeva de las infantas españolas. La retratada vivió noventa y cuatro años, pero no fue éste el único récord de una mujer sorprendente. Fue testigo de los avatares de un siglo de historia de la Corona, pero aportó una complicada trayectoria personal al convertirse en 1900 en la primera hija, hermana y tía de soberanos españoles que pidió y obtuvo una sentencia judicial de separación matrimonial. María Eulalia Francisca de Asís Margarita Roberta Isabel Francisca de Paula Cristina María de la Piedad de Borbón nació en el Palacio Real de Madrid en 12 de febrero de 1864. Fue la menor de las hijas de Isabel II, pero la discusión sobre su paternidad, que aborda directamente el autor, es aún hoy discutible, pues a pesar de los rumores que ya corrieron en su infancia sobre la tormentosa vida personal de su madre, informaciones contradictorias proporcionadas por la propia infanta y algunos de sus familiares no permiten concluir en la identidad concreta de su progenitor. Aún hoy el tema sigue siendo abordado –en el caso del libro que nos ocupa, también- con ciertas dosis de morbo, que tienden a incluirlo en el anecdotario del distanciamiento entre Isabel II y el Rey consorte Don Francisco de Asís, lo que entonces se denominó “la cuestión de Palacio”, Zavala acierta de lleno al situar el desarraigo vital y la inestabilidad de vida familiar de Doña Eulalia en su infancia como eje de una trayectoria tan controvertida.

Casada contra su voluntad en 1886 con su primo Antonio de Orleans, el único varón joven entre sus familiares, la pareja tendría descendencia, pero pronto la infidelidad de ambos hizo fracasar cualquier intento de prolongar la convivencia. En este punto la biografía incide con acierto en apreciar que, a diferencia de otros de sus familiares que vivieron situaciones análogas con discreción, Doña Eulalia se lanzó a una carrera de exilios geográficos y personales sin parangón. Los geográficos la llevaron por Europa y América, siendo por ejemplo la primera infanta española que pisó Cuba, Puerto Rico y Estados Unidos, aunque este viaje lo hizo en representación de su cuñada, la Regente María Cristina, y su sobrino Alfonso XIII. Los personales fueron mucho más conflictivos, pues publicó en Francia un libro de explosivo feminismo que motivó su distanciamiento de la Corte de Madrid. Zavala no sólo analiza el volumen que firmó como “Condesa de Ávila” en 1911, sino otros menos conocidos de los años 30. Para entonces ya había obtenido esa separación legal que le permitió proteger una porción de sus bienes de la prodigalidad de un marido manirroto.

Al final, la imagen de la Infanta Eulalia ha pasado a la posteridad como la de una mujer llena de contradicciones. Zavala, que aporta una interesante novedad biográfica hallada en el Archivo del Palacio Real de Madrid que justifica por si sola la edición del libro, nos acerca a una mujer de trayectoria en muchos aspectos paralela a la de otra regia protagonista del XIX europeo, que también huyó de un matrimonio fracasado viajando por el mundo con un equipaje lleno de obsesiones. ¿Fue Eulalia de Borbón una “Sissi” a la española…?

“La infanta republicana. Eulalia de Borbón. La oveja negra de la dinastía”

José María Zabala

Barcelona, Plaza & Janés, 350 pág.

ISBN: 978-84-321-3699-3