La adquisición más importante del Estado fue la pieza fundamental hacia la que se dirigían todas las miradas de la subasta: “Cristo Eucarístico”, de Alonso Cano. La obra se trata de un óleo sobre tabla, fechada hacia 1655. Según la tesis de Calvo Castellón pertenecería al convento franciscano de San Antonio y San Diego en Granada, formando parte del programa ideado por el artista para el retablo mayor. Una obra única, ya que muchas de las pinturas realizadas en aquella época por Cano desaparecieron, bien durante la Guerra Civil de la Independencia, bien con la Desamortización de Mendizábal.
La obra fue adquirida por 95.000 euros, haciendo uso del derecho de tanteo reservado al Estado. El derecho de tanteo permite la compra de estas obras al precio de salida en la subasta, independientemente del valor alcanzado durante la sesión. De este modo el Estado ejerce su función de preservar y conservar piezas imprescindibles de nuestro patrimonio.
Beatriz García Moreno
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