Una alegoría ilustrada
Andrés Merino
Al cumplirse el Bicentenario de la muerte de José Moñino Redondo, el más conocido político murciano, que pasó a la historia de España con el nombre de su título nobiliario, Conde de Floridablanca, varias instituciones han organizado una amplia exposición en torno a su figura y época. Tras su paso por la capital murciana, la muestra permanece abierta hasta finales de febrero en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid. Entre las piezas más significativas destaca un óleo de Corrado Giaquinto (1703-1765) “La Felicidad Pública”, pintado en 1752, en pleno reinado de Fernando VI.
La representación de la Felicidad Pública es frecuente en la iconografía de los ideales de la Ilustración, dirigida teóricamente hacia una noción de bien común diseñado y ejecutado por las élites políticas, intelectuales y nobiliarias. No es extraño que una vez más ésta adopte la figura de una matrona, en consonancia con la esperable fecundidad de tan exitoso objetivo. Giaquinto escogió como complemento principal a un genio alado que corona satisfecho a la fémina de pálida faz que se lleva la mano derecha a su pecho, mientras que en la izquierda porta un simbólico caduceo, aquel bastón mitológico propio de la fábula que protagonizó Mercurio. El dios romano vio luchar a dos serpientes y las separó pacíficamente en su vara, logrando su armonía equiparable aquí a la necesaria concordia social tan ansiada por los filósofos del XVIII. Quizá a la búsqueda del más perfecto equilibrio estético de la composición, el maestro ubicó dos niños portando flores en una bandeja, símbolos también de felicidad que se complementan, en la parte inferior derecha, junto al trono, el cuerno de la abundancia. Todo ello suspendido en nubes, un marco ideal para la abstracción idealista y utópica de las representaciones metafóricas.
No es extraño que Cristóbal Belda, su comisario, haya querido incluir una imagen de tal poder alegórico en una exposición sobre Floridablanca. Otras obras de paralela composición, como nos recuerda en el catálogo, se encuentran en la Casita del Príncipe de San Lorenzo de El Escorial o el propio Museo del Prado y se inspiran en la magnífica propuesta decorativa que ideó el Padre Sarmiento para el Palacio Nuevo (Palacio Real de Madrid), centrada en los Borbones como garantes de la paz, la justicia y la prosperidad. La propia escalera principal del más importante palacio español conserva otra versión del mismo autor. José Moñino murió con la tristeza de no haber logrado el desarrollo de su país y la concordia entre sus ciudadanos. El lienzo quizá resume como pocos el objetivo político y humano del homenajeado, que llegó a presidir la Junta Suprema durante pocas semanas, antes de su muerte acaecida en Sevilla un día antes del fin del año del levantamiento contra las tropas napoleónicas. Con tratamiento de Alteza Serenísima, fue enterrado con honores de Infante de España.
“La felicidad pública” (ca.1752)
Corrado Giaquinto
Óleo sobre lienzo (74 x 55 cm)
Colección Selgas-Fagalde (Asturias)
Exposición “Floridablanca, la utopía reformadora”
Organizan: Comunidad Autónoma Región de Murcia, Ayuntamiento de Murcia, Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y Fundación Cajamurcia
Sede: Real Academia de Bellas Artes de San Fernando
Madrid, 23 de diciembre de 2008 a 22 de febrero de 2000
buscando información sobre Giaquinto me encuentro con este artículo. no tenía ni idea de que había una fundación en Asturias que tuviera obras del pintor. es uno de mis preferidos!
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