Museum of Contemporary Art de Los Ángeles (MOCA), ocupa íntegramente la tercera planta del Museo y permite realizar una lectura inédita del trasgresor proyecto artístico del artista nipón. Con una completa selección de más de 90 obras en distintos medios como pintura, escultura, diseño industrial, animación y moda, la exposición, comisariada por Paul Schimmel, Curator Jefe del MOCA, revela el particular universo de este artista: desde sus primeros trabajos de la década de los noventa en los que explora su propia identidad hasta sus esculturas de gran escala creadas a partir de 2000, auténticos iconos del artista, finalizando con su galería de objetos manufacturados, sus proyectos de animación, su relación con el mundo de la moda y sus fascinantes trabajos de los últimos años.
La relación con el anime (animación) y el manga (cómic) resulta central en la concepción estética de este artista que debutó a comienzos de la década de los noventa. Ambos géneros son, según sus propias palabras, “representativos de la vida cotidiana en Japón ” y tienen su origen en la subcultura otaku, un término referido a jóvenes recluidos en sus casas y obsesionados con el anime y el manga. Su trabajo también está influido por la cultura popular y por determinadas corrientes artísticas europeas y americanas, de ahí que la práctica de Murakami combine brillantemente la viva paleta del pop, la planaridad del arte tradicional japonés, y algunos elementos del movimiento Surrealista, donde lo onírico era una parte fundamental del proceso creativo. “A través de su carrera, Murakami ha hecho de su legado personal y artístico una amalgama de tradiciones japonesas, europeas y norteamericanas que ha sabido combinar para desarrollar una estética única, que ha generado una proliferación de iconos e imágenes distintivas ”, afirma el comisario de la muestra, Paul Schimmel.
A lo largo de los 2.000 metros cuadrados de la tercera planta del Museo se intercalan escultura, pintura, moda, animación y merchandising, trazando la carrera de Murakami en un recorrido
cronológico en el que sus trabajos adquieren una nueva dimensión en conjunción con los sinuosos y luminosos espacios del edificio de Gehry. La muestra se inicia en las llamadas salas clásicas con una serie de pinturas creadas entre 1991 y 2000 que reflejan el intento de Murakami de explorar su propia identidad a través de un meticuloso trabajo de investigación sobre su propia marca, a la vez que utiliza sus icónicas imágenes para construir un auténtico autorretrato, práctica que inicia a partir del año 2000 y continúa hasta la actualidad.
El temprano interés de Murakami por el branding es palpable en Rótulo TAKASHI (Signboard TAKASHI , 1992-2007), una obra en la que el artista se apropia del logo de la compañía japonesa TAMIYA —líder en la producción de maquetas de plástico para modelismo—, con la que identifica su infancia, y lo modifica, creando un rótulo con su nombre sobre el eslogan de la empresa: “Primeros en calidad en todo en mundo”. Murakami adopta esta frase con el objetivo de hacer una ambiciosa declaración con la que pretende mostrar su optimismo y confianza ante el clima de desasosiego que se respiraba en el Japón de postguerra, en agonía por la profunda crisis económica.
La evolución del avatar de Murakami
En 1993, al objeto de convertir en marca su propia identidad, Murakami creó un alter ego que bautizó como Mr. DOB, un personaje que aúna elementos del pop estadounidense y de la cultura contemporánea japonesa como el anime y el manga. Este avatar, inspirado en Sonic, el erizo mascota de Sega, o en Doraemon, el popular personaje de cómic japonés, fue creado a partir de la forma acortada de la frase dadaísta “Dobojite dobojite” (¿por qué? ¿por qué?), tomada del cómic Inakappe Taisho, y de “oshamanbe”, una palabra de varios significados que el cómico japonés Toru Yuri usa como distintivo. A medida que la carrera de Murakami iba evolucionando, también lo hacia Mr. DOB. En menos de una década una simpática hélice de ADN (ZuZaZaZaZaZa, 1994) pasó a ser una figura redondeada, con inocentes ojos y sonrisa jovial (DOB’s March, 1995), y terminó transformándose en una criatura de feroces dientes e inquietantes ojos: El castillo de Tin Tin (The Castle of Tin Tin , 1998) y en un monstruo enorme, de cuya boca rezuma saliva y substancias extrañas, en una alegoría de las interminables ansias de consumo que tiene la sociedad: Tan Tan Bo vomitando—alias Gero Tan (Tan Tan Bo Puking —a.k.a. Gero Tan , 2002).
Junto a las pinturas, la muestra del Museo Guggenheim Bilbao también acoge las más aclamadas y controvertidas figuras escultóricas de los primeros años de producción del artista como Miss Ko2 (1997), una delgada camarera de piernas largas que aspira a ser cantante de pop; o el conjunto escultórico conformado por Hiropon (1997), una joven de grandes pechos, y Mi vaquero solitario (My Lonesome Cowboy , 1998), un adolescente desnudo; ambos referencias a iconos hipersexualizados. Especialmente destacable es la espectacularidad de Segunda misión Project Ko2 (Second Mission Project Ko2 , 1999-2007), una escultura de tres piezas que muestra a Miss Ko2 como miembro de las fuerzas japonesas de defensa que se enfrenta a situaciones de emergencia transformándose en un avión de guerra. La obra de Murakami navega entre las subculturas japonesa y estadounidense, como refleja su invención del termino POKU, unión de “pop” y otaku. En el tríptico a gran escala creado en el año 1998: Surrealismo PO + KU Mr. DOB (PO + KU Surrealism Mr. DOB), su característico fondo monocromo, “superplano”, se rompe con animadas imágenes de desorbitados ojos y dientes afilados que se arremolinan al azar. Esta obra está instalada junto a una de sus esculturas de mayor envergadura: DOB en el extraño bosque (DOB in the Strange Forest , 1999).
PIE DE FOTO
En la primera fotografía: Kaikai, Takashi Murakami, Kiki.
En la segunda fotografía: Federico Halpern Blasco, Presidente de la Fundación Jesús Serra y representante de Seguros Bilbao; Juan Ignacio Vidarte, Director General del Museo Guggenheim Bilbao; Tajashi Murakami, artista; Paul Schimmel, comisario de la exposición.
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