madrid-en-danza-festivalEl Festival Internacional Madrid en Danza da un paso adelante un año más para celebrar su XXVI edición. El Consejero de cultura, Deporte y Turismo, Santiago Fisas y la directora del  certamen,  Ana Cabo, han presentado la programación que se desarrollará del 13 de abril al 3 de mayo en la capital española y en trece municipios de su comunidad. Este año se podrán ver cuatro estrenos absolutos, dos estrenos europeos, once estrenos en España y cinco estrenos en la Comunidad de Madrid.

Entre los estrenos europeos encontramos Nearly Ninety, un espectáculo de Merce Cunninghan con el que el coreógrafo, gran referencia en el mundo de la danza, celebra su 90 aniversario. El estreno se realizará en Nueva York el 17 de abril y sólo unos días después, el 30 del mismo mes, lo podremos ver en el Teatro del Canal donde se instalará el decorado diseñado por Benedetta Tagliabue, viuda del también arquitecto Enric Miralles. La música del montaje corre a cargo del grupo Sonic Youth, del que fuera bajista de Led Zeppelin, John Paul Jones y del compositor multimedia Takehisa Kosugi.

Cunninghan, sin duda el plato fuerte del Festival, contará con la competencia de otras 23 compañías, 11 internacionales provenientes de países como Rusia, Japón, Brasil, Israel, Inglaterra o Estados Unidos y 12 nacionales procedentes de Madrid, Cataluña, Galicia, Canarias y Andalucía. En total 760.000 euros de presupuesto, recortado respecto al año pasado, que permitirán que los madrileños asistan a obras como la reflexión sobre el universo almodovariano a través de los bailes de salón de la compañía brasileña Mimulus Cia de Dança o el impactante trabajo tecnológico de Wayne McGregor, Entity.

Para seguidores de la danza butoh, género japonés que combina danza, teatro e improvisación, es más que recomendable asistir a Shizuku, dirigida por Dakei, sordo desde los dos años y que posee una intuición de gestos y contenidos minimalista. Nina Gasteva y Michail Ivanov presentan Radiodance, un espectáculo que narra la influencia del joven capitalismo ruso sobre las reflexiones románticas. Esencial para todos aquellos que disfruten con la danza experimental rusa.

Con la ayuda de estos montajes y de muchos otros más se intentará superar la cifra de afluencia del año pasado, unos 22.000 espectadores. Se pretende, además, no sólo crear afición a la danza entre el gran público, sino también dar la oportunidad a cuatro jóvenes coreógrafos que empezaron a crear después del 2000 de mostrar su obra, a través de lo que se ha denominado Ciclo Generación 2.0. Entre ellos encontramos a Muhanad Rasheed de tan sólo veinticuatro años y proveniente de Irak que presenta Crying of my mother, un montaje que aborda a través del movimiento las relaciones entre diferentes religiones.

Otra de las actividades simultáneas al Festival es el ciclo de vídeodanza concebido junto al Centro Pompidou y que se desarrolla en el Teatro del Instituto Francés los días 13 y 27 de abril. Es una apuesta innovadora por una tendencia del videoarte poco conocida y valorada y que le aportará una mayor participación al Festival al tener la entrada libre.

Uno de los factores que convierten a la danza en una de las disciplinas más alejadas del gran público es la poca diversidad de precios en su oferta. Intentando superar esta falta, Madrid Danza ofrece descuentos a estudiantes, mayores, desempleados, profesionales de la danza y conservatorios y que abaratan considerablemente el precio de entradas que sin ellos van desde los 11 hasta los 22 euros en Madrid Capital y desde los 4 hasta los 18 en otros municipios de la comunidad.

Madrid Danza ha organizado también en su programación un curso con la Merce Cunningham Dance Company, un encuentro con Takehisa Kosugi y un taller con la Candoco Dance Company. Hay previsto, además, una maratón de cine y danza, un ciclo heterogéneo que no conseguirá captar ni a cinéfilos ni a apasionados por la danza y que cuenta en su programación con películas antiguas y modernas de calidad variable. Contando con que las fechas en las que se celebra el Festival permiten estar al aire libre, bien se podría destinar el presupuesto de este acto a sacar a las calles la danza, dándole así más de visibilidad al Festival y haciendo participar al público ocasional de este importante acontecimiento que tenemos la suerte de poder celebrar.

Sara García Fernández