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Nostradamus en oferta

Andrés Merino

Si hay un siglo de la historia europea que ofrezca unas coordenadas atractivas en las que centrar una novela histórica es el XVI. Y si hay países cuyos acontecimientos son el mejor escenario para intrigas de poder y caballerescas, estos son sin duda los occidentales. Las cortes inglesa, española o francesa parecían competir al proporcionar a los escritores de quinientos años después las más complicadas tramas argumentales. Pero todas ellas demostraron que, como suele suceder, la propia realidad supera la ficción. Es el caso de la última novela de Theresa Breslin, “La profecía del Louvre”, publicada en España, como la anterior, “El sello Médici”, por Almuzara.

La autora ha seleccionado como hilo conductor del relato algunas cuartetas de Michel de Nôtre Dame. El celebérrimo adivino fue convertido hace ya varias décadas en proveedor oficial de versos apocalípticos, que convenientemente sazonados de intriga son suministrados a miles de lectores que desean su preceptiva dosis de misterio a la hora de desconectar de su realidad para sumergirse, libro mediante, en un buen rato de imaginación. Pero hasta el uso de las polivalentes profecías de Nostradamus impone unas reglas. El argumento de Breslin pasa por el diseño de manual de una joven aprendiz del venerable anciano y se centra en el avance inexorable de la Francia de los Valois hacia la denominada matanza de la noche de San Bartolomé, que en el marco de las guerras de religión que trajo consigo el protestantismo supusieron el asesinato de miles de hugonotes en toda Francia. Hecha la digestión -¡una vez más!- del topicazo de la Inquisición y la maldad de la España de la Leyenda Negra, se nos sirve un extraño guiso histórico y sentimental que a pesar de centrarse en las décadas de 1560 y 1570 adolece de llamativos errores cronológicos, entre los que abunda el abuso de instituciones netamente medievales que se presentan como de plena actualidad cuando el mismo Renacimiento ya concluía su fase esplendor.

Es difícil sustraerse en el comentario de la obra de llamativas ausencias de mínimas exigencias constructivas. Si Breslin quiere emplear, con toda la legitimidad literaria del mundo, a la intrigante Catalina de Médici y a Margarita de Valois como personajes activos en la aventura vital de la protagonista, lo esperable es que conozca con exactitud la procedencia geográfica de la primera o el nombre del padre de la segunda, que era hija de un monarca francés, pero no precisamente de su propio hermano. Son sólo dos ejemplos casi anecdóticos ante la incómoda percepción general del texto. A pesar del uso de la más clásica metodología de brocha gorda para el trazado de un relato con gancho y atrayente, la autora es desgraciadamente deudora de los topicazos formales e ideológicos de códigos da vincis y otras operaciones literario-comerciales que tanto daño hacen a la percepción objetiva de la historia por parte de la opinión pública. No parece propio de la joven editorial Almuzara traer a nuestro país títulos tan prescindibles, sobre todo cuando ya cuentan con varios éxitos a sus espaldas que prueban un buen olfato literario. En fin, ya llegarán cosechas mejores.

“La profecía del Louvre”

Theresa Bresiln

Córdoba, Ed. Almuzara,  487 pág.

ISBN: 978-84-96968-58-5