Antiquaris1El salón Antiquaris de Barcelona cerró sus puertas el pasado día 29 de marzo. El salón ofreció más de 5.500 piezas de alto valor artístico en su 33 edición: antigüedades, pintura, escultura, mobiliario y  piezas de coleccionismo se dieron cita en el recinto ferial de Montjuïc, en una feria que como novedad aportó la introducción de piezas del siglo XX.

Esta edición, que esperaba superar los 20.000 visitantes del año anterior, ha alcanzado casi los 19.000 visitantes; una rebaja de público que no afecta a la valoración positiva hecha por Marc Calzada, director del salón.  Las visitas han cumplido las expectativas y la ventas de piezas de artistas claves como Miró, Picasso y Casas indican una tímida reactivación del mercado, según Marc Calzada, para el que «la crisis puede notarse pero el coleccionista, que es apasionado por definición, mantiene el interés y la voluntad de compra como se ha visto en Antiquaris».

Antiquaris2El sector de los anticuarios se reconocía siempre en crisis, por lo que miraron con optimismo esta edición desde el principio. “Hasta el momento el balance es positivo. Los que estamos aquí es por algo”, declaraban desde la galería Dolors Junyent pocos días antes de clausurar la feria. Pese a las aparentes buenas expectativas de los expositores el ambiente fue más de una cierta calma, tan solo roto por los grupos de visitas guiadas, organizadas por el salón.

Una disminución de visitantes que se ha visto corroborada con las cifras dadas al cierre del  salón. Por otro lado, las ventas, de las que dificilmente se ofrecen datos, pretenden sugerirnos la reanimación de un mercado que, como el resto de los sectores,  acusa el período de recesión. Por ello no deja de resultar un tanto sospechoso el optimismo con el que cierran todas las ferias y el alto grado de satisfacción de los expositores.

Antiquaris3Coincidiendo con las retrospectivas dedicadas a Sorolla y Mir, dedicadas estos días en Barcelona, éstos artistas junto a Zurbarán, Miró, Casas, Rusiñol, Tàpies o Barceló se conviertieron en los reclamos de esta edición. Otra de las novedades más sugerentes fue la incorporación por primera vez de muebles y objetos destacados del siglo XX. Una estrategia para atraer a nuevos públicos.

Un sector que busca abrirse a nuevos públicos de gustos más diversos. Atendiendo a esta evolución del mercado, el salón de Antiquaris de Barcelona incluyó primeras ediciones de muebles y objetos de diseño. Así no es extraño que entre las piezas más destacadas estuvieran una butaca original de Steen Ostergaard de los años sesenta junto a retablos del siglo XVII y XIX, cerámica del barroco o muebles de la edad media o un cuadro de Joaquin Sorolla valorado en 700.000 euros.

Antiquaris4Los visitantes pudieron iniciarse en el mundo del coleccionismo gracias a la selección NOVA, que por sexto año consecutivo, apostó por la captación de nuevos coleccionistas. Los precios no superaron los 2.000 euros y la selección de sus piezas aseguraba la calidad de las mismas.

El salón se convirtió también en un lugar de formación y acogió el seminario para profesionales organizado por la Asociación para el Estudio del Mueble. “El culto al objeto: De la vida cotidiana a la colección” que contó con la participación del diseñador André Ricard, la conservadora del Escorial, Almudena Pérez de Toledo o el empresario Javier Nieto, entre otros, que analizaron la transformación de los objetos cotidianos en piezas de valor artístico e histórico.

Antiquaris5La coincidencia de las venta con determinadas obras de  grandes de la pintura no necesariamente supone una reactivación del mercado, sino una apuesta por valores seguros y que el criterio de selección sea más estricto no implica la mejor calidad de las piezas escogidas,  sino una actuación segura, sin riesgos. Y que, con todo esto, se reitere el optimismo y las valoraciones siempre positivas nos hacen plantearnos hasta qué punto el mercado posee capacidad de análisis crítico, para ofrecer propuestas o iniciatives que se puedan considerar realmente reactivadoras del mercado, ideas que marquen el ritmo de nuevas inversiones independientes del gusto del mercado. En este sentido se ha de valorar la apuesta por el diseño del siglo XX del salón de Antiquaris , que se abre a un nuevo ámbito de coleccionismo.

Beatriz García Moreno