¿Son útiles las normas sociales?
Andrés Merino Thomas
De entre los más de 75.000 títulos que se publican anualmente en España no pocos se dedican a un área muy de moda: la autoayuda o la mejora de las capacidades personales, sociales y profesionales. El capítulo relacional es percibido en ocasiones como un auténtico cajón de sastre, y como tal no puede ser desatendido por los editores. Al trazar el perfil común de los autores de sus manuales llama la atención un rasgo común: buena parte de los libros está escrita por autodidactas sin formación reglada específica, por personas que, con larga experiencia en la materia, se proponen sistematizar con mayor o menor fortuna sus conocimientos en textos teóricos y prácticos. Es el caso de Carmen Cuadrado, que ha presentado su última obra “Las buenas maneras contadas con sencillez”, un ensayo sobre temas de protocolo y saber estar muy en línea con su obra anterior, centrada también en el mundo de la etiqueta en el secretariado empresarial e internacional.
“Las buenas maneras” comienza con un capítulo desconcertante, pues dedica sus primeras páginas precisamente a una descalificación en toda regla de planteamientos clásicos y/o desfasados en torno al protocolo. Se trata de una crítica pretendidamente sutil que, precisamente por la materia del ensayo, en la que se realizan varios significativos cantos a la racionalidad y a la naturalidad a la hora de exponer argumentos, supone un ataque directo y sin paliativos no muy acorde con esas mismas buenas maneras que van a presentarse a continuación. Quizá hubiera sido más coherente haber entrado a analizar directamente por qué la sociedad actual ha superado esquemas del pasado y qué ventajas tienen los usos del presente.
Si una nota destaca en el texto es, efectivamente, la sencillez de los planteamientos de su autora. No ha pretendido ir más allá de los objetivos divulgativos en los contenidos de los siete capítulos en los que se ha sintetizado una teoría general sobre las buenas maneras. Acierto destacado es la incorporación de temas hoy absolutamente necesarios en cualquier estudio de este tipo, como son la necesidad del conocimiento de sencillas técnicas protocolarias para utilización óptima de las nuevas tecnologías (telefonía móvil y correo electrónico). También lo es el enfoque actualísimo de la comunicación no verbal, que es desarrollada bajo el significativo epígrafe “Cómo controlar la imagen que quieres ofrecer”, aunque quizá muestra una perspectiva individualista, que para algunos profesionales de la comunicación o las relaciones públicas podría resultar excluyente. Con una redacción coloquial y cercana, Cuadrado aporta una particular visión que incluye afirmaciones que harían las delicias de más de un profesional del protocolo, como la teoría de que el tuteo es una costumbre de origen medieval (pág. 30) o que el mantel apareció en Francia durante el siglo XIV (p. 45). “Las buenas maneras” es un libro ameno que cumple su objetivo. Nos acerca al mundo del saber estar y abre interrogantes. Muchos interrogantes.
“Las buenas maneras contadas con sencillez”
Carmen Cuadrado Esclapez
Madrid, Maeva, 199 pág.
ISBN: 978-84-96748-78-1
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