El arquitecto británico Norman Foster ha sido galardonado hoy con el premio Príncipe de Asturias de las Artes 2009. Al importante galardón optaban 26 candidaturas procedentes de once países y la propuesta premiada llegó a las últimas votaciones del jurado junto a las de la actriz inglesa Vanessa Redgrave, el cineasta Carlos Saura, el escultor estadounidense Richard Serra, el cantautor Joan Manuel Serrat y el compositor Cristóbal Halffter. El premio está dotado con cincuenta mil euros, una escultura donada por Joan Miró y realizada expresamente para la ocasión y un diploma acreditativo.
Aunque no es frecuente, no es la primera vez que el galardón cae en la figura de un arquitecto y Norman Foster compartirá el honor de ser poseedor de un Príncipe de Asturias con algunos de sus colegas de la talla de Niemeyer, Sainz de Oiza o Calatrava. Norman Foster está casado con la psicóloga española Elena Ochoa.
El jurado de la Fundación Príncipe de Asturias ha calificado a Foster como «arquitecto de la era global» cuya obra tiene un «alcance universal» con un «original dominio del espacio, la luz y la materia». «Su obra destaca por el compromiso constante con los valores más nobles de la arquitectura, la actitud abierta a la innovación, la orientación a la calidad en todas las fases del desarrollo de un proyecto, el interés por aplicar los avances de la tecnología, la dimensión global de su actividad profesional y la sensibilidad hacia los principios del desarrollo sostenible», destaca la Fundación.
Este nuevo galardón que recibirá el arquitecto británico en Oviedo, se suma a la innumerable lista de premios que le han sido concedidos a lo largo de su brillante trayectoria profesional, entre los que destacan: La Medalla de Oro de Arquitectura, el título de Sir, dado por la reina de Inglaterra en 1990, el premio Mies Van der Rohe, la Medalla de Oro de la Academia Francesa y el conocido como Nobel de arquitectura, el premio Pritzker en 1999.
La vertiginosa carrera de Norman Foster comenzó en la Universidad de Manchester donde estudio Arquitectura y Urbanismo, hasta que en 1961 ganó una beca para la prestigiosa facultad de arquitectura de Yale. Seis años más tarde crea “Foster y asociados”, junto a su primera esposa Wendy, en el salón de su casa y en apenas cinco años ya tenía a más de 20 arquitectos trabajando para él. Este hecho podía vaticinar lo que sería su gran compañía “Norman Foster and Partners” fundada en 1992, una multinacional con oficinas en Londres, Berlín, Frankfurt, Hong-Kong, Nimes y Tokio ( y quizás próximamente en Madrid), más de 1000 empleados entre arquitectos, maquetista e ingenieros, y premiada en multitud de ocasiones, teniendo más de 60 galardones en su haber y obras con su firma en los cinco continentes, entre las que destaca el edificio del Hong-Kong and Shangai Bank, la cúpula que proyectó para el Reichstag de Berlín o, ya en nuestro país, la torre Collserola en Barcelona o la Torre Caja Madrid en la capital española.
Su obra destaca como el máximo exponente de la arquitectura “High-Tec” o de alta tecnología, que compatibiliza el diseño tecnológico con la integración en el medio ambiente y con la comodidad para el usuario. Siguiendo la influencia racionalista de Mies Van der Rohe, Foster ha dedicado su vida profesional a investigar los usos de los materiales ligeros, de componentes industrializados y del control de tiempos, costos y calidades al modo de la producción industrial. Pero junto a la influencia del racionalismo de Mies, Foster combinó el organicismo propuesto por Frank Lloyd Wright a través de la experimentación, la adopción de nuevos materiales y la integración en sus proyectos de superficies curvas creando así una arquitectura personal e inconfundible que seguro le hará pasar a la posteridad como uno de los grandes arquitectos del siglo XXI.
Marta de Orbe