La muestra pretende, según la directora del museo de Jaén, Francisca Hornos, “Devolver la importancia y el prestigio que la obra de Zabaleta alcanzó en vida del autor y que tras su muerte se ha ido olvidando”. Y es cierto que en vida Zabaleta formó parte de los círculos catalanes del arte y de la intelectualidad madrileña, relacionándose con personajes tan influyentes como Eugenio D’Ors, Ramón Gómez de la Serna o Aurelio Biosca entre otros; de hecho su primera exposición individual en 1942 fue en Madrid fomentada por Biosca y los críticos de arte de la época y gracias a estos contactos pudo conocer a Picasso en sus viajes a París.
En su prolífica obra podemos encontrar multitud de estilos e influencias, desde cuadros clásicos, respondiendo a su afán por entrar en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, la influencia fauvista, rasgos de cubismo e, incluso, del surrealismo. Pero en todas ellas encontramos claves de una pintura tremendamente personal en la que observamos símbolos un tanto crípticos, de manera recurrente, como los gatos, con los que parece que él se personifica en sus cuadros, o las permanentes bocas cerradas de sus mujeres, con lo que consigue hacer una crítica tremendamente sutil al papel de la mujer en su época.
El discurso expositivo pretende llevarnos desde lo más profundo y personal de Rafael Zabaleta hacia su relación con el mundo exterior, por ello la muestra se divide en cinco áreas:
“Espacio Interior”, donde se ofrece la mirada más profunda del artista sobre sí mismo y encontramos autorretratos, estancias de su casa, su taller, etc. “Mujeres”, en este área encontramos ocho lienzos en los que queda patente la importancia de la mujer en la obra de Zabaleta y también en su vida, ya que nació rodeado de mujeres y creció bajo un matriarcado en el que él era el único hombre. “Tipos humanos” da un ejemplo de los numerosos lienzos que Zabaleta dedicó a estudiar y representar a sus paisanos jienenses. “Universo rural” reúne cinco óleos cargados de tradiciones y costumbres de su tierra, con representación de Quesada y sus lugares o fiestas más características, pero siempre plasmadas con el estilo personal e inconfundible de Zabaleta con cuadros como “Nocturno en el jardín” donde vemos una estupenda composición llena de detalles y color, en la que además hace una sutil crítica social.
Este cubo, pensado para que las nuevas generaciones se acerquen a Zabaleta desde un lenguaje más tecnológico y compresible para ellos, también tiene un resumen de sus amistades y sus círculos sociales y cuatro pantallas interactivas donde indagar aun más en su obra, la influencia de ésta en el arte de su tiempo y su lugar en la modernidad.
Las piezas que forman la muestra, provenientes de distintas instituciones y particulares, nunca se han visto juntas, por lo que se trata de una gran oportunidad para admirar el legado plástico de uno de los pintores andaluces mas destacado del siglo XX.
Marta de Orbe
101Zabaleta
Sala Juan Gris del Conde Duque.
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