“Vista y Plano de Toledo” del Greco se puede contemplar en el Prado junto a otros cuadros de este autor mientras concluyen las obras de remodelación del Museo dedicado al Greco en la ciudad del Tajo. La obra, que fue presentada por el director adjunto de conservación del Museo del Prado, Gabriele Finaldi, y el subdirector general de museos estatales, Santiago Palomero, se podrá admirar en la sala 8A del Prado hasta el segundo semestre de 2011, tras su minuciosa restauración.
La subdirección general de museos estatales, decidió que mientras se concluyeran las obras de remodelación del Museo de Greco, algunos de sus fondos se exhibieran en forma de exposición itinerante, pero el estado de conservación y la extrema fragilidad de “Vista y plano de Toledo” impulsaron a decidir su traslado al Prado donde, se quedará expuesto hasta que pueda volver a su sede original. El cuadro ha sido minuciosamente restaurado por Rafael Alonso, autor también de una restauración previa en 1984, que se ha tenido que enfrentar durante mas de un mes a la recuperación de la capa pictórica, bastante dañada por desgaste, en un trabajo muy delicado y complejo pero cuyos asombrosos resultados ya podemos disfrutar en las salas del Prado y admirar lo que, en palabras de Alonso, es “el primer retrato al natural de una ciudad”.
“Vista y plano de Toledo” es uno de los lienzos más originales y únicos del Greco en el que el maestro logró representar una imagen múltiple de la ciudad, vista desde el camino a Madrid, en la que aparece perfectamente conjugado en el lienzo una perspectiva de la misma, un plano detallado del entramado urbano sostenido por la figura de un joven, con la factura bastante deshecha, rasgo muy característico de la etapa final del Greco, la alegoría del rió Tajo representado por una escultura dorada que vierte agua y prosperidad a la ciudad, incluso la imagen religiosa más significativa de la ciudad, la Virgen imponiendo la casulla a San Ildefonso.
Sólo el Greco podría combinar esta cantidad de detalles e iconografías en un solo lienzo creando, además, una composición ordenada y nada abigarrada. La minuciosidad con la que esta representada la ciudad nos permite diferenciar casas, palacios e iglesias de Toledo, con una descripción tan meticulosa que cualquier vecino podría encontrar su residencia. Se cree que el cuadro fue un encargo de Pedro Salazar de Mendoza, amigo personal del Greco y administrador del Hospital de Tavera, por ello el Hospital también aparece en la composición sobre una nube, con lo que el Greco consigue hacer un guiño bastante explícito a su amigo y a la institución que representaba.
Junto a esta obra maestra se exponen otros tres lienzos del Greco, “San Sebastián”, “San Andrés” y “San Francisco y San Bernardino”, en los que también se representan edificios emblemáticos de la ciudad imperial como el puente de Alcántara, el Alcázar o el monasterio de san Bartolomé, todos ellos hitos urbanos de Toledo que el espectador podrá localizar e identificar gracias a las cartelas explicativas que acompañan a los lienzos. Con esta instalación temporal el Prado nos dará la posibilidad de contemplar una de las obras mas originales del Greco, hasta que regrese a su ya nuevo y remodelado, Museo del Greco en Toledo.
Marta de Orbe