El Museo Nacional de Cataluña (MNAC) muestra hasta el 2 de junio de 2010, Los Iberos, Cultura y moneda. La exposición comisariada por Marta Campo, Jefe del Gabinete numismático de Cataluña, propone una aproximación a la sociedad íbera a través de la moneda y de una serie de objetos arqueológicos que nos dan información sobre una de las sociedades más enigmáticas de nuestro pasado.
Los íberos eran una sociedad guerrera que habitó la península antes de la llegada de romanos y cartagineses. La falta de información sobre esta desconocida sociedad hace que las monedas y sus inscripciones se conviertan en el único testigo que nos queda de algunas de sus ciudades y de los magistrados que las ganaron, gracias a la iconografía y las inscripciones en alfabeto íbero.
Estas inscripciones en monedas permiten conocer aspectos diversos de esta cultura y son una base firme para aproximarse a la desaparecida lengua íbera. Las monedas informan sobre la organización territorial y permiten interpretaciones de tipo ético, histórico y económico y ponen en evidencia la importancia que el caballo y el armamento tenían en una sociedad guerrera.
Pero las monedas no sólo nos hablan de las relaciones internas de un pueblo sino, también, del contacto de los íberos con las culturas foráneas; lo que explica la variedad de emisiones en plata y bronce acuñadas por estos pueblos durante la larga y cruenta conquista romana.
El conocimiento de la moneda llegó a la franja litoral nordeste de la península a partir del siglo V a.c, gracias a las relaciones comerciales con los griegos y fenicios. Fue durante la segunda Guerra Púnica, que enfrentó a cartagineses y romanos, cuando los íberos adoptaron la moneda como medio de pago, algo que hasta entonces habían hecho con objetos exóticos de lujo.
El área de levante se convirtió en el primer lugar donde los nativos de la península acuñaron moneda, ya que ofrecía mayor seguridad en los intercambios comerciales que usar recortes de metal de plata en bruto. De entre la ciudades de levante, destaca Sagunto como la primera ciudad que fabricó moneda a partir de la segunda mitad del siglo IV A.c., mostrando así su elevado desarrollo político.
La moneda se convierte en el eje de desarrollo y elemento base para las relaciones de la sociedad íbera con el extranjero. Hacia mediados del siglo II A.c., todas las ciudades íberas levantinas adoptaron para sus unidades mayores de bronce unos diseños similares: en el anverso una cabeza masculina, desnuda o con diadema, y en el reverso un jinete con escudo y lanza o palma.
La exposición no sólo muestra cómo eran las acuñaciones de los íberos, sino que analizan la trascendencia de éstas y todo lo que aportan al conocimiento de esta cultura. Un hecho que hace de las monedas y de su estudio un elemento más para el conocimiento de sociedades antiguas. Las monedas fueron elemento de intercambio, fruto de la evolución de estas sociedades y consecuencia del contacto con los modos de hacer extranjeros. Las monedas estéticamente eran la tarjeta de presentación en las transacciones económicas que dominaban el mediterráneo.
La exposición del MNAC trata de mostrarnos estas monedas y ante todo de descubrirnos la importancia de estos objetos tuvieron en el pasado y la relevancia de éstos para conocimiento de las culturas y sociedades del pasado.
Imágenes
© Museu Nacional d’Art de Catalunya, Barcelona, 2008
Gran coleccion numismática
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