La exposición, comisariada por Jean-Michel Bouhours, conservador jefe del Centro Pompidou, Musée National d’Art Moderna; y Pep Serra, director del Museo Picasso de Barcelona, reúne 78 obras del artista alemán – 58 pinturas, 18 dibujos y 1 grabado, incluye también piezas documentales y 4 obras de Picasso -1 escultura, 2 dibujos y 1 grabado. Las piezas constituyen un testimonio del conjunto de su carrera y, de forma inédita, muestran la relación que se estableció, en un momento crucial de la historia de la pintura moderna, entre Van Dongen y Picasso.
Kees Van Dongen, desempeñó un papel fundamental a comienzos del siglo XX, sobre todo ligado al movimiento fauvista. La exposición presentada en el Museo Picasso muestra la trayectoria del artista alemán y sus claras conexiones con la obra de Picasso, con quien coincidió en el Bateau-Lavoir. Una selección de piezas que tratan de aportar luz sobre el trabajo de uno de los artistas más desconocidos con una obra , en ocasiones, malentendida como su interés por los temas orientalizantes o de referencias españolas.
Van Dongen desarrolló la mayor parte de su trayectoria en París, donde se estableció a partir de 1897. Influenciado a sus inicios por la pintura simbolista y por los claroscuros de Rembrandt, su obra toma un cariz realista y de fuertes connotaciones sociales –ligada a sus ideas políticas anarquistas– durante su etapa parisina, donde coincide con Picasso y con quien compartió modelo, Fernande Olivier.
El trabajo con Fernande, pareja de Picasso en aquellos momentos, permitió Van Dongen experimentar en el arte del retrato, del cual se convirtió en un maestro. En este periodo, Van Dongen y Picasso compartieron un mismo gusto por «la elegancia provocadora y bárbara» de la mujer, atraídos por el submundo, las prostitutas y las bailarinas de barraca de feria.
El lenguaje de Van Dongen evolucionó hacia una forma de expresionismo y así, el año 1908, expuso en la galería de Daniel Henry Kahnweiler. Gracias a Kahnweiler la extravagancia y la virulencia de las telas de Van Dongen tuvieron repercusiones inmediatas en el extranjero, especialmente dentro del grupo expresionista alemán Die Brücke, lo cual, junto con un orientalismo contemporáneo en el de Matisse, lo situó en primero línea de la vanguardia.
Al final de la I Guerra Mundial, Van Dongen, convertido en una especie de Gran Gatsby Holandés, se dirige hacia una pintura que refleja la vida mundana de los «années folles», primero en París y después en Mónaco, a través de sus retratos irónicos y decantes de la sociedad del momento. A través de la muestra del Museo Picasso nos acercamos a la visión de un artista desconocido y provocador; un acercamiento a través de Picasso y de la relación que se generó entre ambos.
Imágenes:
1. Kees Van Dongen. Fernande Olivier. c. 1906-1907. Óleo sobre lienzo. 91 x 71 cm. Colección particular, Suiza. © Foto: Adam Rzepka. © Sucesión Kees Van Dongen, VEGAP, Barcelona 2009
El libro, editado por el Museo Reina Sofía, es el catálogo que acompañó a la…
«En el aire conmovido…» es una exposición concebida por el filósofo e historiador del arte,…
"Árboles" es un exquisito libro que, a modo de arboreto de papel, nos presenta una…
El Museo Nacional del Prado ha recibido en depósito dos lienzos cuatrocentistas dedicados a la…
Dos libros de bolsillo sobre Wassily Kandinsky "Los años de Múnich" y "Forma, composición y…
El artista Pedro Torres, nacido en Brasil (Gloria de Dourados, Mato Grosso, 1982) y afincado…