¿Un robo perfecto?
Andrés Merino Thomas
La segunda novela de Elvin Post ha confirmado lo que ya apuntó en Día de paga: su indudable vocación como guionista. Con Fraude, el periodista ha aprovechado su larga estancia en Nueva York y sus amplios conocimientos del mundo del arte para proponernos un ingenioso relato basado en la sustracción de piezas de un museo privado. No es la primera vez que un autor se pregunta si existe el robo perfecto, donde cada detalle se ha planificado sin dejar ningún cabo suelto. Pero de sobra conoce el lector que tal metáfora náutica no sirve en éste género, donde la aparición del menor imprevisto dota a la trama del deseable interés, que va aumentando según avanza el relato. En este sentido, Post sigue las propuestas más clásicas de la novela negra americana. Propone personajes tipo, que no sorprenden al lector, y situaciones familiares que no consiguen trasladarle más allá de la agradable sensación de visualizar un largometraje. Pero lo hace. Y página tras página. La facilidad con la que podemos imaginar la acción, podría convertir su propuesta, aparentemente, en algo convencional, cercano a una novela de consumo. Que lo sea no resta valor, como hemos apuntado, pues podría constituir un más que aceptable guión cinematográfico.
Que los protagonistas, Vicent Blomm y Elijah Fish, con amplia experiencia como estafadores en el mercado internacional del arte, se decidan a robar del Museo Isabella Stewart Gardner de Boston cuadros de incalculable valor, constituye un pilar necesario, cualitativo, para entender la magnitud de proceso posterior que se desencadena. Como idea inicial su elección parece –y es- acertada. Algunas de las obras deslumbran: Tempestad en el mar de Galilea, de Rembrandt; El concierto, de Vermeer, y algunas composiciones de pequeño formato, de Degas, entre otras. Los problemas aparecen en lo que podríamos denominar el “casting”, posterior. La selección de personajes que acompañan a la pareja. A pesar de los diálogos, bien construidos, la credibilidad y el trazado de sus caracteres es por lo general insostenible. Demasiadas de las situaciones propuestas carecen de una coherencia básica en una trama como la que se propone y en algunos casos, hechos con repercusión definitiva sobre el resto de la acción son de credibilidad nula.
Por todo ello, Fraude hace honor, nunca mejor dicho, a su nombre. Quizá su previsible adaptación cinematográfica consiga subsanar algunas de las carencias palmarias del relato, pero a pesar del buen rato que hemos pasado con su lectura, la calidad de una novela negra no sólo está en el número de tiros que la mafia reparte en un ajuste de cuentas, o en el precio que un Rembrandt alcanza en el mercado negro. Elvin Post sabe de arte. Damos fe de ello. Y la tensión que vivimos en el interior del Isabella Stewart lo demuestra. Pero lo que sucede a continuación…
“Fraude”
Elvin Post
Barcelona, Paidós (Alea), 319 pág.
ISBN: 978-84-493-2276-1