Un pintor y cinco manos para firmar
María Jesús Burgueño
Cinco firmas distintas, cinco que se multiplican por cada una de las modificaciones que realizaban sus protagonistas sobre obras maestras de Sorolla. Auténticas pinturas y dibujos que han dado más de un quebradero de cabeza a los museos, a los expertos, a los herederos y a los coleccionistas.
A Sorolla no le gustaba firmar y cuando tenía el compromiso de presentar obra para una exposición toda la familia se ponía a firmar cuadros, con lo que nos encontramos cinco grafías, la de él, Joaquín Sorolla, la de su mujer, Clotilde, y la de sus tres hijos, María, Elena y Joaquín. Por eso cuando se comparan las firmas pocas veces son iguales. Para poder observar esta curiosa evidencia no hace falta nada más que pasear por el museo Sorolla y observar con detenimiento las firmas de las pinturas y dibujos del artista, donde se pueden contar cinco o más firmas diferentes.
Este prolífico artista ha dado más trabajo del que se podría imaginar por el simple hecho de que no le gustaba firmar, a anticuarios, subastadores, expertos, historiadores, falsificadores y, como consecuencia, a las brigadas especiales de la Policía y Guardia Civil dedicadas a la protección del Patrimonio Histórico que en varias ocasiones han tenido que intervenir. Para poder certificar obra de Joaquín Sorolla no sólo basta con conocer al pintor, hay que conocer la obra de los artistas que pintan alrededor de Sorolla, si no es así puede dar lugar a adjudicaciones erróneas. Sorolla se acerca mucho a Pinazo, D. Márquez, Pradilla, etc. En este terreno hasta hace pocos años había una gran confusión que intentaban solucionar algunos expertos repartidos entre Cataluña, Valencia y Madrid. Incluso algunas aún circulan con la firma de Francisco Pons-Sorolla, de dudosa credibilidad (firmó certificaciones de cuadros que no eran de Joaquín Sorolla y, además, lo certificaba como director del museo Sorolla). Esta confusión continuó hasta que Florencio de Santa Ana, Licenciado en Filosofía por la Universidad Complutense de Madrid de la que ha sido profesor no numerario, fue nombrado en 1984 director del Museo Sorolla y tras profundizar en su especialización en Sorolla y su época comenzó a dar su opinión y se abstuvo de certificar supuestas obras atribuidas a Sorolla, desacreditando de esta forma la voz de muchos expertos poco fiables.
Pero aún hoy en día se pueden encontrar obras mal catalogadas con certificaciones dudosas de obras que circulan por nuestros mercados y por las que se pagan cifras que no se deberían de pagar. Las casas de subastas y anticuarios lo único que hacen es mostrar la obra y el certificado, el comprador es el que debe de cerciorarse. En otros países las certificaciones son oficiales, en España no está regulado el tema y no sólo familiares de pintores, también catedráticos y estudiosos han certificado por escrito y en numerosas ocasiones se han equivocado.
Blanca Pons-Sorolla, biznieta del pintor ha resuelto este tema tan polémico y ha editado varios libros. Ha realizado un catálogo con la obra de Sorolla, ha acompañado y asesorado sobre las pinturas y dibujos de su bisabuelo. En este momento es la gran experta de la obra de Sorolla. Blanca Pons-Sorolla, lleva toda la vida viendo la obra de su bisabuelo Joaquín Sorolla y desde hace más de veinte años está dedicada exclusivamente a la búsqueda de documentación, catalogación y rectificación de obra mal atribuida.
Sorolla paisajista y dibujante
Hasta ahora se identificaba a Sorolla por sus escenas de playa pero gracias a las distintas exposiciones que ha realizado el Museo Sorolla como “Sorolla Paisajista”, “Sorolla y su idea de España”, que permanecerá abierta hasta el 13 de septiembre de 2009, etc.; o muestras tan interesantes como “Joaquín Sorolla (1863-1923)” que expone el Museo del Prado, con el patrocinio de Bancaja, donde se ofrece una visión renovada de la obra del pintor mostrando las pinturas de Hispanic Society of America, se ha podido conocer mejor la obra y la vida de este gran artista valenciano.
Estas exposiciones han permitido observar la evolución artística de Sorolla mostrando la importancia de su figura como bisagra del arte español en el cambio de siglo al tiempo que permite descubrir una versión distinta del pintor como paisajista y su manera de interpretar el paisaje español.
Sorolla ha sido de los pintores más copiados y falsificados. En la prensa de época ya nos encontramos algunos datos en este sentido. El mismo suegro de Sorolla escribe al pintor, que en ese momento se encontraba en Italia ya que había ganado la Pensión de Roma, y le dice: “He ido a ver un cuadro que me habían dicho que era tuyo, y me he encontrado que el cuadro es falso y la firma es apócrifa (se trata de una pintura con un estudiante con una gorra en la mano)”. *Joaquín Sorolla. Vida y Obra. Blanca Pons-Sorolla.
Las pinturas de Sorolla ya eran requeridas, bien valoradas y copiadas en vida del artista y especialmente lo han hecho desde los años 70 cuya cotización se ha disparado tanto en el mercado nacional como en el internacional.
Hay falsificaciones muy buenas que utilizan los mismo cartones fotográficos de Antonio García que usaba Sorolla
En el mercado es frecuente encontrarse con obras mal atribuidas y falsificaciones. La confusión entre pintores ha sido muy habitual. Sorolla ha tenido y aún tiene muchos seguidores, su estilo se ha copiado infinidad de veces, esto ha facilitado la labor de los falsificadores. Por ejemplo se han detectado en numerosas ocasiones cuadros de Pinazo que le han borrado la firma y han añadido la de Sorolla. Este fue el caso de dos tablitas “Niñas en la playa” y “Elena y Susana en Biarritz” de 1906 que una reconocida casa de subastas madrileña puso a la venta como de Sorolla, incluso habían conseguido una certificación de un conocido experto hasta que uno de los herederos de Sorolla demostró tener los originales colgados en su despacho.
También hay que tener cuidado con los dibujos que salen al mercado porque encontrar papel de la época es relativamente sencillo. Sorolla pintó unos nueve mil dibujos que regalaba a sus amigos y familiares. En el Museo Sorolla se conservan unos 5000. La familia, sobre todo la rama de los Sorolla Lorente, conserva otra cantidad muy importante de dibujos. Hay que destacar el gran número de obra que el pintor regalaba a sus amigos más cercanos.
Tener un Sorolla en casa no es un lujo inalcanzable que sólo se pueden permitir bolsillos privilegiados ya que junto a obras de magnífica ejecución y alto precio aparecen dibujos, acuarelas y algún óleo que cotizan todavía muy por debajo de lienzos de Bores, Viola o Delgado, sin citar a Gris o Barceló con un caché por las nubes. De Sorolla existen miles de dibujos, muchos de ellos en manos de su familia y otros en colecciones de amigos y conocidos que al llegar a la segunda o tercera generación salen al mercado en busca de liquidez.
Regalaba dibujos
El encanto de los dibujos de Sorolla estriba en la sinceridad. Los dibujos que aparecen en el mercado son regalos que el pintor hacía a su familia y amigos, muchos de ellos los mandaba con la intención de pedir su opinión acerca de la obra en la que estaba trabajando en ese momento, o simplemente para contar cómo iba con su realización. Una de las mejores colecciones de dibujos que ha salido al mercado fue la que subastó hace unos seis años Segre. La colección procedía de la obra que atesoraba Pedro Gil, íntimo amigo del pintor. En esta subasta se vendió también un boceto realizado con óleo sobre lienzo, firmado, dedicado y fechado en 1986 dato que coincide con la realización de “El entierro de Cristo”, obra que recibió una de las más duras críticas en la exposición de Madrid en 1887. Otro boceto como éste se encuentra en manos particulares y existen cuatro fragmentos en el Museo Sorolla de Madrid. Además había varios estudios sobre papel para la obra “El Padre Jofré protegiendo a un loco”, que realizó Sorolla en Asis (Italia) en 1887 para la Diputación de Valencia. Hoy se encuentra en el Palau de la Generalitat. En esta época conoce a José Benlliure, Emilio Sala y a José Villegas que como el propio pintor afirma influyen en su obra. En 1888 se casa con Clotilde en España pero viven en Asís donde sólo en ese año ganó pintando 8.250 pesetas.
El valor en el mercado depende de varios factores, pero hay que saber que las piezas de su primera época suelen tener un valor menor, sube su cotización según se va afirmando como artista y dentro de esta producción los temas de playa son muy valorados. El propio pintor asegura que su maestría es plena a partir de 1902. En 1916 realiza “La bata rosa” obra donde demuestra su genialidad para captar la luz.
Los apuntes son piezas anteriores a la obra definitiva, van por delante, son más espontáneos, no están condicionados por los encargos, son obras por lo general muy buenas, no hay que esperar a 1900 para encontrar un buen apunte, los de mayor calidad quizá sean los realizados en San Sebastián, que rallan la abstracción, pero siempre hay que cerciorarse de su autenticidad.
El mercado ofrece una amplia gama de cuadros con y sin firma, que ni son sus pinturas ni es la firma del pintor pero que pueden llegar a costar millones y disgustos si no se cuenta con asesoramiento experto. Las casas de subastas más prestigiosas muestran una gran preocupación por este tipo de obras, aunque también aseguran que no es el pintor que más problema les da ya que cuentan con la inestimable colaboración de la bisnieta del pintor. Se han encontrado falsificaciones de cuadros sin terminar, con la firma de Sorolla sobre cartones fotográficos de Antonio García, como los que usaba el pintor. Con la aparición del Catálogo razonado de Sorolla, obra de Blanca Pons-Sorolla se han resuelto muchos problemas. Hasta hace muy poco muchas de las obras falsas que aparecían en el mercado procedían de la zona de Albacete donde trabajaba un pintor especializado en Sorolla.
La mejor colección del mundo
El fondo pictórico del Museo Sorolla está formado por unas 1.100 obras, en su mayoría por piezas procedentes del legado de la viuda del pintor, Clotilde García del Castillo, y de sus tres hijos. A estas donaciones hay que añadir otras 195 obras pertenecientes a la Fundación Museo Sorolla procedentes del legado testamentario de Joaquín Sorolla y García, hijo varón del pintor.
El Estado también ha contribuido a incrementar los fondos de este museo sobre todo con obra de los años comprendidos entre 1880 y 1900 que es la menos representada en el museo. A esta época pertenecen algunas de las adquisiciones de venta irrevocable del Estado como es “El Monaguillo”, realizado en 1888, por el que pagaron 273.278€; y “Los guitarristas, costumbres valencianas”, que corresponde a 1889 y “Retrato del pintor D. José Jiménez Aranda” realizado en 1901, valoradas, respectivamente, en 186.483,7€ y 108.182,17€. Estas dos obras fueron entregadas al museo gracias a dos daciones que el Ministerio de Hacienda aceptó como pago de impuestos. No sólo los museos estatales invierten en este pintor. “El Rompeolas de San Sebastián”, que se puede ver en la colección Thyssen, se vendió en la sala Retiro por 348.587€.
Los retratos de Sorolla siempre encuentran comprador. Su peculiar manera de retratar les confiere una naturaleza exquisita y atractiva; recordemos el maravilloso “Retrato de la niña María Figueroa vestida de menina”, obra terminada en 1901, que el Estado compró en Retiro por 300.506€, en el mismo precio de salida, desde entonces está incluida en el inventario del Patrimonio del Estado y en depósito en el Museo del Prado. Ese mismo año se vendió por 22.538€ el “Retrato de la Sra. Traumann” y por 16.528€ el del “Sr. Traumann”. Después de dos años, en mayo de 2003 el “Retrato de doña Martina Lorente de Rodríguez” se vendió en Durán por 55.000€. Este retrato que el pintor realizó en 1898, perteneció a la primera esposa de Calixto Rodríguez. Al quedar viudo se casó con su sobrina, María Lorente, familia de Elena, la segunda hija del pintor, desde entonces ha pertenecido a la familia. Por esta obra Sorolla cobró en su momento 2.500 pesetas.
Otra de las obras que ha salido de la Sala Retiro fue el óleo “María mirando los peces, La Granja” que se subastó en 1996, esta obra de 80,6×105,5 cm, se vendió en 110 millones de pesetas. Pocos meses después, en octubre de ese mismo año, Christie’s vendió este mismo cuadro por 2,1 millones de dólares, más de 250 millones de pesetas. Joaquín Sorolla (1863-1923) pintó “María mirando los peces. La Granja” poco después de instalarse junto a su familia en La Granja de San Idelfonso, en la provincia de Segovia. El lienzo, en el que aparece su hija María junto a una fuente, es uno de los 27 que Sorolla pintó en los jardines del Palacio de La Granja, residencia estival de la Familia Real española. Durante el verano de 1907, el maestro valenciano retrató al rey Alfonso XIII en uniforme de húsar y a la reina Victoria Eugenia con mantilla española, que se exhibe hoy en el palacio de la Magdalena, en Santander.
La Sala Retiro en esos mismos meses vendió el óleo “Rompeolas de San Sebastián” por 58 millones de pesetas para la colección Thyssen. En el año 2003 el lote estrella de la subasta de Sotheby´s de Londres fue “La Hora del Baño” que Joaquín Sorolla pintó en 1904. Esta obra consiguió el récord existente para una obra del artista vendida en subasta (1,815,000 de libras, precio de martillo, establecido en Sotheby’s Londres en 1990) cuando un decidido pujador telefónico hizo bajar el martillo en 3,701,600 de libras. En la misma sesión también esta casa vendió “Niña comiendo manzanas”, un retrato de juventud por 397,600 libras; “A bordo del Falucho” que se remató en 89,600 libras; el “Retrato Laura de San Telmo, Bailando” por 252,000 libras; y “Barcas en la Playa”, de 1909 que se remató en 319,200 libras. En total la sala de subasta vendió en una sesión las siete obras de Sorolla por un total de 4,846,400 de libras. Y el boceto para el cuadro «Entierro de Cristo». Óleo sobre lienzo de 63 x 100 cm que Sorolla realizó en Roma en 1886 se lo adjudicó el Estado español por 60.000 euros y se encuentra en depósito en el Museo Sorolla
Más reportajes publicados por María Jesús Burgueño sobre el tema «Sorolla bajo la lupa. Análisis del pintor más falsificado» (marzo 2001, Subastas Siglo XXI, nº 15 )
Buen trabajo el de María Jesús Burgueño con este comentario.
Preciso y aclaratorio, da luz sobre la obra y la vida de Sorolla.
Al leerlo parece que uno admira y aprecia más al pintor y a su obra.
Saludos.
Gonzalo Cuesta.
Muy interesante trabajo, pero contiene varias erratas que lo deslucen, como «rallan» en vez de «rayan», «Magadalena», y varias otras.
Una pregunta, sabeis de quien es una firma con las iniciales cvf con palos rectos no muy gruesos a las puntas, es un cuadro de immaculada ?
Grácias
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