Mirar y ser visto. De Tiziano a Picasso
Con esta muestra, realizada en colaboración con el MASP de Sao Paulo, la Fundación MAPFRE pretende realizar una aproximación al género retratístico a partir de 33 obras maestras que abarcan desde el siglo XVI al XX.
La exposición se organiza en torno a dos ejes articulados cronológica y conceptualmente. El primero de ellos lo forman los “Retratos de solemnidad” que abarcan desde el siglo XVI hasta la primera mitad del siglo XIX. Aquí el visitante podrá apreciar obras maestras de Velázquez, Goya o Van Dick entre otros, en las que los retratados se muestran con poses hieráticas y altivas, en las que todo movimiento físico u reflejo psíquico ha quedado congelado, presentando así no solo un retrato personal de un individuo sino una representación de su posición social y su poder.
El segundo eje de la muestra esta formado por los “Retratos Modernos” y en él se incluyen obras de Corot, Modiagliani o Picasso entre otros, en las que se aprecia el cambio que se ha producido en el concepto de retrato, ya que ahora se busca reflejar la individualidad de la persona retratada y su carácter intrínseco, su personalidad, por lo que la necesidad de un parecido fisiognómico entre el retrato y el retratado queda en un segundo lugar.
De este modo se podrá apreciar la importancia del retrato en las artes visuales y su evolución a lo largo de los siglos, ya que ha sido uno de los géneros más desarrollados desde la antigüedad y a pesar de haber seguido un desarrollo propio su influencia en la historia del arte ha sido constante.
Además esta muestra dará la oportunidad a los visitantes de ver obras maestras de los grandes genios de la pintura atesoradas en el MSPA de Sao Paulo y que difícilmente se podrán volver a contemplar en nuestro país.
Otra de las apuestas otoñales de la Fundación MAPFRE será esta exposición en la que bajo el titulo “Ver y Italia y morir” se realizará un recorrido por la imagen de la Italia del siglo XIX, recuperando y analizando la idea del “Gran Tour” del siglo XVIII y su reinvención en el XIX gracias a las nuevas formas de plasmar imágenes que supusieron los daguerrotipos y las primeras fotografías.
La muestra, realizada en colaboración con el museo D’Orsay, llega a nuestra ciudad tras su paso por París, con el fin de retratar la Italia del siglo XIX a través de los distintos artistas que la visitaron dando así una perspectiva múltiple y contrastada de la situación del país trasalpino en ese siglo.
De este modo el visitante podrá ver pintura, escultura, fotografía, daguerrotipos e incluso un megaloscopio (predecesor del proyector de diapositivas) con imágenes de los paisajes, los yacimientos arqueológicos, los monumentos y la arquitectura italiana pero también podrá hacerse una idea de la vida diaria en Italia con los retratos de sus gentes o con las fotografías de la erupción del Vesubio en 1872 entre otras muchas imágenes que plasman la idiosincrasia del pueblo italiano y la visión romántica que de este se tenía en el extranjero hasta la época del Risorgimento.
Con este mosaico de obras y artitas “Ver Italia y morir” pretende conmemorar un tiempo en el que el viaje era un rito iniciatico, la búsqueda de la belleza un aspiración constante y la visita a la cuna del arte un viaje imprescindible para todo aquel artista o intelectual que se preciara y que pudiera permitirse viajar al país del mundo más representado en el arte de todas las épocas.
Con motivo del centenario del estreno del Ballet Ruso en París en 1909, la Fundación MAPFRE en colaboración con la Kunsthalle de Hamburgo presentan esta muestra formada por un total de 64 obras firmadas por algunos de los nombres más relevantes de la vanguardia rusa en París.
La muestra presenta, por primera vez en nuestro país, 21 dibujos de Vaslav Nijinsky, primer bailarín del Ballet Ruso y que tras su arrollador éxito en Paris a principios del siglo XX se convirtió en una figura de culto para los intelectuales de la época.
Junto a estos dibujos se presentan obras de Sonia Delaunay, Alexandra Exter o Kupka ya que todos ellos compartían con Nijinsky el interés por representar el movimiento del ser humano en el espacio y para ello se centraron el la dinámica y el ritmo de la danza.
De este modo sus obras se caracterizan por estar compuestas de formas circulares, arcos y curvas que sugieren un movimiento constante y por la utilización de colores puros. No obstante, a pesar de que los principios fundamentales de configuración de las obras de todos estos artistas presentaban profundas coincidencias formales con las coreografías de Nijinsky, todos ellos llegaron a la abstracción por caminos personales y propios que coincidieron en el París de las vanguardias.
Por lo tanto la exposición plasma y pone de relieve las relaciones de la música y la danza con los orígenes de la abstracción pictórica además de rendir homenaje a Vaslav Nijinsky, una de las figuras fundamentales de la danza del siglo XX.
Por último la Fundación MAPFRE ofrecerá un programa de actividades pedagógicas compuestas por distintas visitas y talleres que girarán en torno a estas tres exposiciones y con los que se pretende facilitar la comprensión y el análisis crítico de cada uno de las muestras.
Marta de Orbe
Fundación MAPFRE.
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