La exposición, una de las más importantes de la temporada, recoge la obra de dos figuras clave en la formación estilística y teórica del constructivismo ruso: Liubov Popova (1889 -1924) y Aleksandr Rodchenko (1891 – 1956). La muestra supone un completo repaso a este movimiento artístico que cambió la cara del arte ruso.
La amplia muestra, la más completa que hasta ahora se les ha dedicado en España, recoge aproximadamente 350 trabajos, realizados entre 1917 y 1929 por ambos artistas: pinturas, carteles de cine y teatro, dibujos de diseño de trajes, de muebles, libros, fotografías y esculturas. Como complemento, se proyectarán algunas películas de la época que guardan relación con los artistas y se podrán ver otros trabajos de creadores coetáneos.
Conviene destacar que en la muestra queda patente la equiparación de los sexos (en consonancia con los ideales de la Revolución Rusa); a Popova se le ha otorgado el mismo espacio e importancia que a Rochednko y en términos de calidad e innovación en el trabajo, no hay diferencia entre los dos artistas. Tal y como comenta Chrstina Kiaer en uno de los textos del catálogo, “El hecho de que los dos artistas seleccionados para organizar una exposición cuyo objetivo es mostrar los rasgos definitorios del constructivismo sean un hombre y una mujer, no sólo pone de manifiesto la singularidad de Popova, sino también la del constructivismo en cuanto movimiento “mucho más abierto a la feminidad”.
El constructivismo
La Revolución Rusa vino acompañada de un extraordinario movimiento artístico experimental conocido con el nombre de constructivismo. Los defensores de esta corriente cuestionaban los principios fundamentales del arte y se preguntaban qué lugar ocuparía éste en la nueva sociedad. Los constructivistas pensaban que el artista tenía que utilizar los materiales, científica y objetivamente, como un ingeniero, y que la producción de obras de arte debía atenerse a los mismos principios racionales que cualquier otro objeto manufacturado. Estos artistas ensayaron formas de trabajo colectivo y buscaron la manera de mejorar la vida cotidiana a través del arte. Popova y Rodchenko fueron, por lo tanto, dos figuras centrales en los debates y discusiones que ayudaron a definir el constructivismo.
El espíritu experimental de este movimiento apenas sobrevivió al estalinismo. En los años treinta, Rodchenko (Popova murió en 1924) y sus colegas vieron cómo se les marginaba, mientras el realismo socialista se convertía en el estilo artístico oficial de la Rusia soviética, y se vieron obligados a regresar a la pintura de caballete y a la escultura monumental.
Recorrido expositivo
En la primera parte de esta exposición podremos contemplar los experimentos que los artistas llevaron a cabo en el ámbito de la pintura, el dibujo y la escultura entre 1917 y 1921, año en que participaron en la exposición colectiva 5 x 5 = 25. En la segunda parte se muestra el trabajo que desarrollaron a partir de ese momento, cuando aplicaron las ideas constructivistas a la publicidad, al diseño de libros, los carteles propagandísticos, la industria textil, el teatro y el cine.
La exposición arranca en 1917, año de la Revolución de Octubre, cuando Popova y Rodchenko empezaron a aplicar al diseño sus experimentos anteriores sobre abstracción geométrica. En las primeras salas de la muestra se exhiben los primeros trabajos realizados por los artistas: una extraordinaria colección de lienzos y obra
gráfica producidos entre 1917 y 1921 que reflejan la aplicación inmediata de su vocabulario abstracto.
El recorrido continúa con una sala dedicada a la escultura, donde aparecen construcciones tridimensionales; esculturas colgantes concebidas entre 1920 y 1921, dotadas de una mayor autonomía, ya que se liberan del suelo y la pared.
La exposición presenta parte de la exposición titulada “5×5 = 25” que Rodchenko y Popova realizaron en Moscú en 1921 junto a Varvara Stepanova, Aleksandr Vesnin y Aleksandra Exter. Esta muestra tuvo dos fases (ambas se reflejan en la exposición ): la primera, se planteó como un acto de despedida a la pintura y cada uno de los cinco artistas expuso cinco obras. La segunda fase de la exposición tuvo lugar un mes más tarde y el objetivo en esta ocasión fue demostrar que el arte podía progresar y desempeñar un papel en el mundo real.
En lugar de exponer pinturas se mostraron dibujos y maquetas. Aquí encontramos algunas obras que se presentaron en la exposición original: Construcción dinámico-espacial nº 80 de Popova o el tríptico de Rodchenko Color rojo puro, color amarillo puro y color azul puro.
Una sala dedicada a la influencia que tuvo uno de los grandes pioneros del arte abstracto, Wassily Kandisky, figura clave para nuestros dos protagonistas, muestra obras de los primeros momentos del constructivismo ruso.
La exposición continúa con el momento en el que se produce la transición desde la pintura a otros medios como el diseño gráfico o la moda. Los bolcheviques reconocían la importancia del diseño visual innovador para comunicar sus objetivos políticos a una población mayoritariamente analfabeta, y tanto Rodchenko como Popova crearon carteles propagandísticos y educativos. En los años veinte la expresión «novyi byt», «nueva vida cotidiana», se convirtió en el lema de la campaña para transformar la vida doméstica. Los constructivistas reaccionaron aportando nuevas ideas para el diseño y la fabricación de muebles, ropa, vajillas y otros enseres domésticos. En estas salas encontramos, por ejemplo, diseños de trajes y telas realizados por Popova, diseños de tazas de café, cajetillas de cigarros, o carteles publicitarios y anuncios.
Seguidamente una sala dedicada al cine y al teatro muestra la importancia de estas dos disciplinas en aquel momento. El compromiso de Rodchenko con el cine le llevó a trabajar con algunos de los cineastas rusos más destacados, como Dziga Vertov (1896-1954) o Lev Kuleshov (1899-1970). Por otro lado, también se recoge en la muestra la prolongada relación de trabajo que estableció Popova con el director teatral Vsevolod Meyerhold y que culminó con dos extraordinarios diseños para las revolucionarias producciones El cornudo magnánimo y La Tierra en confusión. El decorado que diseñó Popova para la primera obra era una representación esquemática de una fábrica con ruedas giratorias, vertedores y cintas transportadoras que se ponían en funcionamiento durante la representación. Popova también diseñó unos trajes de trabajo de estilo geométrico para los actores, reinterpretando el cuerpo humano como el elemento abstracto de una composición constructivista. En este sentido aparecen en la muestra tanto una maqueta del decorado de la obra, como los diseños realizados por la artista.
La temprana muerte de Popova, en 1924, no le permitió entrar en la siguiente fase del constructivismo. A partir de este momento Rodchenko se dedicaría exclusivamente a la fotografía y el cine. La exposición recoge cómo éste empleaba la cámara para reflejar de forma efectiva la nueva arquitectura Soviética y para identificar, por medio de enérgicos retratos, a las figuras claves del movimiento constructivista. Por otro lado, se exhibe la relación entre Rodchenko y su amigo el poeta futurista Maiakovsky (1893-1930) y cómo juntos se convirtieron en «constructores-publicistas», combinando palabras e imágenes con el fin de promocionar los productos de las industrias estatales.
En el último tramo de la muestra encontramos una réplica de lo que fue El club obrero, un espacio de ocio colectivo que fue diseñado para la Exposición Internacional de Artes Decorativas e Industriales Modernas de París, en 1925. En este espacio, el proletariado podía disfrutar de su tiempo libre de forma productiva; había una mesa de ajedrez, estanterías y un espacio de lectura, así como vitrinas movibles donde se podían exponer fotografías, documentos y mapas, y pantallas extensibles para proyectar películas y presentaciones. Todos estos elementos se reproducen en la muestra.
Por último, el recorrido finaliza con la proyección de dos películas: La periodista de Lev Kuleshov (1927) y Moscú en Octubre, (1927) de Boris Barnet. En la primera, además de diseñar los decorados, Rodchenko colaboró en la elección de los ángulos de cámara que determinarían el aspecto que los diseños tendrían en la pantalla.
En Moscú en Octubre, Barnet invitó a Aleksandr Rodchenko, (por aquel entonces ya era uno de los fotógrafos soviéticos más importantes), a participar en la producción de la película como director artístico. Su tarea consistió en localizar exteriores y en seleccionar los lugares más apropiados para situar la cámara. Aquí se muestra uno de los pocos fragmentos de la película que se ha conservado hasta el momento.
Liubov Popova
Nace en Ivanovskoe, Rusia, en 1989 en el seno de una familia de comerciantes culta y acomodada. Tras estudiar arte en su país natal, viaja por Rusia e Italia. En 1912 trabaja en un estudio en Moscú donde coincide con Vladimir Tatlin y Alexei Grishchenko entre otros. Durante su estancia en París entre 1912-1913, se adhiere primero al cubismo para posteriormente interesarse por el futurismo. Vuelve a Moscú y participa en diversas exposiciones uniéndose a los suprematistas de Kazimir Malevich.
Tras diseñar la campaña de propaganda soviética, entre 1918 y 1919 participa en varias exposiciones estatales. También trabaja en diseños textiles y da clases en la Escuela de Arte, Teatro Vkhutemas y en el Instituto de Cultura Artística Inkhuk. Abandona la pintura de estudio para dedicarse plenamente al arte de producción. Sigue participando en exposiciones constructivistas, con este estilo realiza arte utilitario, cubiertas de libros, escenografías, ropa, tejidos y porcelanas. Realiza diseños textiles y de moda para la primera fábrica textil estatal entre 1923 y 1924. La prolongada relación de trabajo que establece Popova con el director teatral Vsevolod Meyerhold culminó con dos extraordinarios diseños para las revolucionarias producciones El cornudo magnánimo y La Tierra en confusión. Sin embargo, si de algo estaba orgullosa Popova era de las telas y los vestidos que había diseñado, uno de los pocos proyectos constructivistas que llegó a un público verdaderamente popular. Su marido, el historiador de arte Boris Von Eding, muere de tifus repentinamente.
Con este hecho, Popova pasa sin quererlo a ser un baluarte de las teorías bolcheviques pues se había convertido en una madre soltera trabajadora. La historiadora Christina Kiaer afirma que Popova no se consideraba una mujer artista, sino una artista cuya condición femenina no afectaba a su práctica artística, y lo mismo pensaban de ella sus contemporáneos. Su carrera se desarrolla en el contexto socialista de la proclamación bolchevique de la independencia de la mujer, que supuestamente implicaría la abolición del ámbito privado, doméstico, de la vida cotidiana en el que la mujer se encontraba tradicionalmente atrapada.
En 1924 su hijo muere de escarlatina, enfermedad que contagia a Popova siendo la causa de su fallecimiento prematuro a la edad de treinta y cinco años.
Aleksandr Rodchenko
Alexander Rodchenko nace en San Petesburgo, en 1891. De procedencia humilde, se forma en la Escuela de Bellas Artes de Kazán, (localidad situada al Este de Moscú) aunque en 1915, tras conocer a varios artistas futuristas entre los que se encontraba el poeta Vladímir Maiakovsky (con el que realizaría después históricos fotomontajes y carteles publicitarios) se traslada a Moscú. Allí participa en los debates de los artistas izquierdistas y, una vez estalla la revolución, juega un papel importante en la creación y organización de los museos de arte contemporáneo que surgieron en toda la Unión Soviética. Sus primeros dibujos abstractos los realiza en 1915 influenciado por el supramatismo de Malevich. En 1916 participa en “La Tienda”, una exhibición organizada por Vladimir Tatlin, quien fuera otra influencia formativa en el desarrollo artístico de Rodchenko.
En los años veinte piensa que incluso el arte estético e individualista era demasiado poco revolucionario y, con otros colegas, centra sus esfuerzos en los fotomontajes (muy útiles para la propaganda política y que él utilizó desde perspectivas poéticas que tuvieron gran influencia). En 1927 Rodchenko afirma: “Cuando contemplo todos los cuadros que he pintado a veces me pregunto qué debería hacer con ellos. Quemarlos sería una lástima, pues representan más de diez años de trabajo. Pero son tan inútiles como una iglesia. No sirven para nada en absoluto”.
El compromiso de Rodchenko con el cine le lleva a trabajar con algunos de los cineastas rusos más destacados, como Dziga Vertov (1896-1954) o Lev Kuleshov (1899-1970). Una de las colaboraciones cinematográficas de Rodchenko fue el diseño de los títulos de crédito y los letreros de Kino-Pravda (Cine-verdad). Esta serie de noticiarios pretendía documentar y analizar la vida cotidiana en la Rusia soviética. Los originales ángulos de cámara y el sofisticado montaje permitían a los espectadores contemplar sus vidas y su entorno social cotidiano bajo una nueva perspectiva.
Rodchenko experimenta también con la tipografía, el grafismo, la publicidad y la fotografía, campo en el que fue uno de maestros más influyentes del siglo gracias a sus perspectivas forzadas, su fascinación por la diagonal y sus famosos contrapicados.
En 1928 escribía: «Nosotros, educados para ver lo habitual y lo ya instaurado, debemos descubrir el mundo de lo visible. Debemos revolucionar nuestro pensamiento visual. Debemos quitarnos del ojo un velo llamado desde el ombligo».
Catálogo
La exposición está acompañada de un extenso catálogo que refleja la naturaleza interdisciplinar de la obra de Rodchenko y Popova e incluye ensayos de Margarita Tupitsyn, comisaria de la exposición y Christina Kiaer, así como una selección de escritos de los artistas. La publicación, que ha sido patrocinada por la Fundación AXA, incluye también documentación inédita tanto de archivo como de obras de arte recientemente localizadas.
Actividades paralelas
Con motivo de la exposición se ha organizado un taller de diseño constructivista que se desarrollará durante las vacaciones de Navidad. El taller, impartido por el ilustrador y escultor César Fernández Arias, propone un espacio de conocimiento e investigación, de juego y creación; un laboratorio de experimentación donde los niños se familiarizarán con las obras de los artistas constructivistas y crearán sus propios diseños.
Dirigido a: público infantil de 6 a 12 años
Fechas:
19 de diciembre y 2 de enero a las 12.00 y a las 17.00 horas
20 de diciembre y 3 de enero a las 12.00 horas
23 y 30 de diciembre y 4 de enero a las 17.00 horas
Horario: de 12 a 14 h. y de 17:00 a 19:00 h.
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