Patrimonio Nacional en colaboración con la Fundación Banco Santander han presentado la exposición “Brillos en Bronce. Colecciones reales” que ocupará los Salones Genova del Palacio Real hasta finales del próximo enero.
El acto ha contado con la presencia del nuevo director de la Fundación Banco Santander, Borja Baselga Canthal, que comparecía ante los medios por primera vez desde su reciente nombramiento.
Se trata de una muestra inédita, ya que nunca hasta ahora se había dedicado una exposición exclusivamente al bronce en nuestro país, y ha sido posible gracias, en gran parte, al fantástico trabajo llevado a cabo por los restauradores de Patrimonio Nacional, por ello José Antonio Bordallo, gerente de Patrimonio Nacional, prevé que será visitada por más de 100.000 personas.
Los bronces de pequeño formato surgieron en Italia con el fin de formar parte de las colecciones de los gabinetes de antigüedades y curiosidades ya que estas pequeñas piezas reproducían imágenes míticas de la antigüedad clásica, lo cual logró despertar el interés de los primeros coleccionistas.
Se trataba de pequeñas esculturas, siempre inferiores a los 50 cm, de bulto redondo, vaciadas a la cera perdida y cuyos acabados alcanzaron una perfección técnica que incluso llegó a superar a las piezas de bronce de la antigüedad griega y romana.
La familia Gonzaga de Mantua y los Grandes Duques de Toscana fueron los primeros en aficionarse a estas pequeñas obras de arte, propagando la afición por las distintas cortes europeas, de este modo, a partir del siglo XVI, las cortes francesas, inglesas y por supuesto españolas mostraron un gran interés por este tipo de obras, atesorando y formando grandes colecciones de bronces entre las que destaca la fantástica colección española conservada por Patrimonio Nacional y cuyas piezas más relevantes se podrán contemplar por fin gracias a esta muestra.
La exposición esta formada por 123 piezas, en su mayoría bronces, aunque también se exponen algunas pinturas y obras en papel, conformando así un recorrido por las colecciones reales de pequeños bronces desde las primeras adquisiciones realizadas por los Austrias, pasando por las colecciones de los primeros Borbones hasta llegar a las últimas piezas adquiridas por Carlos IV.
De este modo la muestra se divide en dos partes claras:
La colección de escultura en bronce bajo los Austrias.
En este bloque, que ocupa las tres primeras salas, se exponen las primeras piezas de bronce con las que Felipe II inició la colección, en su mayoría piezas que llegaron a manos del monarca como regalos diplomáticos.
No será hasta el reinado de Felipe IV cuando el monarca decida adquirir más obras de este tipo y para ello encargue a Velázquez un viaje a Italia del que traerá las obras que decorarán el Alcazar madrileño entre las que destacan “El Espinario” o las reducciones del “Hermafrodita” o del “Grupo Farnesio”, presentes en la muestra y el gran grupo de los planetas, realizado por Jonghelinck y situados en el salón del trono del Palacio Real, los cuales, a pesar de no haberse movido de su lugar original por motivos de conservación, están presentes en esta muestra gracias a los grabados cedidos por la Biblioteca Real de Bélgica para la ocasión.
La colección y adquisiciones de los Borbones.
El segundo bloque temático comienza en el reinado de Felipe V, el cual añadió a la colección, una parte de la colección de la corona francesa heredada de su abuelo Luis XIV y además junto a su mujer, Isabel de Farnesio, adquirieron la colección del Marques del Carpio, aumentando de este modo los bronces de la corona con piezas como “Apolo enseñando a cupido a manejar el arco” o “Mercurio con amorcillo”, ambas presentes en esta muestra.
Con la llegada de Carlos III la colección de bronces volvió a aumentar ya que, ante el descubrimiento de Pompeya y Herculano, el ilustrado monarca ordenó hacer moldes en yeso de las piezas descubiertas para luego vaciarlas en bronce y de este modo aumentar la colección real con piezas como “Baco y Ariadna” o “Venus y cupido”.
Por último será Carlos IV quien se encargará de realizar la última gran adquisición de bronces al comprar la colección del Conde de Paroy en 1803 con la que consiguió completar la colección de la corona española convirtiéndola en uno de los conjuntos de pequeños bronces más completos de Europa.
En definitiva esta exposición supone una fantástica ocasión para acercarse al conocimiento de las piezas en bronce, tan desconocidas para la gran mayoría del público, y apreciar la minuciosa técnica que exigen y el resultado visual de la belleza indiscutible que este noble material produce. Además, dada la temática de las piezas, es una buena oportunidad para repasar las imágenes de la mitología clásica.
Por otra parte se ha editado un fantástico catálogo de la exposición que sin duda pasará a ser un texto de referencia para el estudio de las colecciones de Patrimonio Nacional.
Marta de Orbe
“Brillos en Bronce. Colecciones Reales”
Palacio Real de Madrid
Del 13 de noviembre al 24 de enero.
Entrada: Gratuita.