La Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC), bajo la coordinación del Ministerio de Cultura, la Universidad Complutense de Madrid, la Universidad Autónoma de Madrid, la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), la Universidad Carlos III de Madrid y el Instituto de Filosofía del CSIC han organizado el ciclo de conferencias y mesas redondas José Luis l. Aranguren. En el primer centenario de su nacimiento con el objetivo de reivindicar la figura y la obra del filósofo español que el pasado 9 de junio habría cumplido cien años. El encuentro, en el que participarán durante cuatro días más de una treintena de especialistas, contribuirá a dar a conocer el legado de un filósofo crítico que abrió con su obra nuevos espacios a la reflexión cultural a la vez que servirá para poner al día las últimas investigaciones sobre este intelectual atípico que supo sacudir las conciencias morales y políticas de la época. Los encuentros se celebrarán en el Paraninfo de la Facultad de Filosofía y Letras (Edificio A), en el Centro Asociado de la UNED Madrid-Escuelas Pías y en el Círculo de Bellas Artes de Madrid
Un centenario es una buena ocasión, no para celebrar, sino para reavivar la memoria histórica y proyectarla creadoramente hacia el futuro. El de José Luis L. Aranguren -filósofo, moralista y crítico socio-cultural, y siempre maestro de vida y actitud-, incita a recrear una de las raíces más potentes y estimulantes de la inteligencia española en la transición a la democracia. Su talante inquisitivo y crítico, su actitud de implacable autoexigencia, haciendo productivo moralmente todo descontento, su heterodoxia formal, su crítica a las costumbres establecidas y su apertura de nuevos horizontes culturales, su pensamiento ético en fidelidad a los problemas de su tiempo, su compromiso político por la libertad, constituyen una herencia irrenunciable de ilustración y humanismo. No fue maestro doctrinador sino de actitud y modos. Académicamente, llevó a cabo con un estilo dialógico la regeneración de la vida universitaria. Intelectualmente, repensó la ética con originalidad y a la altura de su tiempo y exploró los vínculos dialécticos entre ética, política y religión, abriendo el surco donde ha crecido la filosofía moral y política contemporánea en nuestro país. Socio-cultural y políticamente, ensayó en su persona un gesto de liberación y una palabra alerta y vigilante, que hoy, con la democracia instituida, pueden alentar la necesaria reanimación del ethos de la democracia como actitud. Este homenaje contribuye a mantener viva y fecunda tan preciada herencia.