Del 3 de marzo al 2 de mayo de 2010 en el Museo Casa de la Moneda
Cien años de la Asociación Española de Pintores y Escultores 1910-2010. Un Siglo de Arte en España
La muestra reúne sesenta y dos obras representativas de la diversidad estilística en la que se mueve el arte desde el último tercio del siglo pasado.
Un ciclo de conciertos y una conferencia completan la celebración del centenario.
Un siglo de Arte en España, es el título de la exposición que inauguran Juan Teodoro Vidal, Director del Museo Casa de la Moneda, Rosa Martínez de Lahidalga, comisaria de la exposición, Carlos González, consejero secretario de la Fundación Amigos de Madrid, José Fernando Sánchez Junco, presidente de la Fundación Maxam, y Emilio Pina Lupiañez, como representante de los artistas. Permanecerá abierta desde el miércones 3 de marzo hasta el 2 de mayo en el Museo Casa de la Moneda y que permanecerá
Organizada por la Asociación Española de Pintores y Escultores, reúne un total de sesenta y dos obras representativas de la diversidad estilística y de la libertad en que se mueve el arte desde el último tercio del pasado siglo. Todas las obras seleccionadas han participado en alguna edición del Salón de Otoño, muestra que organiza la Asociación Española de Pintores y Escultores desde 1920.
Entre pinturas, dibujos, grabados y una escultura hay veinticinco obras que obtuvieron el Premio Extraordinario Reina Sofía entre 1971 y 2009. Premio honorífico de mayor prestigio entre los asociados. Veintisiete de las obras merecieron el premio Fundación Amigos de Madrid en las ediciones del Salón de Otoño de 1989 a 2009. Este galardón cuenta con la dotación económica más importante del certamen. El conjunto de estas obras, más allá de estilos o tendencias, permiten descubrir un Madrid que se hace particular e íntimo bajo diversas perspectivas.
Además se exponen una serie de obras de la Colección UEE pertenecientes a la Fundación Maxam, que se presentaron al público en los Salones a partir de 1996 y que, como es sabido, ilustran su célebre “calendario” de explosivos. Las quince obras reunidas pertenecen a artistas de reconocido prestigio y son exponentes de una contemporaneidad tan varia como estimulante. Los nombres de Guillermo Pérez Villalta, Eduardo Arroyo, Manuel Valdés, Eduardo Úrculo, Rafael Canogar, Juan Genovés y Juan Navarro Baldeweg, entre otros, forman parte de una valiosa Colección que se proyecta en el tiempo.
Como testimonio histórico de la Institución se incluye La Tertulia de la Quinta del Sordo, de Manuel de Íñigo, obra en la que dejó representados a una buena parte de miembros de una de las juntas directivas, incluido el propio artista.
Como actividad complementaria a la exposición se delebrará un ciclo de conciertos de música clásica española del siglo XX organizados para la ocasión por el Museo Casa de la Moneda y una conferencia que pronunciará el Historiador del Arte Wifredo 
Rincón sobre Un siglo de Arte en España, organizada por la Asociación.
La Asociación Española de Pintores y Escultores
Se creó en abril de 1910 por iniciativa del ya entonces conocido pintor Eduardo Chicharro, con la colaboración de Cecilio Plá y del escultor Miguel Blay. En el Acta Fundacional estamparon su firma Joaquín Sorolla, Manuel Marín, José Villegas, Luis Menéndez Pidal, José Pinazo, José María López Mezquita, José Moreno Carbonero y Antonio Muñoz Degrain, entre otros.
Dos años después, siendo su presidente Joaquín Sorolla, la Asociación era declarada de Utilidad Pública con carácter de Benéfica y se le concedían los honores de Corporación Oficial, viendo paulatinamente incrementado su protagonismo en diversos ámbitos.
Dos instituciones españolas, exponentes de una parte significativa de nuestra historia cultural y artística, cumplen este año su centenario: la Asociación Española de Pintores y Escultores y la Residencia de Estudiantes, nacida al amparo de la Institución Libre de Enseñanza, que llegó a ser un centro de convivencia e intercambio artístico y científico en la Europa de entreguerras.
A lo largo de la centuria ha sido destacada la participación de la Asociación Española de Pintores y Escultores en lo que ha supuesto el desarrollo del Arte en España. Desde su origen constituyó un espacio abierto a la creación artística y a la reflexión crítica en torno a las tendencias de nuestra época y un lugar especialmente comprometido en la defensa del medio artístico gracias a la actividad permanente de sus asociados y a la constante ayuda de las instituciones que a lo largo del siglo han contribuido a su vigencia.
El Salón de Otoño
Por su antigüedad y prestigio, el Salón de Otoño es sin duda el más significativo de los certámenes que organiza la Asociación Española de Pintores y Escultores. El I Salón de Otoño se abrió al público el 15 de octubre de 1920 en los Palacios del Retiro y Salas de Exposiciones del Círculo de Bellas Artes. Reunió 959 obras y constituyó un autentico acontecimiento social y artístico. Figuraron obras de Benlliure, Castro Gil, Casariego, Espina y Capo, José Gutiérrez Solana, M. Vaquero Palacios, Gustavo de Maeztu, Benjamín Palencia, Vázquez Díaz y otros muchos y pudo contemplarse en el mismo el célebre cuadro de Joaquín Solana la Tertulia del Café Pombo.
Los Salones de Otoño se celebraron durante muchos años en el Palacio de Cristal y en el Palacio de Velázquez del Retiro. Ha tenido otras sedes como el Museo de Arte Moderno, el Museo Municipal, el Centro Cultural de la Villa de Madrid, y Museo Casa de la Moneda, entre otras, pero en el Retiro es donde mayor número de veces tuvo lugar y donde ha contado siempre con la afluencia y aprecio del público madrileño.
Fue desde su origen una de las actividades más importantes que la Asociación realiza al servicio de los artistas españoles. El pasado mes de noviembre tenía lugar en Casa de Vacas la LXXVI edición del Salón, que llega hasta nuestros días como uno de los certámenes que goza de más prestigio en el panorama artístico.
Datos de interés:
Museo Casa de la Moneda
Doctor Esquerdo, 36
Localización y accesos
Autobuses: líneas 2, 28, 30, 56, 71, 143 y Circular
Metro: O’Donnell (Línea 6) – Goya (Líneas 2, 4)
